La entrevista la realizó la periodista Lucía Newman (n. Londres, 18-02-1952) periodista de televisión, que actualmente trabaja como reportera de Al Jazeera Inglés, en la casa del presidente a principios de este mes. Sin seguridad, sin guardaespaldas, sólo su perra de 3 patas Manuela, destaca la periodista en el off. Mujica habló de la marihuana, del consumismo, de la pobreza y de la búsqueda de paz en Colombia.
También se refirió a la polémica por la difusión de que Estados Unidos espía a gobiernos de todo el mundo lo que, además, incluye pinchar los teléfonos de varios presidentes. "Ha cumplido un papel de gendarme y ha generado muchos enemigos en su historia. Y quien tiene muchos enemigos claramente tiene miedo".
"Podrá verse como un abuelo de clase obrera, pero José Mujica es un líder único, con un discurso fuerte". Así presenta la periodista de Al Jazeera la entrevista con Mujica que difundió hoy El País. El comienzo es parecido a casi todas las que le han hecho en lo que va de su presidencia, pero después, el presidente dejó algunos conceptos interesantes durante el intercambio.
Vive de una forma muy austera, ¿usted es pobre?
Pobres son los que describen, pobres son los que precisan mucho porque son insaciables. Yo soy sobrio no pobre. Liviano de equipaje, vivir con poco con lo imprescindible y no estar muy atado al sostenimiento de cuestiones materiales. Para tener más tiempo libre, para poder hacer las cosas que me gustan. La libertad es tener tiempo para vivir. Hay una filosofía de vida en la sobriedad que practico, no soy pobre.
Usted entrega 90 % del salario que recibe vive con poco...
Yo tengo un padrón y una forma de vivir que no la cambio por ser presidente, pero a mí me sobra. A otro quizás no le alcance, pero a mí me sobra. Mi señora es senadora, y tiene que aportar mucho al partido pero con lo que gana ella vivimos los dos pero todavía nos queda un plus que lo guardamos en el banco por las dudas. Y yo contribuyo a mi fuerza política y a un plan de vivienda de mujeres solas con hijos. Para mí no es ninguna carga, es un deber.
¿Por qué decidió promover esa medida de regular la venta de marihuana?
Es una medida de ensayo contra el narcotráfico. Todas las medidas policiales que hemos emprendido en los últimos 100 años contra el tráfico de droga multiplicaron el crimen el delito, la droga se fue extendiendo y las sociedades se llenaron de violencia. Nuestro criterio es tratar de arrebatarle el mercado a un negocio clandestino y ponerlo a la luz del día. Pero es una regulación, vamos a ofrecer en las farmacias dónde se venden remedios, vamos a ofrecer una dosis mensual a la gente que se registre.
Cuando requiera más nos damos cuenta que a esa persona la tenemos que tratar, y lo vamos a tratar como un problema de salud. Pero para eso los tenemos que tratar. El grueso del consumo acá es marihuana. Tratamos de abordar lo que nuestra sociedad ha sido la puerta de entrada a la droga, no soluciona el tema de la cocaína. Apenas vamos a empezar con la marihuana. Lo otro lo vamos a seguir persiguiendo. Nosotros tenemos una experiencia, una posibilidad.
¿Tuvo presiones de Estados Unidos de América y de Naciones Unidas para no seguir adelante?
No, no me presionó nadie. He sentido puntos de vista. He tenido mucho apoyo de expresidentes. Es una cosa curiosa, mientras eran presidentes no pudieron hacer nada pero luego se convencieron que el camino de la represión no es el mejor. Porque peor que la droga es el narcotráfico, mucho peor. La droga es una enfermedad y no creo que haya drogas buenas ni creo que la marihuana sea buena, ni el cigarro es bueno, el alcohol tampoco. Ninguna adicción. La única adicción llevadera es el amor, las demás mejor olvidarlas.
¿Cómo modeló su personalidad el haber sido guerrillero y haber estado preso?
Seguramente tuve muchos años de soledad, me tuve que refugiar dentro de mí para poder resistir. El hombre es un animal muy fuerte cuando tiene convencimiento. Tal vez sea un poco primitivo, tenga fortalezas primitivas hijas de mi niñez campesina, no sé. Tuve que inventar cosas en mi cabeza para poder mantenerme, estuve bastante afectado. Me quisieron tratar psiquiátricamente porque sentía alucinaciones.
Pero la persona que me vino a tratar, yo dije, con esta me vuelvo loco del todo. Me daba pastillas y yo las tiraba. Yo conseguí que me dejaran leer, estuve siete años sin leer y me dejaron leer libros de química, física, ciencia y pude gobernar mi cabeza. Llegué a tener siete ranitas y les ponía un vaso para que se bañaran. Aprendí que las hormigas gritan.
Ofrece sus servicios para terminar el conflicto armado en Colombia, ¿por qué usted?
Colombia tiene uno de los ejércitos más poderosos de América. Con un respaldo militar notorio norteamericano, que no deja de ser una injerencia en América Latina. Parecería visto de lejos que es una guerra sin salida, y da la impresión que es un sacrificio de la sociedad entera. Hay un presidente que hoy quiere un proceso de paz y me parece que es una actitud. Hay una oportunidad. Yo sentiría mezquindad de mi parte en no tratar de ayudar en lo que pueda. Ayudar no es intervenir, yo no me voy a meter donde no me convocan, pero si puedo servir como un elemento de comunicación y experiencia voy a apoyar la actitud del gobierno de diálogo con las fuerzas guerrilleras que también tienen sus problemas y sus miedos. Todos deben apoyar.
¿El haber estado en los dos lados (guerrilla y presidencia) ayuda?
Es problable que haya más confianza por un montón de cosas. Si precisan algún lugar, en el Uruguay hay una mesa tendida con garantías para el gobierno Colombiano y las FARC.
¿Qué tiene en común con el papa Francisco?
Humanidad, hay que reconocer que este Papa es un personaje, se las trae. Y me parece que se está tratando de modernizar la última corte real que queda en el mundo: la Iglesia. Dándole un tono de volver a las bases, de humildad, de compromiso. Humanamente le tengo enorme respeto al Papa. Por otro lado es cierto, soy ateo. Pero admiro a la Iglesia católica porque soy latinoamericano. Y los latinoamericanos tenemos dos cosas en común: la lengua en la que pensamos y la historia de la Iglesia en este continente. Y le doy importancia por eso. Y mi país es muy laico, el más laico, pero yo sé que en la América del Caribe, Brasil, Colombia, son profundamente católicos y no quiero divorciarme de mi pueblo.
¿Le pidió ayuda al Papa para la paz en Colombia?
Sí, le pedí que hiciera lo que pudiera. Teniendo tan honda penetración en la base de la sociedad, en el campo colombiano, lo que diga un cura de capilla un domingo en un sermón es una cosa importante para ese pueblo. La Iglesia tiene instrumentos de transmitir por abajo cosas que no se dicen por arriba y creo que puede ayudar muchísimo a predisponer una actitud de paz en un pueblo enfermo de guerra.
¿Por qué cree que EEUU ha espiado a los distintos gobiernos?
Porque tiene miedo, porque tiene mucho. Porque ha cumplido un papel de gendarme y ha generado muchos enemigos en su historia. Y quien tiene muchos enemigos claramente tiene miedo. Yo no pongo a todos en Estados Unidos en la misma bolsa. Hay varios, por suerte hay más latinoamericanos. Estados Unidos va a ser una nación bilingüe aceleradamente, el vientre de las latinoamericanas los va a ir conquistando poco a poco. Son más fuertes para el amor.
¿Cuál es el secreto de la felicidad?
Vivir de acuerdo como se piensa.
¿Como usted?
Conversar con el hombre que se lleva adentro. Ese compañero que nos acompaña hasta la tumba. Ser uno mismo. Y no tratar de imponerles a los demás. A ver, yo no pretendo que los otros vivan como yo. Quiero respetar la libertad de los otros, eso sí, defiendo mi libertad. Eso lleva de la mano tener el coraje de decir y hacer lo que se piensa. Aunque a veces otros no lo comparte y no lo acompañan.
¿Incluso usted es acusado muchas veces de poco diplomático?
Si soy demasiado directo a veces, tiene razón. Porque el lenguaje que practico es la verdad. Aun cuando me equivoco y cuando me equivoco y lo reconozco también lo digo públicamente.
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