Un grupo de científicos presentó un nuevo estudio que responde a una pregunta bastante simple con respecto a los pulpos. Si bien estos animales tienen la capacidad de adherirse a prácticamente cualquier superficie, ¿por qué sus tentáculos no se pegan entre sí?
De acuerdo a la investigación, presentada por expertos de la Universidad Hebrea de Jerusalén y publicada en la revista Current Biology, la respuesta sería química.
Luego de una serie de experimentos, los investigadores notaron que los pulpos producen unas moléculas que desactivan sus ventosas y previenen que sus otras extremidades se peguen, y cuya liberación pueden ser controladas, aunque no con total precisión.
Los científicos notaron que los pulpos pueden tanto intentar tomar otro tentáculo sin resultado, por ejemplo uno amputado, como captarlo sin problema como si fuera cualquier objeto.
Hasta hoy los expertos desconocen qué moléculas estarían relacionadas a esta acción química, aunque ya saben de dónde proviene su liberación y cómo podría estar relacionada con un mecanismo aprendido por el animal, que se mantendría incluso en miembros amputados.
Ahora el objetivo de los investigadores será tratar de imitar esta capacidad de poder tomar un objeto u otro según sus materiales, especialmente para aplicarlo en procesos como cirugías automatizadas.
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