Jang Song-Tahek, tío del rey Kim III Jong-Un, considerado un "traidor", fue ejecutado, informó este jueves la agencia de prensa oficial KCNA. Jang Song-Tahek fue ejecutado ayer jueves temprano tras un juicio militar especial, según la fuente, acusado de haber cometido crímenes "como el intento de socavar al Estado con todo tipo de intrigas y métodos despreciables, con una ambición salvaje por tomar el poder supremo de nuestro partido (Comunista o del Trabajo) y del Estado". Es lo que suele suceder en este tipo de monarquías absolutistas medioevales, en la que un repentino capricho del monarca puede terminar con la vida del que se creía más seguro. Nos hace recordar a un país donde hace años se fusiló a 2 destacados y capacitados militares de alto rango, por supuestamente contrabandear, cuando la realidad fue el temor de la camarilla gobernante, al poder que con su imagen respetada, podían desarrollar entre la población estos militares.
Con absoluta saña, el régimen acusó a Jang, de 67 años de edad, de traicionar tanto la confianza de Kim Jong-Un como la memoria de su padre Kim Jong-Il, en particular del primero "por su juventud".
En el momento de su detención Jang fue acusado de cometer "actos criminales" y liderar una "facción contrarrevolucionaria", tras lo que fue desposeído de todos sus puestos y títulos por el buró político del Comité Central del Partido Comunista norcoreano.
Jang, que estaba casado con la hermana del fallecido Kim Jong- Il, jugó un papel clave en la consolidación del liderazgo del inexperto Kim, convirtiéndose en una especie de "eminencia gris" del régimen.
Corea del Norte realizaba una purga política en los últimos días.
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