Bacterias mutantes capaces de sobrevivir en condiciones extremas, corroen los equipos de la Estación Espacial Internacional y pueden suponer un serio riesgo tanto para su estructura como para la integridad física de sus ocupantes.
Los microorganismos sobreviven incluso a las gélidas temperaturas que hay más allá de la atmósfera terrestre, y lo hacen sin agua, sin nutrientes y sin nada que los proteja de la letal radiación solar y estelar.
Anatoli Grigóriev, vicepresidente de la Academia de Ciencias de Rusia, dio la voz de alarma durante una conferencia celebrada en Moscú. El científico indicó que hasta el momento han sido identificadas 76 clases de bacterias diferentes y, aunque destacó que en su mayoría son inofensivas, algunas pueden provocar graves daños físicos y materiales en la misión.
'Ya tuvimos esta clase de problemas en la vieja estación espacial MIR, y ahora los tenemos en la EEI. Las bacterias están atacando la estación. Estos organismos corroen los metales y los polímeros y pueden causar fallos en los equipos', señaló Grigóriev. Además, 'la proliferación incontrolada de estas bacterias puede causar enfermedades infecciosas entre los miembros de la tripulación', añadió.
Diversos experimentos han demostrado que estos microorganismos son capaces de sobrevivir durante muchos años en las condiciones más extremas del espacio exterior y no se sabe aún en qué radica su increíble capacidad de supervivencia ni hasta dónde pueden llegar las mutaciones de estas bacterias.
El primer ser vivo de la Tierra, originado hace cerca de 4.000 millones de años, fue una bacteria. A pesar de las duras condiciones de aquel mundo primitivo, las bacterias sobrevivieron y colonizaron el planeta entero. Toda la diversidad de vida que existe hoy en día se desarrolló después, pero a pesar de ello seguimos viviendo, en la actualidad, en lo que la ciencia llama 'la Era de las Bacterias'.
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