Dos crímenes idénticos ejecutados el mismo día a 3.500 kilómetros de distancia. Una extraña coincidencia que ocurrió este pasado martes. Uno tuvo lugar en Lloret de Mar. El otro en Moscú. En la localidad catalana el empresario ruso Sergey Protosenya presuntamente asesinó a su familia y después se suicidó. En la capital rusa, el ex funcionario del Kremlin Vladislav Avayev también mató a tiros a su familia y luego acabó con su vida de un disparo, según informaron medios rusos.