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lunes, 16 de mayo de 2016

JAMALA: ASI EXTERMINO STALIN A MI PUEBLO

Jamala, la ganadora de Eurovisión, se llama en realidad Susana Jamaladinova. Las explicaciones se complican cuando se aborda su origen, tanto como el difícil puzzle territorial al oeste de la antigua Unión Soviética. La representante ucraniana nació en Osh, Kirguistán, de padre tártaro y madre armenia, pero cuando era una niña se mudó a Ucrania, en concreto "a Melitópol y luego a Crimea", "A la localidad de Kuchuk Uzen, donde mis antepasados vivieron cientos de años atrás", detalla. El encaje de esta artista resulta pertinente, puesto que con la canción '1944' ha recuperado la deportación genocida de los tártaros de Crimea en ese año.

BRASIL: CUESTA ABAJO EN LA RODADA




Hasta hace poco los brasileños probablemente se contaban entre las personas más optimistas del mundo. Y con razón: entre 2008 y 2013, mientras que Estados Unidos de América y Europa lidiaban con las consecuencias de una severa crisis, provocada por la fe ciega en la sabiduría del mercado financiero, en Brasil el ingreso por persona aumentó 12 %, después de la inflación. Los salarios se dispararon. La tasa de pobreza se desplomó. Incluso se redujo la desigualdad.Brasil, según el Fondo Monetario Internacional, es apenas un país de ingresos medio altos. Pero quizás por primera vez en su historia, el eterno “país del futuro”, como los brasileños suelen decir, se vio a sí mismo como un rozagante miembro del grupo de países emergentes BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), quizá incluso con más posibilidades que China de saltar a las filas de los países más ricos del mundo. Pero eso no ocurrió.

REFUGIADOS CLIMATICOS: PARIAS SIN AMPARO JURIDICO

 Si la crisis de refugiados que ha vivido Europa con la llegada hasta el 1 de diciembre de unos 900.000 migrantes este año ha desbordado la capacidad de los Estados para gestionar de forma eficaz la llegada de personas que huyen de la guerra en busca de asilo —fundamentalmente de Siria, Irak y Afganistán— las consecuencias, en cuanto a flujos migratorios, que pueden derivar del aumento de las temperaturas pueden ser devastadoras. Según los cálculos de ACNUR (la agencia de la ONU para los Refugiados), en los próximos 50 años entre 250 y 1.000 millones de personas se verán obligadas a abandonar sus hogares y trasladarse a otra región de su país o incluso a otro Estado si el ser humano no frena el cambio climático. Estos refugiados, que huyen de un entorno hostil donde el clima o los desastres ambientales les han dejado sin agua y alimentos, carecen, sin embargo, de un estatus jurídico en el que buscar amparo.