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lunes, 16 de diciembre de 2013

TRANSPACIFICO: OTRO TREN QUE SE MARCHA ? QUE SE HARA LUEGO QUE PASE EL ULTIMO ?

La integración de las economías a escala global es un componente inevitable de la globalización. Más tarde o más temprano es de esperar que imperará el libre comercio global. El comercio es cada vez más fluido, el ancho de banda cada vez mayor, la coordinación macroeconómica lo mismo. Y es cada vez más evidente que pese a las fobias de algunas minorías, comerciar libremente agrega valor.


Por supuesto que habrá países que elegirán la estrategia erróneamente adjudicada al avestruz. Esconderán la mirada bajo la arena y dirán que jamás se integrarán con tal o cual enemigo acérrimo. Generarán barreras hacia el exterior y estancamiento a su interior. Ejemplos los hay cercanos.

Pero el pragmatismo desde China a Estados Unidos de América y la Unión Europea (UE), desde Colombia a Chile y Costa Rica y Oceanía es más fuerte. Integrarse económicamente agrega valor y es un mito suponer que solo le sirve a los países desarrollados. Más bien todo lo contrario. Acceder a los mercados del mundo con aquellos productos que puedan hacer habilidosa y eficientemente es la vía por la cual los países pobres del mundo podrán enfrentar sus desafíos económicos y sociales.

El proceso se mantuvo frenado por un largo período de tiempo. Los fracasos de los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio en parte postergaron lo que se soñaba a partir de lo que fue la Ronda Uruguay del GATT que impulsó exitosamente Enrique Iglesias.

Pero en buena parte del mundo se ha descongelado y avanza a toda velocidad. Mientras miramos ensimismados los saqueos en Argentina y la guerra económica que propone Nicolás Maduro, Europa nos pone en la lista de espera y avanza rápidamente en acuerdos comerciales con Estados Unidos y Canadá. Es bastante lógico. Mientras Canadá es un país “de primera”, Estados Unidos está superando sus dificultades económicas y arranca a crecer con fuerza. En breve el sistema económico estadounidense dejará las muletas de la Reserva Federal que está dando sus últimas inyecciones de dinero.

Uruguay permanece como asombrado preguntándose ¿qué hacer? Algunos sectores militantes anti Estados Unidos, hacen lobby para frenar todo lo que no sea apostar a un Mercosur estático.

Los europeos esta semana han sido explícitos. Ni siquiera quieren recibir ahora lo que el Mercosur tenga para proponer. “Sorprendentemente hemos tenido una petición por parte de la Unión Europea para prorrogar un mes más la presentación conjunta de las ofertas”, dijo a periodistas el jefe de Gabinete argentino, Jorge Capitanich. “Dado el próximo receso de Navidad, el comisario (de Comercio Karel de Gucht) sugirió proceder con el intercambio (de ofertas) a inicios del 2014”, dijo el portavoz de comercio de la UE John Clancy. El Mercosur quedó afeitado y sin visitas.

Mientras eso sucede cuando Europa mira al sur, cuando mira al norte apreta el acelerador. Y en eso a Uruguay le va mucho. Estamos acostumbrados a abrir mercados para la carne. Dos años atrás logramos pasar a formar parte del cupo 481, algo aún mejor potencialmente que el famoso cupo Hilton.

Pero según explicó el analista argentino Miguel Gorelik, de vasta experiencia en la industria cárnica del Mercosur, “el reciente acuerdo comercial de la Unión Europea con Canadá achicará el cupo sin aranceles para carne de feedlot. De prosperar las negociaciones con Estados Unidos, el beneficio podría desaparecer de un plumazo.”

Gorelik explica que la cuota es de la Unión Europea, no ratificada todavía a nivel global. “La cuota 481 surgió como compensación de la UE a Estados Unidos y Canadá por la prohibición al ingreso de carnes producidas con hormonas. Si bien puede ser usada por cualquier miembro de la Organización Mundial de Comercio (OMC), el bloque puede reducirla unilateralmente ya que esta no ha sido consolidada ante el organismo multilateral.

En este contexto, una vez que al acuerdo entre la UE y Canadá entre en vigencia, el cupo se reducirá en 3.300 toneladas ya que este volumen corresponde a la compensación a la ganadería canadiense. Para ello, debe ser aprobado por los Parlamentos de los 28 miembros de la UE, por el de Canadá y los de cada una de sus provincias. Se estima que todo este proceso puede llevar un número importante de meses, quizá un par de años.

Mientras tanto, la UE ya empezó las negociaciones con los Estados Unidos para alcanzar un acuerdo de libre comercio lo que abre la posibilidad de que, una vez logrado, y en línea con lo que ocurrirá con Canadá, se elimine la totalidad de la cuota.

La gravedad de la situación fue confirmada por Fernando López Fabregat, director de asuntos económicos bilaterales de cancillería. “Nosotros que vamos al mundo a través del Mercosur precisamos rápidamente retomar negociaciones de larga data que por diferentes circunstancias se han visto frenadas”.

Mientras nosotros seguimos pensando cómo encauzar al Mercosur, todo el mundo logró acuerdos básicos a nivel de la Organización Mundial del Comercio y los países del Pacífico aceleran su propia integración. Una vez más Chile avanza a grandes saltos, mientras Uruguay mira de lejos.

Luego de que el sábado pasado la Organización Mundial del Comercio alcanzara su primer acuerdo global de comercio en muchos años, los cancilleres de 12 países negociaban a puertas cerradas en un hotel de Singapur el Acuerdo Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), según indicaba la agencia Reuters. Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Singapur, Chile, México y Perú, Malasia, Brunei, Vietnam, avanzan lo más rápidamente posible. A ellos podría sumarse China, entre otros. Nada menos que acceder al 40% de la economía global.

Pero nosotros no quisimos libre comercio con Estados Unidos, ¿no queremos tampoco con este gigantesco bloque? Es Asia el lugar de donde provendrá el crecimiento en la demanda de alimentos de este siglo.

¿Le regalaremos la cancha a Australia y a Nueva Zelanda? ¿O conversaremos lo antes posible con Chile y Perú? ¿Elegimos integrarnos al mundo o nos quedamos mirando los disturbios de Buenos Aires?

El germen de las crisis se forma en los momentos buenos, de autoindulgencia. Será bueno tener un pronunciamiento claro de todos los candidatos respecto a la política exterior que nos espera. El encierro nos puede costar carísimo, y en menos tiempo del que suele suponerse.

Parece clave persistir en la alianza con Brasil para avanzar en el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea y avanzar en una alianza con Chile para ser parte lo más directamente en la Alianza del Pacífico. Si Argentina quiere encerrarse en sí misma y en sus recurrentes crisis, lo que está claro es que no debe amarrarnos. Pero el tren del acuerdo comercial Transpacífico está partiendo y si no corremos, se nos va.

El pacto establecería un bloque de libre comercio que va desde Vietnam a Chile y Japón, lo que abarca unas 800 millones de personas y casi el 40% de la economía global. De mayor alcance que otros acuerdos, abarcaría más que las tarifas sobre el comercio físico e intentaría regular áreas sensibles como las adquisiciones gubernamentales y daría a las compañías más derechos para enjuiciar a los gobiernos.

Yasutoshi Nishimura, integrante de la Oficina del Gabinete de Japón, dijo a periodistas el lunes que se lograron avances durante el diálogo en una cena el domingo, y observadores dicen que se realizó bastante trabajo de preparación para el TPP durante la reunión de la OMC la semana pasada en Bali.

“Me gustaría continuar haciendo esfuerzos hacia un acuerdo para fin de año”, dijo Nishimura, y agregó que planeaba mantener un diálogo bilateral con Estados Unidos el lunes más tarde.

Observadores dicen que aunque es improbable un acuerdo en Singapur para cuando hayan culminado los cuatro días de negociaciones el martes, podría haber suficiente ímpetu para concluir un acuerdo dentro de los próximos dos meses, aunque no se finalicen muchos de los problemas técnicos.

Las negociaciones del TPP, que ya suman tres años, han estado empantanadas en controversias debido a falta de transparencia, y se han demorado por conflictos de intereses de los países negociantes, legisladores estadounidenses y grupos de interés.

Aunque se llegue a un acuerdo en los próximos meses, es probable que transcurra un tiempo hasta que entre en vigor.

Los países que ya están en las tratativas es Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Singapur, Malasia, Brunei, Vietnam, Chile, México y Perú.

A ellos podría sumarse China, entre otros.

En enero se reunirán los cancilleres de estos países. “Se está vislumbrando la delineación de un genuino acuerdo del siglo XXI” comentó el ministro de Comercio de Nueva Zelanda, Tim Groser.

Tras una pausa, muchas economías del mundo negocian integrarse velozmente. Es cierto que no somos un país del Pacífico. Pero podríamos buscar acuerdos con Chile, Perú y México. Mientras ellos se mueven, nosotros ¿adónde vamos? Ya dejamos pasar el tren del libre comercio con Estados Unidos de América. ¿Ahora dejaremos pasar el tren transpacífico? ¿Y arriesgaremos el cupo 481 de carne?

Eduardo Blasina
El Observador

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