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miércoles, 23 de marzo de 2016

BRUSELAS: CONDENA MUNDIAL A LA BARBARIE TERRORISTA DE LOS ULTRA ISLAMICOS


Bélgica se encuentra en alerta máxima después de que 3 explosiones, 2 en el aeropuerto y 1 en el metro, dejaran al menos 31 muertos y más de 250 heridos, varios de ellos en muy grave estado, en Bruselas, en una serie de atentados reivindicados por el autodenominado Estado Islámico.


Con Bruselas tomada por el ejército, la policía busca a uno de los tres supuestos autores del ataque en el aeropuerto. Los otros dos, que aparecen un una imagen difundia por las autoridades, se cree que murieron inmolados.

 La fiscalía señaló que la operación desplegada en un apartmento el barrio de Schaerbeek llevó a "descubrir un artefacto explosivo que contenía, entre otras cosas, clavos".

Se indicó que el lugar fue descubierto gracias a los datos proporcionados por un taxista que llevó a los tres sospechosos hasta el aeropuerto. El conductor contactó a la policía después de que la foto de los tres hombres fuera difundida.

 Los investigadores también hallaron productos químicos y una bandera de Estado Islámico, organización que reivindicó la autoría de los atentados en un texto publicado en inglés en el que señala a Bélgica como uno de los países que "participa en la coalición internacional contra EI".

Los atentados tuvieron lugar temprano en la mañana. Las dos primeras explosiones, las del aeropuerto de Zaventem, a 7 kilómetros de Bruselas, fueron a las 07:00 de la mañana (hora local). Hasta ahora ahí se han confirmado 11 muertos y 96 heridos.

Una hora más tarde se registró otra explosión en la céntrica estación de metro de Maalbeek, también en la capital, que dejó 20 muertos y más de 150 heridos, 17 de ellos de gravedad.

Otra bomba fue encontrada después y destruida con una detonación controlada.

En el aeropuerto, Gavin Lee, enviado especial de la BBC, habló con testigos que le describieron el horror de la escena.

"La gente corría por encima de los que habían caído, no podía respirar, no me creo que estoy viva", le dijo Antoine, joven de 15 años mientras caminaba junto a sus compañeros de la escuela.

Mientras le hablaba Antoine a la BBC, pasaba una fila de tres autos fúnebres en dirección a las ruinas del aeropuerto: la gente lloraba al verlos.

Al tiempo, numerosos turistas le preguntaban a los agentes de policía qué debían hacer, dónde podían ir para estar seguros y cuándo se reabriría el aeropuerto.

Pero los policías también estaban confundidos, aunque trataban de ofrecer la poca información que tenían.

De repente un oficial gritó: "Rápido, no se detengan, evacúen, esto es serio".
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Un bombero local, Pierre Meys, describió la situación de algunas de las víctimas como "heridas de guerra".

"Creo que esto es lo peor que he visto en mi carrera".

Las dos explosiones del aeropuerto se cree que tuvieron lugar en los extremos opuestos del área de facturación, una cerca del mostrador de la compañía American Airlines y otra junto a la cafetería Starbucks.

La agencia de noticias belga reportó que además se escucharon disparos así como gritos en árabe.

Una tercera bomba no hizo explosión y fue destruida por los servicios de seguridad.

Por el aeropuerto de Zaventem pasaron el año pasado 23 millones de pasajeros. Y la explosiones tuvieron lugar en uno de los momentos del día en que la terminal está más concurrida.

El aeropuerto fue evacuado, se tuvieron que cancelar 500 vuelos y desviar medio centenar a otras terminales europeas. Las autoridades decretaron que permanezca cerrado también el miércoles y evaluarían si abrirlo el jueves.
Tras la captura de Abdeslam

Los ataques tuvieron lugar justo cuatro días después del arresto de Salah Abdeslam, el principal fugitivo de los ataques que en noviembre dejaron 130 muertos en parís y eso hace inevitable preguntarse si ambos hechos estarán relacionados.

Además, tras la captura, el ministro de Relaciones Exteriores belga, Didier Reynders, informó del descubrimiento de un depósito de armas que "sugeriría que los cómplices de Abdeslam podrían estar preparados para llevar a cabo más ataques".

El ministro del Interior belga, Jan Jambon, dijo que el país se encuentraba en el máximo nivel de alerta ante posibles ataques en venganza por la captura de Abdeslam.

"Sabemos que frenar una célula... pone a otras en marcha. Somos conscientes de ello en este caso", dijo.

Sin embargo, las fuerzas de seguridad belga estiman que los ataques fueron planeados con tiempo.

Como señala el corresponsal de Seguridad de la BBC, Frank Gardner, aunque parece que el detenido, clave en los ataques de París, está cooperando con la justicia, expertos en contraterrorismo creen que una de las claves de la estrategia de EI sea que una célula desconozca qué planea otra.

Así que, como dijo el primer ministro belga, Charles Michel, ocurrió lo que se temían. "Es un día negro para Bélgica", dijo el primer Michel en una conferencia de prensa. El gobierno declaró tres días de luto oficial.

   
Las autoridades de Bruselas, sede de las principales instituciones de la Unión Europea, decretaron la "máxima alerta terrorista", nivel 4..

Durante horas, el transporte público permaneció cerrado y se le pidió a los ciudadanos que no salieran a la calle.

Alrededor de las 4:00 pm, los trenes y autobuses comenzaron a volver a funcionar y se liberó la circulación de la gente.

Eso, pese a que desde el centro de gestión de la emergencia, Peter Mertens insistía en que continuaba siendo "real y seria" la amenaza de más ataques.

También permaneció suspendido durante horas el servicio del Eurostar, el tren de alta velocidad que comunica Londres con París y Bruselas. A media tarde regresó el servicio aunque "limitado".

También se halló un paquete "sospechoso" en el palacio real, por lo que las instalaciones también fueron evacuadas.

El rey Felipe y la reina Matilde emitieron después un comunicado en respuesta a las explosiones. "Consternados por los odiosos ataques del (aeropuerto) internacional de Bruselas y del metro. Nuestros pensamientos están con las víctimas, sus familias y los servicios de emergencia", señalaron.

Las condenas a los atentados llegaron prácticamente desde todo el mundo.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas emitió una fuerte condena a los ataques y llamaron a intensificar los esfuerzos regionales e internacionales para "superar el terrorismo y el extremismo violento".

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, también quiso expresar su condena y expresó su confianza en que la respuesta de Bélgica y Europa sea "compromioso con los derechos humanos, la democracia y la coexistencia pacífica".

Los 28 gobiernos de la Unión Europea también reaccionaron y lo calificaron como un ataque a su "sociedad abierta y democrática".

Desde La Habana, el presidente de Estados Unidos de América, Barack Obama, prometió hacer "lo que sea necesario" para ayudar a las autoridades belgas a hacer justicia.

"Nos levantamos en solidaridad con ellos para condenar estos indignantes ataques contra personas inocentes", dijo el mandatario.

También el primer ministro británico, David Cameron, dijo que Reino Unido hará todo para ayudar a Bruselas. Para ello, convocó al gabinete a una reunión urgente. Lo mismo que hizo en Francia François Hollande, quien desplegó unos 1.600 policías más en las fronteras, aeropuertos y estaciones de ferrocarril.

"Es un ataque a toda Europa", dijo el presidente de Francia en rueda de prensa. "Los ataques en Bruselas son la manifestación de una amenaza global que exige una respuesta global".

Por su parte, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, también se ha manifestado sobre las explosiones en Bélgica.

Tras calificarlas de "bárbaras", expresó sus condolencias a los belgas a través de su secretario de prensa, Dmitry Peskov.

Por su parte, Al-Azhar de Egipto, considerada la escuela sunita más prestigiosa, dijo que los ataques de Bruselas violan las enseñanzas sobre tolerancia del islam.

Y como otros líderes, llamó a la comunidad internacional a enfrentar la "epidemia de terrorismo" actual.


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