Uruguay se ha convertido en el primer país de Sudamérica en autorizar el cultivo de cáñamo para uso industrial, una planta utilizada en el sector textil, la alimentación y la cosmética, calificada de "nueva soja ecológica" por sus impulsores.
La ley aprobada el martes por el parlamento uruguayo permite la plantación, cultivo, cosecha, industrialización y comercialización de cannabis de uso no psicoactivo, es decir, plantas o piezas de la planta que no contengan más de 1 % de tetrahidrocannabinol (THC).
Las semillas de variedades de cáñamo a usar no podrán superar el 0,5 % de THC.
"En esto estamos trabajando muy decididamente con el ministerio de Ganadería y Agricultura y con el Instituto Nacional de Semillas", dijo a la AFP.
Fabrizio Giamberini, director de The Latinamerican Hempt Trading (LAHT), presentó un proyecto de ley al gobierno para el cultivo de cáñamo, que decidió incluirlo en el de regulación del mercado del cannabis. En 2010, además, la empresa se unió al Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) para evaluar si se podía desarrollar un cultivo de este tipo en el país.
"Obtuvimos resultados muy alentadores. Identificamos una variedad para granos y otra para fibras, pero tenemos que seguir investigando para generar nuevas variedades locales para incrementar el rendimiento por hectárea", indicó, al tiempo que estimó que desarrollar una variedad uruguaya del grano puede llevar unos siete años.
LAHT ya se asoció a una empresa australiana que brindó las semillas para las pruebas y las proveerá cuando se comience a plantar. También se unió a la European Industrial Hempt Association en busca de socios para en el futuro poder desarrollar productos el área de alimentos, cosméticos y la construcción.
Con un grano rico en proteínas y en Omega-3, los aceites del cáñamo son usados por la industria alimentaria y cosmética. Las fibras sirven además para hacer tejidos, cuerdas, biocompuestos y materiales de construcción, enumeró Giamberini. También tiene potencial para el sector de hidrocarburos pero "usarlo como biocombustible sería desperdiciar un alimento muy nutritivo", opinó.
El empresario -que indicó que sabe de otros interesados en apostar por el cáñamo- prevé realizar una primera siembra de prueba en setiembre de 2014 para así comenzar con el desarrollo industrial al año siguiente.
"Queremos desarrollar esta agroindustria para el mercado regional", aseguró; la meta "es entrar a los mercados brasileros, chilenos, argentinos, paraguayos y venezolanos con granos semiprocesados con valor agregado directamente en Uruguay, desarrollando asociaciones con empresas internacionales que quieran expandir sus negocios al Mercosur".
En un contexto de regulación también del cultivo del cannabis psicoactivo, Giamberini admite que habrá que tomar recaudos "para que dentro de un cultivo de cáñamo industrial no se oculte cannabis psicoactivo, pero para eso existen protocolos de seguridad".
En esa línea, el secretario general de la Junta Nacional de Drogas, Julio Calzada, explicó que para evitar que una planta polinice a la otra se apelará a la "seguridad biológica y seguridad física".
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