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miércoles, 8 de enero de 2014

URUGUAY: EN QUE ESTA LA INFANCIA MAS CARENCIADA ?

Ayer el diario El Observador publicó un interesante informe sobre la situación de la infancia más carenciada de Uruguay. En él se plantea el hecho que en los últimos años han ocurrido importantes avances sociales, con impactos directos sobre la primera infancia, como la disminución de la pobreza y de la tasa de mortalidad infantil, el aumento en la cobertura y en el monto de las asignaciones familiares y de la educación inicial, así como la inclusión de la población infantil en el Sistema Integrado de Salud. Pero nada es directo y simple cuando se analiza la problemática social y esta no es la excepción.


Los esfuerzos han servido para “paliar problemas” arrastrados desde fines del siglo XX y agravados con la crisis de 2002 pero los más pobres siguen sin acceder a las políticas públicas, aseguraron expertos en políticas de infancia y adolescencia.

“El país no solo se juega su presente, sino su futuro”, analizó el sociólogo Fernando Filgueira.
La incorporación de los sectores medios y medios bajos de la población a los programas públicos –sin contar la educación pública– es una de las asignaturas pendientes para  Paula Baleato, coordinadora en la institución El Abrojo. “Hay un gran debe todavía con esos niños”, apuntó.

Por ejemplo, estos niños no pueden acceder a un Centro Caif (y, por lo tanto, su familia debe resolver su cuidado en el ámbito privado) o al cobro de asignaciones familiares pero, de acuerdo a sus ingresos o a la capacitación laboral de sus padres, pertenecen a hogares con alta vulnerabilidad a los que un temblor económico puede dejarlos por debajo de la línea de pobreza.

Para Filgueira hay que recorrer dos caminos: la universalización de las asignaciones familiares (con un monto superior al actual) y del sistema de cuidados para los hogares de los quintiles 1, 2 y 3 (del estrato más pobre al sector medio) y una reforma profunda de las licencias laborales que incluyan, también, la posibilidad de combinarlas entre familiares. A su juicio, “son el paquete fundamental” para generar políticas de igualdad y de protección a la infancia. Explicó que así lo hicieron los países nórdicos, en los que se invierte tanto en los más pequeños como en el sistema de pensiones. Uruguay invierte, al menos, cinco veces más en los pasivos.

“La pretensión tiene que ser universalizante puesto que uno de los dilemas que Uruguay enfrenta es la caída de la fecundidad que se produce en forma muy marcada y relativamente polarizada. No queremos que los sectores medios sigan perdiendo fecundidad”, señaló.

En este sentido, Gonzalo Salles, director de Gurises Unidos, recordó que la reducción de los indicadores de pobreza e indigencia infantil no se ha visto acompañada de una mejora de los procesos de exclusión social.

“Hoy contamos con núcleos duros de exclusión donde los distintos programas y políticas sociales no están dando las respuestas adecuadas”, dijo a El Observador.
Y, en concreto, Salles responsabilizó a la enseñanza media. “Hoy es válida la pregunta: el liceo, ¿qué oportunidades está dando?”, increpó. Las cifras la convierten en retórica: casi en la mitad de los liceos de Ciclo Básico repite uno de cada tres alumnos de primer año. Las oportunidades, en su opinión, deben ser “realistas y efectivas”.

Medidas para adolescentes

Los expertos en políticas de infancia y adolescencia coincidieron en que un sistema educativo más atrayente tendría dos beneficios: el cuidado de los niños, en particular, si el horario es extendido, y herramientas para una mejor y más larga trayectoria educativa. “Tenemos que darle a esos chiquilines pautas de emancipación a la vida adulta que no reproduzcan la tendencia a tener hijos a edades tempranas y la vulnerabilidad reproducida intergeneracionalmente”, afirmó Filgueira.

Agregó la necesidad de una política de acceso a anticonceptivos de larga duración. Según la II Encuesta Mundial de Salud Adolescente 2012 del Ministerio de Salud Pública, el 17 % de las mujeres y el 9 % de los varones de 13 a 15 años no sabe donde conseguir preservativos.

Respecto a adolescentes, Salles sostuvo que la pretensión de bajar la edad de imputabilidad penal se da de bruces con el “sello progresista” de un país que aprobó el matrimonio igualitario y la legalización de la marihuana. “Estamos a punto de llevar adelante un retroceso en derechos humanos”, expresó.

ASUNTOS PENDIENTES

Pobreza: Si se comparan los datos de 2008 y 2011, se registró una significativa reducción de la pobreza en los tres subgrupos de edad: entre los niños de 0 a 5 años, de 40,5% a 26,1%; entre 6 a 12 años, de 38,9% a 24,9%; y entre 13 a 17 años, de 33% a 22,8%. Al mismo tiempo, se constató una apreciable disminución de los niveles de indigencia. No obstante, la población infantil y juvenil sigue siendo más pobre que los restantes grupos de edades. En Montevideo se encuentra la mayor prevalencia: 35,3%; esto es el triple que la media nacional y 11 veces superior al promedio nacional de las personas de 65 y más años. “Cuanto más pequeños, más pobres”, resumió Gonzalo Salles, director de Gurises Unidos.
La pobreza entre los menores de 15 años que viven en la periferia de Montevideo (municipios A, D, F y G) alcanza, en promedio, el 56%; en el resto de la ciudad es del 14%. La probabilidad de vivir en condiciones de pobreza es cuatro veces mayor entre los niños que residen en la periferia.



Educación: La necesidad de una reforma “profunda” del sistema educativo como materia pendiente “ya es un lugar común”, expresó Paula Baleato, coordinadora en la institución El Abrojo. Las tasas de egreso de la educación media se han mantenido prácticamente incambiadas durante los últimos 20 años. Cuatro de cada 10 jóvenes culminan la educación media superior, uno de cada tres finaliza la media básica y uno de cada tres no puede ni siquiera completar el ciclo básico. Lo último aleja la meta de la universalización en este sector.
La cantidad de repetidores en Ciclo Básico bajó del 29,6 al 28,6% en 2012; pero la cifra es mala. El primer año de liceo es el que presenta la mayor cantidad de alumnos no aprobados. Así es que en casi la mitad de los liceos de ciclo básico diurnos, repite uno de cada tres alumnos de primer año. La situación es más alarmante en Montevideo, donde esta situación se repite en casi el 80% de los centros.  Como dato positivo, los niños de 3 a 5 años matriculados llegaron a 83,9% y de 4 y 5 años a 93,6%. Primaria tuvo en 2012 niveles de matriculación del 97%. Y, además, se redujo en los últimos siete años un 6,1% la brecha entre los niños que no aprueban provenientes de hogares más pobres con respecto a los niños provenientes de hogares más ricos.



Mortalidad infantil: La tasa de mortalidad infantil (TMI) se encuentra entre las más bajas de la región: 8,9 por cada 1.000 nacidos vivos. No obstante, en 2010, la cifra era aún más baja: 7,7. En 2011 se frenó la histórica caída que había empezado cinco años antes. Según el Ministerio de Salud Pública (MSP), “la diferencia no es estadísticamente significativa” ya que “sigue persistiendo una tendencia descendente en la mortalidad posneonatal” (bebés de entre 28 días y un año de vida) y se mantiene la cifra global en un dígito. La TMI aumentó “a expensas de la mortalidad de los menores de siete días de vida y en particular en niños prematuros”.
Walter Pérez, presidente de la Sociedad Uruguaya de Pediatría, consideró que dos fenómenos graves y que probablemente incidan en este aumento son la prematurez (a menudo vinculada a la falta de controles durante el embarazo) y las infecciones respiratorias (muy asociadas a las condiciones de vivienda, el hacinamiento y la humedad). Además, el embarazo adolescente es cada vez más frecuente.
Además, el MSP mantiene como un problema “muy grave” la permanencia de valores de sífilis en madres y bebés. Un informe demostró que de 303 madres con sífilis positivo, 211 niños fueron infectados durante la gestación.



Nutrición: El déficit de talla y la obesidad son los problemas más relevantes en los niños de entre 6 y 24 meses de edad. El 11% de los niños menores de 2 años tiene una talla menor de lo esperado, el 31% tiene anemia y aproximadamente un tercio tiene problemas de retraso del desarrollo. Por otra parte, el bajo peso al nacer se mantiene en valores altos (8,7% en 2011). Una buena noticia es que la lactancia materna ha experimentado un considerable aumento: llegó al 65,2%. Pero la mala es que los niveles de anemia de los niños son significativamente altos, en particular, para los niños con mayor vulnerabilidad desde el punto de vista social y sanitario. La anemia por déficit de hierro, un micronutriente esencial para el desarrollo cerebral, puede provocar dificultades en la inserción escolar y en el aprendizaje.



Seguridad: Los delitos cometidos por adolescentes se han convertido en el foco de atención del sistema político y de la opinión pública. Tanto así que se habilitó un plebiscito –que se realizará este año con las elecciones– para bajar la edad de responsabilidad penal (de 18 a 16 años). Pero, según el Poder Judicial, tan solo el 4,5 % de los delitos, incluidos los asesinatos, son cometidos por menores. “Son el chivo (expiatorio) de una situación de inseguridad de la cual no son responsables”, dijo Salles. Y agregó que si se baja la edad de la imputabilidad penal y se reforma el Código de la Niñez y la Adolescencia va a significar un retroceso en materia de derechos humanos.
El representante de Unicef en Uruguay, Egidio Crotti, alertó que tomar esa medida para resolver los problemas de inseguridad es una opción “muy simplista” y “peligrosa” porque coloca a la adolescencia “como un enemigo público”. Y aseguró que la relación entre inseguridad y adolescencia “no está sostenida por ningún dato empírico serio”.
Por otra parte, la mayoría de los jóvenes que pasaron por la justicia penal juvenil entre 2005 y 2010 ni trabaja ni estudiaba, según un informe de la Fundación Justicia y Derechos. Además, el 31% no había terminado el ciclo básico.



Violencia: Un estudio del Ministerio de Desarrollo Social reveló que ocho de cada 10 adultos del área metropolitana manifestó haber ejercido algún tipo de violencia (física o psicológica) contra al menos uno de los niños a su cuidado: el 14% reconocía actos severos o muy severos.
La II Encuesta Mundial de Salud Adolescente registró que la tasa de suicidio en adolescentes y jóvenes (de 10 a 24 años) es de 11 cada 100 mil. Es la segunda causa de muerte en ese grupo. Entre aquellos que intentaron suicidarse, casi cuatro de cada 10 chicos habían sufrido abuso sexual y el 18,4% había sido víctima de bullying.
El 2,3% de los adolescentes reconoció haber sido forzado a tener relaciones sexuales.

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