Esas y otras expresiones de terrorismo características del EIIL derivan de las que otrora fueron propias de su entidad precursora, es decir, Al Qaeda en Mesopotamia bajo el liderazgo de Abu Musab al Zarqaui. Esta extensión de Al Qaeda en Irak, constituida como tal en 2004, empezó a utilizar el apelativo de Estado Islámico de Irak (EII) en 2006 y el actual de Estado Islámico de Irak y el Levante en abril de 2013, tras haber ampliado su ámbito operativo al contiguo territorio de Siria. Por su particular brutalidad y las colectividades locales a que principalmente afecta, la violencia terrorista del EIIL puede ser útil a corto plazo para ejercer un control efectivo sobre las mismas, pero a medio y largo plazo puede dificultar cuando no imposibilitar la legitimación a que aspira cualquier entidad yihadista en el seno de su población de referencia.
No deseando que las brutalidades del EIIL fuesen atribuidas a Al Qaeda, el líder de esta última, Ayman al Zawahiri, optó en mayo de 2013 por desposeer a aquella organización yihadista de la condición de rama territorial de dicha estructura terrorista global que hasta ese momento ostentaba. Antes, el máximo dirigente del EIIL, Abu Bakr al Baghdadi, había desobedecido a Al Zawahiri, negándose a aceptar la orden de que sus actividades quedaran confinadas al territorio iraquí y la designación del Frente Al Nusra como brazo reconocido de Al Qaeda en Siria. Influyentes clérigos yihadistas leales a Al Qaeda, como Abu Muhammad al Maqdisi, fundador de la página web Minbar al Tawhid wal Jihad y miembro destacado de su comité de jurisprudencia islámica, emiten recurrentes proclamas de condena al EIIL por “derramar sangre ilícita”.
Pese a estas desavenencias tácticas y de agenda, o a que se haya desencadenado en Siria desde hace más de un año una contienda entre yihadistas, sobre todo entre el EIIL y el Frente Al Nusra en tanto que rama de Al Qaeda, en sus respectivos fines no parece haber discrepancias fundamentales. El objetivo último es restaurar un Califato panislámico y, como avances en ese propósito, establecer dominios territoriales. El EIIL ha obtenido logros muy importantes en ello, tanto en suelo sirio como iraquí, mismo escenario de su insurgencia. Los sucesos de estos días evidencian las capacidades con que cuenta a tal respecto. Está por ver el consentimiento popular que recibe entre quienes no sean desplazados y si consigue eficacia en la gestión del dominio adquirido. Por el momento actúa como si sus líderes hubiesen extraído lecciones de lo que durante 2012 no funcionó en el norte de Malí.
A partir de sus conquistas en Irak y Siria el EIIL ha pasado a competir con Al Qaeda por la hegemonía del yihadismo en Próximo Oriente y más allá. Es hoy el desarrollo más importante en la evolución del yihadismo global, cuyos actores están tomando partido por Al Qaeda y sus afines o por el EIIL y los suyos. Este conflicto no va a menguar la amenaza del terrorismo yihadista para las sociedades abiertas. Más bien al contrario. Al Qaeda y el EIIL, en su pugna por movilizar apoyos en el seno de las poblaciones musulmanas, intentarán mostrar potencial para infligir daño a países del mundo occidental utilizando adeptos con que cuenten en los mismos. El atentado del museo judío en Bruselas es una señal. Conviene retener que, a partir de la ruptura entre Al Qaeda y el EIIL, los yihadistas que han viajado a Siria desde España se encuadran casi exclusivamente en el EIIL.
Autor:
Fernando Reinares, investigador principal de Terrorismo Internacional en el Real Instituto Elcano y catedrático de Ciencia Política en la Universidad Rey Juan Carlos, imparte actualmente como Adjunct Professor un curso de posgrado sobre terrorismo global en la Universidad de Georgetown.
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