El Papa Francisco y sus claras ideas sobre la economía, incomodan a los políticos y dirigentes de la ultra derecha yanqui: si al principio fue Rush Limbaugh, el conocido comentarista radiofónico ultraderechista quien tachó al pontífice de "marxista", ahora es el turno de varios miembros del Partido Republicano. Para estos personajes, prácticamente nazis, el pensar en los pobres ya es indicio de marxismo, lo que para ellos, acostumbrados a llenar sus bolsillos a costa del hambre de los demás, es como hablar del diablo.
Legisladores conservadores del "establishment" republicano como Peter King, John McCain, y Paul Ryan, estos dos últimos candidatos respectivamente a la presidencia y vicepresidencia de Estados Unidos de América, criticaron abiertamente las posiciones del Papa argentino contra un mercado sin reglas.
La cadena televisiva Fox News, por su parte, definió al Pontífice como "el Obama de la Iglesia Católica", frase que para esta emisora, la más conservadora del país, no es seguramente un halago.
Expresiones como "la idolatría del dinero" o la definición del capitalismo dogmático como la nueva tiranía han sacudido los pilares del Grand Old Party, mientras han sido recibidos con júbilo por los parlamentarios progresistas.
"Del Papa han llegado algunas frases que suenan de alguna manera `liberal`", estalló Sarah Palin, antes de dar marcha atrás y revisar parcialmente sus palabras. En la jerga republicana, "liberal" equivale casi a izquierdista.
Duro se ha mostrado también el católico Peter King: "Lamentablemente el Papa juzga mal nuestro sistema de redistribución de la renta, como hacen muchos progresistas, pero creo sinceramente que la economía de libre mercado es la que ayuda más a la gente a salir de su estado de pobreza", agregó.
Incluso el "moderado" John McCain, quien perdió la lucha por la Casa Blanca ante Barack Obama, criticó a quien ha sido elegido por la revista Time como el Personaje del Año de 2013. "Su ejemplo de vida, su atención por los pobres me han impresionado mucho", dijo. "Sin embargo, no me gusta en particular su visión económica", admitió.
"Es argentino".
Más ácido se mostró Paul Ryan, también católico, y considerado uno de los posibles pretendientes a las presidenciales de 2016, tras haber formado parte del ticket presidencial con Mitt Romney.
"El Papa viene de Argentina, donde no hay un verdadero capitalismo, sino una versión familiarista, sin un sistema real de libre empresa como en Estados Unidos", dijo Ryan. El ex candidato no tuvo en cuenta, aparentemente, las diferencias que separaron a Bergoglio de la conducción política argentina.
Se trata de duras y absurdas críticas que chocan, sin embargo, con la realidad de los números: según un reciente sondeo de la cadena televisiva CNN, Francisco, tan popular en todo el mundo, es también muy amado en Estados Unidos, donde tres de cada cuatro personas opinan de él de manera favorable.
Aproximadamente el 88 % de los católicos yanquis están entusiasmados con él. Y muchos de ellos votan por el Partido Republicano, un detalle que debería tener presente el partido del elefante, en vista de las elecciones de medio término de 2014.
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