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jueves, 21 de noviembre de 2013

LA OPINION DE A. GARRIDO: ASI VI EL PARTIDO ENTRE URUGUAY Y JORDANIA EN EL CENTENARIO

Uruguay jugando a media máquina –a excepción de Suárez que peleó todas las pelotas-, dominó el trámite de la etapa ante un rival que puso toda su atención en evitar cometer errores defensivos y que recurrió a algunas brusquedades para cortar el juego.


Jornada de fiesta. Después de 63 años y 128 días se gritó como correspondía el “Gol del Siglo”, obra cumbre de Alcides Edgardo Ghiggia. Las tribunas repletas de público. Emocionante la salida de los dos equipos. Aplauso para el himno de Jordania. Y el uruguayo, el himno de la República Oriental cantado a coro por 60.000 personas. Notable jornada. Sin “barras bravas”, sin “pulmones” en las tribunas. Sin violentos presenciando el partido. La fotografía de todo el plantel de jugadores de uruguayo, repitiendo la escena del último partido de Sudáfrica 2010 ante Alemania, dejando como testimonio para nuevas generaciones, la unión del grupo, haciendo realidad el lema de los Tres Mosqueteros: “uno para todos y todos para uno”.

Nunca en 113 años de historia del fútbol uruguayo, una selección celeste enfrentó un partido decisivo en condiciones tan, pero tan favorables, que hasta puede darse el lujo de perder por cuatro goles e igualmente clasificar a la Copa del Mundo.

A los doce minutos de juego surgieron desde las tribunas los primeros silbidos del público. ¿Reprobación para el equipo uruguayo? ¿Expresión de descontento ante el juego anodino y sin compromiso que los dos rivales exponían sobre el campo de juego? Difícil conocer el origen de la reacción contrariedad de los aficionados, que se reiteró tres minutos después, cuando un atacante de Jordania no pudo controlar la pelota en ataque, sobre la banda de la Tribuna Olímpica, saliendo afuera.

Cuando la aguja del reloj llegó al cuarto de hora, literalmente no “había pasado nada”. Apenas el mismo espíritu de lucha de Suárez; la regularidad de Arévalo Ríos y la fortaleza de Cristian Rodríguez. Todo lejos del arco del gigante golero Mohammad Shatnawi, el mismo que recibió la goleada en Ammán.

El juego de compromiso pareció culminar cuando una fuerte infracción sobre Stuani fue sancionada con tercera tarjeta amarilla por reiteración de incidencias brucas. Minutos después el No. 9 de Jordania se barrió con los dos pies en busca de la humanidad de Cáceres. Menos mal que el jugador de la Juventus saltó logrando que el jordano siguiera de largo sin tocarlo.

Se registró luego otra fuerte infracción de un jugador Jordano en perjuicio de Arébalo Ríos y partir de ese momento pareció que los muchachos árabes bajaban las revoluciones. Uruguay se colocó en ataque generando alguna tímida situación de peligro, ante una profunda entrada de Cavani habilitado por la derecha, que el salteño resolvió rematando afuera por encima del horizontal.

Arribando al final de la etapa un pelotazo largo de Lugano hacia el área de Jordania lo peleó Suárez con toda su potencia. Parecía una locomotora levantando pasto en área ante tres defensores rivales, uno de los cuáles envió la pelota al córner. Del tiro de esquina surgió la jugada más peligrosa de la etapa. Cabeceó Cavani desde el medio del área. Entre Lugano y Stuani fueron a la segunda pelota también por aire ganándole a un zaguero, impulsándola hacia el área donde un nuevo salto y cabezazo solitario de Godín, mandó la pelota a rebotar en el horizontal.

Poco después culminaba la primera etapa de juego anodino que se caracterizó por la búsqueda de Uruguay sin pisar el acelerador a fondo, y una mayor atención defensiva de los jordanos, procurando no cometer errores como ocurrió en Ammán.


Desde el comienzo de la etapa complementaria los celestes salieron decididos a buscar el partido. Quedó la impresión que en los vestuarios el coach oriental instó a sus muchachos a exhibir otra actitud. Pero se encontraron con la misma prodigación que Jordania expuso en la primera etapa, sin cometer errores en la última zona defensiva. Así capearon el temporal e, incluso, terminaron el partido en franca disposición de ataque exigiendo a la retaguardia celeste.

Sin cambios de jugadores en los equipo se reinició el cotejo. Posicionalmente en el equipo celeste, Cristian Rodríguez pasó a jugar por la derecha cambiando con Cristian Stuani quién se ubicó en la banda izquierda.

Tampoco hubo modificaciones en el planteamiento del juego. Uruguay se mantuvo en ofensiva, dominando la pelota y el terreno, con Jordania defendiendo su última zona con uñas y dientes, entregando todo su esfuerzos y poniendo la mejor atención para no cometer errores. Cuando lograban recuperar el esférico intentaban salir en contragolpe a toda velocidad, aunque con muy poco capacidad técnica para dominar la pelota.

Desde los primeros minutos la oncena celeste mostró mayor disposición. Generó la impresión que algunas palabras de Oscar Tabárez en los vestuarios, insuflando mayor entusiasmo en las acciones generó su efecto positivo.

El gol comenzó a rondar el arco del gigante golero jordano. Algunos centros generaron peligro. Otra acción de Cavani también. Lo mismo ocurrió con otra intentona por la derecha de Cristian Rodríguez quién reclamó penal cuando la pelota que envió al área pegó en el brazo del zaguero que buscó cortar la acción. Del córner el cabezazo de Lugano se perdió apenas afuera ante la pasividad del golero rival.

Al llegar al cuarto de hora con el gol que se veía venir, Oscar Tabárez envió al cambpo a Diego Forlán y Gastón Ramírez saliendo del equipo Nicolás Lodeiro y Cristian Stuani.

Cuando Uruguay intentaba acostumbrarse al nuevo funcionamiento táctico, en un contragolpe de Jordania llegó la situación clara de gol para la visita. Salvó Lugano en esfuerzo postrero enviando al córner.

Uruguay bajó la presión, Jordania se mantuvo en ataque y mientras el público no encontró mejor forma de divertirse que hacer la famosa “ola” que inventaron los mexicanos en 1986, un gran tiro desde fuera del área del No. 9 de Jordania, exigió a fondo por primera vez a Martín Silva que contuvo contra el palo derecho de su marco.

Arribando a la media hora y alentado por la tribuna que exigía un gol para cerrar la fiesta con un triunfo, Uruguay se colocó manifiestamente en ataque. Los hinchas comenzaron a redoblar también su apoyo impulsando al equipo en esa búsqueda. Otra vez se generaron varios córners que no aparejaron peligro alguno.

El equipo árabe mantuvo su ordenamiento defensivo con gran esmero y dedicación, capeando el temporal.

Antes que Tabárez lo excluya del equipo, Edinson Cavani generó una situación favorable con gran remate cruzado que tapó el golero. El ingreso de Abel Hernández abrió una interrogación sobre rendimiento en los ocho minutos que faltaban para culminar el partido.

Poco hizo Hernández, salvo un salto en la mitad de la cancha donde lesionó a un rival. A partir de allí Jordania se colocó en franco ataque y, contra todo lo esperado, el partido culminó con el adversario dominando el partido e, incluso, generando alguna chance mal resuelta.

Así llegó el final, anticipando los suplentes con el festejo en el banco, la clasificación para la Copa del Mundo 2014.

Fuente: Tenfield

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