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lunes, 16 de diciembre de 2013

O. ANDRADE: UNO DE LOS PRINCIPALES LIDERES SINDICALES DE URUGUAY

Es el líder del sindicato de la construcción y este fin de semana fue el dirigente más votado en las elecciones del Partido Comunista del Uruguay. Sin embargo, en entrevista con 180, dijo que le cuesta verse fuera del sindicato. Hace 2 semanas, un día antes de un viaje a Cuba para analizar la posibilidad de que cuadrillas del Sunca viajen a Cuba para colaborar en la reconstrucción de la ciudad de Santiago tras los destrozos del huracán Sandy, dialogó con 180 en la sede sindical, que define como su casa.


Habló de los años de militancia en la crisis del 2001, cuando debía dormir en el piso de su oficina porque no tenía para el boleto. Y de su madre cuidacoches cerca de la Torre de las Telecomunicaciones. También se refirió a las diferencias estratégicas en el sindicalismo y explicó qué es para él ser comunista en 2013.

“Pensar que esta forma de organización social no puede tener una alternativa es negarnos la condición de supervivencia de la humanidad”, afirmó.

¿Cómo vivís el ser uno de los dirigentes sindicales más expuestos?

Me parece que lo que hay es un sindicato con muchísima presencia en la sociedad. Si vos mirás los últimos años, hay algunas construcciones hechas desde la organización de los trabajadores de la construcción que han logrado cosas formidables. Por ejemplo participa en la reforma de la Carta Orgánica del Banco República que es la que permite la reapertura de Metzen y Sena y participa activamente de la concreción de la empresa autogestionada más grande en la historia del país.

Yo tengo claro que hoy es noticia Pluna por sus dificultades y difícilmente sea noticia Metzen y Sena que se logró salvar.

Es claro que también hay un sindicato en un proceso de crecimiento, pasamos de 2.000 afiliados en el 2004 a 42.000 afiliados ahora. Las tres últimas elecciones del Sunca son las más grandes de la historia en el movimiento sindical. A mí me tocó encabezar esas listas pero lo que más importa es el proceso.

El resultado de la acción del sindicato por miles se explica en esa construcción por abajo, no se explica por el que está en el estrado. Es una lectura que no comparto. Trato que se valore lo otro. Nosotros pasamos de un 80% de trabajadores debajo de la línea de pobreza a un 20 % en el último año.

Si tuviéramos cinco ramas de actividad que trabajaran como nosotros con los clasificadores, tendríamos un problema menos. Si tuviéramos cinco o diez ramas de actividad que hicieran lo mismo para atender el tema de la vivienda, hablaríamos de una situación diferente. Hay que tratar de ver cómo las organizaciones sociales pueden vincular sus problemas inmediatos con los problemas generales. Por ejemplo, para el año que entra tenemos previsto armar un sistema de apoyo docente para evitar la deserción estudiantil, un tema en el que venimos trabajando hace dos años. Además queremos atender a los trabajadores de la construcción en situación de calle o con problemas de enfermedad, como el alzheimer. Además queremos completar la alfabetización de los trabajadores.

¿Por qué el Sunca puede tener estos niveles de participación y otros sindicatos no?

Hay cosas que no son solo del Sunca, son de la industria. Está claro que nosotros impulsamos con mucha fuerza la incorporación de gurises infractores del INAU al trabajo. Después también depende de que tengas empresarios que abran esa cancha.

A esta altura nadie puede sostener que se entregan principios por tener diálogo. No se puede sostener esa premisa. Este es un sindicato con mucha firmeza en sus principios, con mucha capacidad de convocatoria y movilización en la defensa de sus intereses. Pero también con mucho diálogo.

La convocatoria se da porque es un sindicato que no se agota en la lucha por el plato de lentejas. Yo no creo que por la acción de dos pesos más de salario vos tendrías cientos de compañeros que todos estén dispuestos a trabajar los fines de semana solidariamente. La orientación del sindicato pasó a ser justa no cuando fue justa en términos teóricos sino cuando la comprendieron miles de compañeros. Ahí está el desafío principal de cualquier organización sindical. Que se entienda que algunos dramas son nuestros. Fuimos el primer gremio en tener un convenio de licencia para los trabajadores con hijos con discapacidad, ahora para los que tienen hijos con enfermedades terminales.

Vincular los temas del sindicato a los de la familia, a las familias más embromadas, con mayores problemas, ayuda a muchos compañeros a sentir mucha dignidad con lo que hacen y eso genera la movilización. Hubo compañeros que vinieron seis veces de Bella Unión a Montevideo en dos meses y medio. No es fácil.

Es lucha dos mangos más de salario pero también es lucha cuando un gurí hace un año decía “soy chorro” y ahora dice “soy trabajador”.

¿Ese es un mensaje para el resto del movimiento sindical?

Para el resto de la sociedad. No somos los iluminados de nada. ¿Cuál es la diferencia con lo que pasaba hace 10 años? Que hace 10 años éramos un puñado pero fuimos Migues a reconstruirlo de punta a punta, con barras que estaban en el seguro de paro. No es una práctica nueva. Cuando tenés un tamaño se nota más porque estás en los 19 departamentos, tenés más posibilidades. El volumen de las cosas que podemos hacer es mucho mayor.

Me parece que el mensaje es para la sociedad. Yo insisto en que lo que hacemos, lo hacemos en el marco de una industria que comprende estas cosas. Sería muy difícil solo. Si no tenés una empresa que abra el cupo para la mujer jefa de hogar, para el clasificador o para el gurí del INAU, tendríamos solo intenciones. Muchas veces lo que existe es que le preguntan sobre la historia laboral, responden “clasificador” y no los toman nunca más.

La lógica de que se salven los buenos es que no salve nadie porque vas a construir un Uruguay “hiper favelado”, de barrios privados que luego termina expresándose de la peor forma posible.

Los problemas de violencia y de seguridad se solucionan con estas políticas, no de otra manera. Aumentar la cantidad de presos no nos hace más seguros, al contrario.

Se busca generar un tipo de sociedad, inclusivo. Que no mire con ajenidad los dramas sociales. Cuando eso se da en el plano práctico, cuando empezás a querer al botija que te enteraste que rapiñó pero que no nació el día de la rapiña, que tenía una vida para atrás, llena de dramas y que de repente era abusado y pasó miseria. Que apenas vio una soga, una chance, se prendió y empezó a agarrar para otro lado. Ahí ves que el tema no es tan sencillo, de buenos y malos, ni de garrotes más grandes.

Estas cosas tienen menos difusión de que la debería. Nosotros tenemos unos 70 gurises del INAU y hasta ahora ninguno de los que ha entrado por el lado del Sunca ha reincidido. Estoy convencido de que cuando uno de estos chiquilines vaya y robe a una viejita va a ser tapa de todos los diarios. No nos merecemos esta lógica informativa. Con tamaña hemiplejia en el sentido informativo está bravo para construir una sociedad diferente. ¿Cuál es el mensaje que queremos dar? “No ayudes a nadie”.

Vos te referís a aspectos de organización del Sunca, pero desde el resto de la dirigencia sindical y política, incluso el propio presidente Mujica, han llamado la atención sobre tu carisma como líder. ¿Sos consciente de eso?

Sí, claro. Nosotros nos santiguamos. Somos una generación a la que le tocó militar para el sindicato en el 2001, 2002, 2003. Yo milito desde 1992. Nosotros sabíamos que militar era perder un jornal. Nosotros dormíamos acá en el piso porque no teníamos para el boleto. En la crisis me tocó estar dirigiendo el sindicato pero trabajando como panadero que fui mi primer oficio. Comíamos de la olla popular con todos los compañeros.

En este gremio, a la larga, el mejor abogado que tenés son los trabajadores. Después me parece que hay un elemento que tiene un valor sustancial, algunas renuncias personales creo que calaron hondo. Muchos compañeros supieron que nos ofrecieron ser parte del gobierno y decidimos renunciar para quedarnos en el sindicato. Para muchos compañeros en la política de hoy ese es un elemento de mucho valor. Para nosotros es lo más natural del mundo.

Se dice que soy uno de los dirigentes más influyentes del país. Está bien. Y yo sé que mi vieja estuvo cinco años cuidando coches frente a la Torre de Antel y no golpeé ninguna puerta donde puedo tener influencia para que le dieran un lugar.

En esta casa hemos intentado manejar esos criterios para la acción sindical. Hubo que tomar limpiadora para el sindicato y le pedimos al sindicato de las domésticas que pidiera quién quería entrar. No queríamos elegir entre conocidos. Ahora hablamos con la Fundación Sunca Solidario por si quiere entrar alguna de las viudas de los compañeros para aplicar criterios que sean claros para los compañeros.

Después tuve suerte. Me tocó encabezar procesos de conquistas muy importantes para el sindicato: la reducción de la jornada a 44 horas, el fondo de cesantía, la bolsa de portland de 25 kilos, la hora de lluvia, la hora de alimentación. Y me tocó la responsabilidad de transmitirlas pero esas conquistas son de miles de compañeros que la pelearon. Como tenemos una ideología que quiere vincular la conquista al individuo, no a los colectivos, a veces hay compañeros que razonan mal en el sentido de que tal conquista es del que fue a negociar. Nosotros hacemos lo posible por pararnos en una opinión distinta.

Pero el gesto de entrar al Parlamento como diputado el día que se votaba la ley de responsabilidad penal empresarial en los accidentes laborales fue en el sentido de fortalecer tu liderazgo. El Partido Comunista lo decidió no de manera inocente, digamos.

Yo soy suplente desde 2009. De ahí para acá hubo dos elecciones en el sindicato, en las dos participaron cuatro listas, en las dos elecciones fue colocado con mucha fuerza este componente como negativo. En algunos casos con mala leche. El gremio sabe que soy suplente de legislador. Nosotros teníamos un acuerdo con el Fidel de entrar cuatro meses. No terminé ingresando ni cuatro días porque siempre que daba para entrar, estaba en dramas acá. En este período yo tenía que ingresar todo el último año, cosa que no voy a hacer, ya lo tengo más que decidido.

La decisión de participar tuvo que ver con que podíamos aportar a la discusión por el conocimiento de muchos años.

El Parlamento votó la capitalización de la Caja de Profesionales. Si los universitarios que son legisladores se hubieran abstenido de votar, no habría tenido quórum la sesión. Y ese sí podría ser un interés más particular. Ahora, decir que el interés de que no se mueran trabajadores es particular y no general, es forzar demasiado el razonamiento.

Liderás un sindicato con una fuerte tradición de diálogo. Otra parte del sindicalismo uruguayo tiene actitudes totalmente distintas. Se va a la confrontación, se rompen canales de diálogo...

También es otra parte del empresariado. No haber dejado entrar a la Asociación Rural a una compañera con dos hijos porque tenía volantes para repartir es una actitud de la Edad Media.

Pero por ejemplo en la educación, la patronal es el gobierno y tiene actitud de diálogo y, sin embargo, los sindicatos van al choque.

Yo estoy convencido que lo más combativo es tener la mayor cantidad de gente posible participando. Eso es lo más combativo. Si yo hago un paro de 48 horas y participa un 10% de mi gremio, es menos combativo que un paro de tres horas del que participan 25.000. Es una concepción. Las herramientas sindicales se fortalecen con la mayor presencia de los trabajadores y mayor cantidad de voluntades a favor en la opinión pública.

El sindicalismo tiene en su unidad un valor. Y unidad en la diversidad. No vamos a incorporar una dictadura y decir que este es el único camino a seguir. También queremos debatir, en una buena, sobre los resultados.

Yo estoy orgulloso de la participación que hubo en las últimas elecciones del Sunca, que fue del 60%. En las elecciones nacionales cuando no son obligatorias participa un 45%. Capaz que un compañero me dice que en las elecciones de Ades participaron 600 trabajadores de 4.000. Para mi sería un problema, estaría preocupado con fraternidad. No son nuestros enemigos, son compañeros que pueden tener distintas orientaciones. Después se ve con los resultados. Yo creo que es muy difícil triunfar en un conflicto si se sale huérfano de pueblo.

¿Te ves con mayor protagonismo partidario, con una candidatura?

Yo no sé si hay mayor protagonismo afuera de esta casa. Desde afuera puede pensarse que ser legislador es más importante que ser dirigente sindical. Si me dejás, yo me quedaría acá hasta el día que me muera. Esta es mi casa. Tengo un sentido de gratitud enorme, los compañeros y compañeras me han dado muestras... Yo me quedé desalojado en el 2002 y un compañero me dio la casa que tiene en un asentamiento para irme a vivir. En los momentos más embromados en los que no tenías ni para el pan, aparecía un compañero. Me cuesta mucho verme afuera del sindicato. Si me dejás, yo seguiría en el próximo período en el sindicato.

Pero el partido te puede llamar.

Puede ser. La vez que me pasó, no lo dudé. En el período pasado me ofrecieron la Inspección de Trabajo, no era un tema que no me sedujera, pero habían votado 20.000 trabajadores un año antes. Decidí quedarme acá. No sé qué voy a hacer mañana. Pero me gustaría quedarme acá. Tengo claro que hay compañeros que si me candidateo militarían más, se entusiasmarían, se identificarían más.

¿Qué es ser comunista hoy?

Pah... yo creo que una de las referencias que colocaron los clásicos están más vigentes que nunca. Supongamos que por realismo mágico Marx revive con algunas de las tendencias principales que colocaba como la de acumulación y concentración de capital, la contradicción principal entre el desarrollo vertiginoso de la fuerza productiva y las relaciones capitalistas, la tendencia del capitalismo a depredar el medio ambiente, la fusión del capital comercial con el capital bancario para gestar el capital financiero trasnacional, la necesidad de encontrar en la sociedad el sujeto histórico que avance en los procesos sociales...

Si vos mirás en un mundo que tiene los dramas que tiene, siglo XXI, 20 millones de esclavos. ¡20 millones de esclavos! En Qatar en dos meses murieron 50 trabajadores haciendo los estadios para la copa de 2022 y hay 7.000. O sea, hay un 10% de los trabajadores que hay en Uruguay y en dos meses murieron cinco veces más que en un año acá. El problema informativo es si se puede hacer un mundial o no... Tenemos un problema. 146 millones de niños menores de cinco años sufren desnutrición, 5.000 mueren por día de neumonía y diarrea, 1.300 millones de seres humanos no tienen acceso al agua potable, 2.300 millones de trabajadores ganan menos de cuatro dólares por día.

Pensar que esta forma de organización social no puede tener una alternativa es negarnos la condición de supervivencia de la humanidad. El comunismo en 150 años, con sus tragedias, con sus errores, con sus dificultades, ha sido intentar superar una forma de organización económica, social, material de la sociedad que a los efectos de la supervivencia de la humanidad es una vía muerta.

No se le pueden pedir peras al Olmo. El capitalismo tiende a la concentración. Esa forma de desarrollo es bestial, criminal. Ser comunista es tratar de construir alternativas sociales, políticas, económicas, ideológicas y culturales a esa lógica. El elemento central es la construcción de una sociedad más justa. ¿Quién puede sostener que la actual conformación económica y social sea la última de la humanidad, que sea el estado ideal?

Mauricio Erramuspe
Fuente:180.com.uy


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