El Ministro de Desarrollo Social de Uruguay, Ec. Daniel Olesker calificó de 'mentira' los comentarios del presidente de la Asociación Rural, Per. Agr. Rubén Echeverría Núñez, que en el discurso de clausura de la Expo Prado 2013 dijo que las ayudas sociales fomentan el ocio y no estimulan a trabajar, y que recomendaba al gobierno a destinar las políticas sociales en el trabajo y no en asistencialismo.
El 43 % de los ingresos de las familias que reciben las tarjetas Uruguay Social (TSU) del Mides proviene de ingresos laborales, aseguró el ministro de Desarrollo Social, Daniel Olesker.
Olesker dijo al diario LA REPÚBLICA que los hogares que reciben Tarjeta Uruguay Social son 63.000, cuando hace 5 años llegaban a 100.000 hogares. Esto 'representa el 5 % más pobre de los hogares uruguayos', sostuvo.
El ministro destacó que 'las transferencias que reciben son el 25% de sus ingreso, es decir una cuarta parte; el 43 % de sus ingresos proviene del trabajo, si casi la mitad del dinero que reciben es por ingresos laborales y el 32 restante, otros. O sea repito, casi la mitad de los ingresos de los hogares que tienen tarjeta proviene del trabajo', subrayó.
Resaltó que 'es obvio, pero quizás hay que vivenciarlo o conocerlo para entenderlo mejor, que nadie puede vivir solo con una transferencia monetaria que, en el caso más crítico en un hogar de 3 hijos con tarjeta duplicada y asignación familiar, puede llegar a cerca de 4 mil pesos'.
En cuanto a la calidad de los trabajos, Olesker consideró que 'es claro que son actividades de baja calificación, con alto grado de informalidad'.
Sin embargo, agregó, los programas prioritarios del gobierno, como Uruguay Trabaja, Jóvenes en Red, la ley de empleo juvenil recientemente aprobada y sobre todo la intervención prioritaria de estos dos años finales de gobierno, la intervención 7 Zonas, 'es decir los principales programas del gobierno con la población más pobre, tienen eje en el trabajo'.
Gasto en políticas sociales
Por otra parte, Olesker destacó el aumento del gasto en políticas sociales en los últimos años. 'Hoy dicho gasto ya orilla los 5 mil millones de dólares (no llegaba a mil millones en 2004 cuando las políticas sociales casi no existían) y las principales inversiones radican en salud, trabajo, vivienda, subsidios al empleo, capacitación laboral, siendo las transferencias monetarias poco más de 250 millones de dólares o sea un orden de 5 % del gasto social y apenas 2,3 % del gasto público global'.
'Lo que ellos llaman asistencialismo es la menor parte de la política social; sería bueno no repitieran más cosas que no saben o distorsionan' enfatizó.
El ministro señaló que los estudios realizados demuestren la falsedad de la acusación de que los beneficiarios de las tarjetas Uruguay Social malgastan el dinero.
'Recordemos en primero lugar -dijo- que estas personas estaban en pobreza extrema con serias dificultades para resolver la alimentación'.
Los estudios indican que, cuando reciben las partidas, 'antes que nada compran los alimentos para su familia. Los hechos demostraron que entre alimentos y productos de higiene gastan más del 85% de la transferencias', aclaró.
Al mismo tiempo, el ministro cuestionó la idoneidad moral de quienes criticaron las políticas sociales. 'No creemos que el empresariado rural sea el más indicado para hablar de estímulo al trabajo', subrayó.
Recordó que por espacio de 100 años no se aplicaba la jornada laboral de ocho horas en el medio rural como sí se hacía en las ciudades y agregó que 'las condiciones de trabajo son en general de las peores del país, como se ha constatado en inspecciones y en los relevamientos académicos sobre el trabajo en el medio rural'.
También marcó otras diferencias sobre el atraso en las condiciones laborales en el campo. Dijo que recién 'por primera vez durante este gobierno, los salarios fueron negociados colectivamente, aunque la Ley de Consejos de Salarios data de 1943. Llegaron 70 años tarde y son de los más bajos del país a pesar de que la tasa de ganancia y la masa de ganancia ha tenido un crecimiento que quizás, al menos desde los años 50 del siglo pasado, sea el mayor de la historia moderna'.
Olesker concluyó que 'sí hay políticas que complementan las transferencias, y que no es el empleo en el sector rural el ejemplo alternativo de dignidad en el trabajo'.
Fuente: La República
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