Siguen los 'destapes' sobre espionaje. Primero fue el programa de vigilancia mundial `Prism’ utilizado por Estados Unidos de América, ahora le tocó el turno a Francia. El diario Le Monde publicó que el servicio de inteligencia francés utiliza un programa similar al de la CIA. Se trata de un sistema de espionaje masivo, centralizado en unas supercomputadoras que ocupan 3 pisos subterráneos de la sede de la Dirección General de la Seguridad Exterior (Dgse), en París y que escruta millones de llamadas de teléfono, correos electrónicos, cuentas de redes sociales y mensajes de móvil cada año.
`La Dgse (los servicios secretos especiales) recoge sistemáticamente las señales electromagnéticas emitidas desde los ordenadores o los teléfonos en Francia, así como los flujos entre Francia y el extranjero: la totalidad de nuestras comunicaciones son espiadas’, señala el artículo de Le Monde en su edición de este jueves, que afirma que los datos son captados por una veintena de `estaciones de escucha’ repartidas por todo el territorio nacional y en las regiones de ultramar.
Según la noticia, la Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE) recolecta sistemáticamente las señales electromagnéticas emitidas por los ordenadores o los teléfonos en Francia. Estos procedimientos, muy apreciados por los servicios antiterroristas, no se centran en el contenido de las comunicaciones, sino en los `metadatos, es decir, en quién contacta a quién.
'La Dgse recolecta los datos de las llamadas de millones de abonados identificando a los interlocutores, el lugar, la fecha, la duración y el peso del mensaje. Lo mismo pasa con los correos electrónicos -con la posibilidad de leer el asunto del correo-, los SMS, los faxes, y toda actividad que pase por Google, Facebook, Microsoft, Apple o Yahoo!’, asegura el diario.
'Los políticos lo saben perfectamente, pero el secreto es la regla’, añade Le Monde, que afirma que la recolección indiscriminada de las comunicaciones se hace 'de forma clandestina, al margen de la legalidad y en ausencia de controles serios'.
Según los expertos citados por el diario, Francia, la quinta potencia mundial, dispone de la quinta mayor penetración informática del mundo, y su sistema de espionaje electrónico es el más potente de Europa después del británico.
La Dgse cuenta con un presupuesto anual de 600 millones de euros, y tiene casi 5.000 personas en plantilla, de los cuales casi un tercio son militares.
Un problema legal añadido es que los datos recogidos por el dispositivo clandestino están a disposición de hasta siete serie de agencias gubernamentales, desde los servicios aduaneros a la inteligencia militar, interior, exterior y fiscal.
Le Monde explica que el vacío legislativo permite a la policía acceder a los datos almacenados en investigaciones -de terrorismo y pedofilia sobre todo-, que a menudo se cuelan en los procesos judiciales bajo la forma de `informaciones anónimas’.
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