La empresa austríaca Doppelmayr, líder en el mercado con más de 140 mil instalaciones de transporte por cable, considera que Montevideo, a pesar de su terreno escasamente ondulado, tiene el tamaño y la forma ideal para contar con este sistema de transporte público en funcionamiento. Representantes de la compañía se reunirán con autoridades de la Intendencia de Montevideo, el Ministerio de Transporte y Obras Públicas y el Ministerio de Turismo y Deporte y con inversores privados para ofrecer 'uno o más teleféricos' en Montevideo, Punta del Este y Colonia.
Las posibilidades que presentará Doppelmayr para Montevideo incluyen un teleférico o cabletrén (un tren que circula por un carril elevado) para conectar el centro de la ciudad con estacionamientos, por ejemplo, ubicados a dos kilómetros de distancia. Otras conexiones posibles son con la zona bancaria o con ciudades satélites.
La infraestructura también permite evitar cruces congestionados. Otra opción propuesta es un trazado aéreo entre un centro comercial y la rambla.
'Son muchas las posibilidades. Queremos escuchar qué inquietudes hay en Uruguay', señaló un vocero de la empresa al diario El Observador.
En respuesta a si la planicie capitalina no es un obstáculo para el emprendimiento, el representante puso a Londres como ejemplo. La capital cosmopolita no tiene ninguna formación rocosa de altura y allí funciona la llamada línea El Emirates. Inaugurado para los Juegos Olímpicos de 2012, el servicio trasladó a 700 mil personas en 46 días.
Su capacidad es de 5.000 pasajeros por hora (2.500 en cada dirección). Recorren 1.086 metros en 4:14 minutos. Es la misma distancia que existe entre la plaza Independencia y la calle Ejido en un tiempo que ni sueñan los ómnibus montevideanos en horario pico.
Comparaciones
A 24 horas de la segunda suba del boleto urbano en nueve meses, un jugoso incremento de los combustibles y un inminente aumento de la tarifa de los taxis, uno de los mejores argumentos de Doppelmayr es que el transporte por cable es más económico.
Su costo es aproximadamente un tercio en comparación con los sistemas tradicionales. Dos diferencias sustanciales: requiere pocos empleados en las estaciones (el costo salarial es uno de los factores que inciden en el precio del boleto de los ómnibus) y no necesita de nuevas calles. Lo último no es menor en una ciudad en la que el propio ministro de Transporte, Enrique Pintado, ha reconocido que 'no tiene espacio' para construir nuevos corredores. Además, la instalación de un teleférico no supera los 18 meses.
Una ventaja que señaló el representante de Doppelmayr es la descongestión del tránsito. Una instalación de transporte público impulsado por cables con una capacidad de 10.000 pasajeros por hora (5.000 en cada dirección) reemplaza a 100 viajes en ómnibus o a 2.000 traslados en automóvil por hora, según cálculos de la empresa.
Al mismo tiempo, 'no son contaminantes', apuntó. La sustentabilidad es una de las razones por las que las implementaciones urbanas han crecido rápidamente en los últimos 20 años en todo el mundo al margen de la clásica utilidad de atravesar montañas.
Esto se debe a que hay un solo motor eléctrico principal para toda la línea. No emite dióxido de carbono, uno de los principales gases de efecto invernadero y, por lo tanto, mejora la calidad del aire.
Respecto a la seguridad vial, en un teleférico o un cabletrén no hay posibilidad de colisiones ni de atropellamientos. 'Son sistemas cómodos, seguros y la vida útil se mide en décadas', dijo el técnico a El Observador.
La experiencia internacional determina que un pasajero de un medio de transporte por cable es tres veces menos propenso a ser herido que viajando en tranvía, ómnibus o tren. La diferencia se agranda al compararlo con un automóvil: 50 veces menos.
Traslados aéreos en la región
La Paz, capital de Bolivia, tendrá la red de teleféricos más grande del mundo. El proyecto comprende tres líneas, roja, amarilla y verde. La última es la más larga: 4.071 metros con cuatro estaciones que unen cuatro barrios a distintas alturas. La duración del recorrido es de 16 minutos, a una velocidad de 18 kilómetros por hora.
Otros sistemas en la región se encuentran en Medellín, Caracas, Quito, Río de Janeiro, San Pablo, Florianópolis y Santiago de Chile.
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