El diario montevideano El País informó que según fuentes del Ministerio de Economía y Finanzas consultadas, lo que se analiza es si se exonera de IVA la tarifa de UTE o se realiza un descuento equivalente (18,03 % del precio total) al estilo del que realizan los shoppings. Algo se debe hacer y ya, porque el crecimiento de la inflación está aniquilando los bolsillos de los uruguayos. Este gobierno y los que lo antecedieron durante varias décadas, nunca lograron darse cuenta que un buen administrador debe gastar menos de lo que le ingresa, para tener cuentas balanceadas y poder generar un fondo de contingencia, que le permita estar a salvo en momento complicados de la economía. Eso, que es lo que se hace en cualquier hogar donde vivan personas con la cabeza bien ubicada, es una materia pendiente en los gobiernos uruguayos de los últimos 50 años.
Las fuentes señalaron que la idea es que la exoneración o descuento sea en forma "transitoria" hasta que se pueda reencauzar la inflación, que en los 12 meses a febrero fue de 9,82%. Lo que está claro, es que el mecanismo a utilizar implicará una rebaja de la tarifa y que ese costo lo asume Rentas Generales y no el ente, enfatizaron los informantes.
Según cálculos realizados por El País, si la baja de tarifas de electricidad se implementa mediante el descuento de 18,03% del precio de la tarifa, este efecto empujaría la inflación 0,83 puntos para abajo.
Si se considera la suba de $1 en el precio del boleto y de $1,50 en el litro de leche que tendrá incidencia en la inflación de marzo el efecto total sería de 0,72 puntos a la baja.
El ministro de Economía y Finanzas Mario Bergara, había dicho el jueves que si bien se seguirá el "talante contractivo" de la política monetaria "dada la circunstancia y el diagnóstico" que se tiene se entiende que la política monetaria "no es suficiente ni demasiado efectiva para que la inflación baje de manera rápida".
Si se resuelve mediante un descuento equivalente al IVA, como igual UTE debe volcar el impuesto a la Dirección General Impositiva, la formula contemplaría una reducción del aporte que hace el ente al Fondo de Estabilización Energética de forma de no afectar sus cuentas.
El tope del Fondo de Estabilización Energética está fijado en US$ 485 millones y ya tiene recursos de unos US$ 250 millones.
Una fuente del ente dijo a El País que el cambio se evalúa a partir de que la composición del sistema eléctrico "no es el mismo" que existía cuando se constituyó el fondo, debido a que se han incorporado nuevas fuentes renovables, como la eólica "que han permitido bajar la vulnerabilidad".
"Tenemos que estudiar cuál será la vulnerabilidad de aquí en adelante para reformular algunos parámetros, como ser el límite del fondo, la forma de aportar y de extraer los recursos", agregó.
El fondo (que es administrado por la Corporación Nacional para el Desarrollo) fue creado para asistir a la empresa en años de baja generación con represas (por sequía) y se nutre con los aportes del ente, cuando las represas generan por encima de la media.
Consultado sobre la posibilidad de aplicar un ajuste a la baja en las tarifas, el presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla indicó ayer que "si no se tiene el instrumento de bajar el aporte al fondo de estabilización no hay magia posible".
"UTE no se queda con nada y lo que entra sale. Los instrumentos tienen que ver con buscar cuál puede ser la dinámica financiera que permita poder hacer transitoriamente alguna alteración en las tarifas", afirmó Casaravilla a radio Rural.
"El instrumento de usar las empresas públicas es un instrumento muy conocido. Hay que hacerlo con mesura y en eso tenemos plena confianza en el Ejecutivo", añadió.
Aunque los niveles de precipitaciones superan lo esperado, producto de las lluvias caídas durante los dos primeros meses del año, y el uso del parque térmico es inferior a lo que se había previsto, en el ente existe cautela por lo que puede pasar durante el resto del año.
Para 2014 la estimación del Costo de Abastecimiento de la Demanda (CAD), es de US$ 915 millones y se corresponde con un escenario de aportes de agua a los embalses medio y un barril de petróleo West Texas proyectado a US$ 95, más un tipo de cambio de $ 22,50.
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