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martes, 1 de octubre de 2013

URUGUAY: SE ESTARIAN IMPORTANDO ALIMENTOS QUE PODRIAN PERJUDICAR LA SALUD

Galletitas de Brasil y Argentina, pan dulce de Turquía son algunos de los alimentos importados que compiten con productos fabricados a nivel nacional. Para las empresas elaboradoras locales representan una competencia y denuncian que en algunos casos no se da de igual a igual, ya que afirman que los importados no cumplen con normas uruguayas, entre otras de salubridad. Por ello, solicitan un mayor control del gobierno, pero también más responsabilidad de parte de los importadores.


'Puedo asegurar que se vende mercadería que ya llega vencida de origen o que se vence acá y se reetiqueta. Solamente hay que ir a algunos comercios para verlo', afirmó el directivo de la Cámara Industrial de Alimentos Envasados (Ciale), Juan Pedro Flores, al diario El País.

'Estas mercaderías a veces pueden atentar directamente contra la salud. Y en todos los casos generan una competencia desleal con las empresas uruguayas', remarcó.

El industrial sostuvo que llegan productos panificados envasados de Argentina y Brasil que no cumplen con normas actuales de rotulado ni tampoco de los componentes de esos alimentos, como la harina.

'Las galletas no cumplen nada, traen un certificado de un molino y entran sin problema. Y están incumpliendo la ley', aseguró Flores.

Desde 2006 está aprobada una ley sobre prevención de ciertas enfermedades y la fortificación de determinados alimentos. En el caso de la harina, la norma señala que toda aquella que sea de trigo -con excepción del salvado y la integral- destinada al consumo humano que se comercialice en el mercado nacional deberá estar fortificada con hierro y ácido fólico en los términos establecidos en otras reglamentaciones vigentes.

La ley afirma que la fortificación de la harina de trigo es responsabilidad de los industriales, fabricantes o importadores, según corresponda. Y además la fortificación de la materia prima, el alimento primario o elaborado debe estar consignada en la rotulación del envase.

Uno de los principales problemas en el trigo en los últimos años fue la aparición de la toxina DON (deoxinivalenol) producida por un hongo (fusarium) que se alojó en las cosechas. Esa toxina puede generar (por su consumo) pérdida de peso, vómitos, anemia y otros síntomas.

Por normas internacionales el máximo permitido de DON en las harinas para consumo humano es de una partícula por millón. Sin embargo, Flores indicó que en Argentina no rige esa exigencia.

El organismo local encargado de realizar controles de calidad a productos importados es el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU).

Sin embargo, Flores expresó: 'El LATU controla; pero cómo hace para saber si ese alimento tiene DON o no. Si en Argentina no hay límite de DON no digo que comer esa galletita te haga mal en el momento, pero a la larga te hace daño. Por algo se hizo la ley'.

El empresario señaló que actualmente están ingresando al país cerca de 250.000 kilos de galletitas desde Brasil y una enorme cantidad de productos desde Argentina a lo que se suma la importación de galletitas y pan dulce de Turquía.

'Hay que ser más estrictos. A nosotros nos hacen cumplir la ley y está bien, pero que sea así para todos', dijo Flores.

El directivo de la Ciale aseguró que para exportar un producto las empresas deben realizar determinados requerimientos ante el LATU y el Ministerio de Salud Pública (MSP). Pero sostiene que no existen los mismos controles para algunos alimentos importados.

Los industriales de la alimentación local a veces no pueden 'sacar al exterior ni una galleta porque en oportunidades hasta el propio LATU nos tranca, o el país de origen', señaló el empresario.

'Si se ajustaran los controles habría una cantidad de productos que no podrían venderse en el mercado local', manifestó.

En el caso de Argentina, Flores expresó que hay algunas fábricas de alimentos envasados que se autorregulan para cumplir con exigencias de otros mercados, pero son muy pocas.

'No queremos medidas como las que realiza Argentina con las (trabas a las) importaciones; únicamente que se apliquen las normativas vigentes', indicó el directivo de la Ciale.

'Insistimos con que se cumplan la ley de fortificación de harinas, el porcentaje de DON y el control de los rotulados. El gobierno uruguayo no tiene los recursos para hacerlo y en definitiva nos inundamos con productos de otros orígenes como Turquía que no cumplen con lo que está previsto por ley', dijo Flores.

Concluyó que el gobierno debería, a través del Ministerio de Salud Pública, el LATU y las intendencias municipales, trabajar en conjunto para evitar que haya en la plaza productos importados que incumplen las reglamentaciones.

Por su parte, el vicepresidente de la Cámara de Industrias (CIU) y representante de esta gremial en el LATU, Gabriel Murara, dijo a El País no haber recibido últimamente ninguna denuncia para realizar controles sobre alimentos importados envasados. Agregó que el LATU 'está preparado para hacer los controles necesarios, más aún si son en alimentos'.
'Si hay problemas, hay que denunciarlos', agregó.

250 Mil, son los kilos de galletitas que ingresan provenientes de Brasil, según el directivo de la Ciale, Juan Pedro Flores.

1 Partícula por millón, es el máximo permitido de DON en las harinas para consumo humano. Es una toxina producida por hongos.

Argentina: 'ya nos olvidamos'

El directivo de la Cámara Industrial de Alimentos Envasados, Juan Pedro Flores sostuvo que el comercio con Argentina es prácticamente inexistente. "Ya lo dimos por perdido; nos olvidamos de Argentina como nos dijo el gobierno", afirmó a El País.

El empresario se refirió a una reunión que se produjo sobre fines del año pasado donde el ministro de Economía, Fernando Lorenzo, les dijo que se olvidaran del país vecino para exportar. Las empresas locales sufrían en ese momento las consecuencias de una serie de trabas comerciales impuestas por el gobierno argentino que se vieron reflejadas en una caída de las ventas hacia ese destino, principalmente durante el año pasado y que aún se mantienen en lo que va desde 2013.

Fuente:El País

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