El Director del Instituto de Rehabilitación (INR), Inspector Mayor Luis Mendoza, informó que existe muy poco hacinamiento en las unidades de internación de privados de libertad. En estos tres años se trabajó en la refacción de establecimientos, en muchos casos con mano de obra de población reclusa. Dijo que este 3 de enero 2014 ya no hay personas viviendo en los patios del Comcar, utilizados como alojamiento transitorio tras el último motín.
En entrevista con la Secretaría de Comunicación, el director del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), Luis Mendoza, se refirió a los avances en materia de infraestructura que permitieron reducir sensiblemente el hacinamiento en las unidades de internación de personas privadas de libertad.
Mendoza indicó que, a tres años de su creación, el INR está cumpliendo todas las metas trazadas. Explicó que actualmente se está cerrando la etapa de ajuste de condiciones locativas del sistema penitenciario, para pasar a trabajar en el 2014 en lo que es el tratamiento de las personas privadas de libertad, es decir la rehabilitación, que es el cometido principal del INR. “Contar con nuevas plazas permite combatir el hacinamiento, que en definitiva perjudica la concreción del tratamiento”, dijo.
Actualmente el país cuenta con 9.700 internos distribuidos en las distintas unidades del territorio nacional. Las mujeres representan el 8 % de la población privada de libertad.
Mendoza explicó que las obras se realizaron en dos modalidades: por un lado, mediante licitaciones a cargo del Ministerio del Interior (por empresas privadas), y por otro lado, las propias personas privadas de libertad se encargaron de la construcción. “Fue un logro del INR. Se recuperaron lugares como el módulo 4 del Comcar, que fue destruido en un motín el pasado 25 de abril de 2012 a manos de los internos. Ellos mismos, rompiendo el paradigma de que los presos no hacen cárceles, están reparándolo. Ese módulo ya se inauguró en forma parcial, pero en febrero queda terminado definitivamente. Es un módulo de 440 plazas”, relató.
También, en el Centro Metropolitano N° 5 en Colón, unidad de internación de personas privadas de libertad destinada para mujeres, se construyó un área con alojamiento de media seguridad y de seguridad, como forma de clasificar a las personas.
“Es importante el trabajo de las personas privadas de libertad porque es la única forma de trabajar en la rehabilitación. Estas personas, además de la construcción que hicieron, adquieren hábitos de trabajo, combaten el ocio y aprenden un oficio. Muchos no sabían agarrar una cuchara de albañil y hoy tenemos 180 personas trabajando en las obras. Cuando salen en libertad tienen cierta experiencia para ir a desempeñarse en la construcción”, relató.
Obras 2014-2015
Pensando en lo que es el cierre de esta administración, Mendoza dijo que se aspira concretar, por un lado, edificios nuevos y por otro, refacciones. Por ejemplo en el Comcar una empresa privada trabaja en un establecimiento para 50 personas de máxima seguridad. Asimismo, este año comenzarían las obras en base a participación pública privada (PPP) para 2 mil plazas en el predio contiguo al actual establecimiento de Punta de Rieles. “Esto terminará con el hacinamiento total”, afirmó.
Mendoza explicó que el INR tiene por objetivo también mejorar las condiciones edilicias en el interior del país. Este año finalizarán las obras en la cárcel de Rocha y de Soriano. “Cuando estén prontas pasarán a nuestra órbita”, indicó.
El jerarca insistió en que con mano de obra de internos se concretó refacción de establecimientos de la zona metropolitana y del interior. “Al trabajar en muchos casos con mano de obra de personas privadas de libertad se ahorra mucho dinero en estas obras”.
Ningún interno vive en los patios
En el Comcar se inauguraron primero 500 plazas en el módulo 11, ahora 440 más en el modulo 4, lo que totalizan 940 nuevos lugares. “Recuérdese que cuando se concretó el motín el 25 de abril del 2012 se destruyeron dos módulos (4 y 5), por lo que muchos debieron vivir en patios. Luego se dio un motín en el módulo 2 y el 1. Estos cuatro módulos son antiguos, de la década del 80, hechos de bloque para otro tipo de población que no se ajusta a la realidad de hoy. Los patios techados durante casi dos años sirvieron como alojamiento provisorio. Hoy salió el último interno de los patios. Todos están viviendo en los módulos refaccionados o hechos a nuevo”, anunció Mendoza.
El jerarca insistió en que “hay muy poco hacinamiento”. Reconoció que en algunos departamentos del interior sí, pero informó que aspiran a que a 2015 tendrán todas las cárceles bajo su órbita. “Hoy vamos 11 cárceles del interior del país pasadas al INR. Nos restan otras ocho unidades, dos de las cuales se están haciendo a nuevo”, concluyó.
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