En su programa de radio el Presidente Mujica volvió a decir grandes verdades, habló de la estabilidad laboral que buscan los uruguayos y comparó el empleo público con el privado. Dijo que 'los trabajadores privados están a leguas de tener la seguridad de los públicos', lo que es una 'enorme ventaja'. Opinó que en el Estado hay empleados responsables, con conciencia de servicio público, y de los que no quieren trabajar; apeló a tender a un cambio cultural en este sentido.
En su audición radial por M24, el Presidente de la República, José Mujica, se refirió a las diferencias que existen entre la función pública y el empleo privado. Dijo que muchos uruguayos quisieran ser funcionarios públicos, sobre todo por la seguridad que ofrece ante las incertidumbres de la vida. Ejemplificó esto con lo ocurrido en la crisis de 2002, cuando muchos trabajadores privados perdieron su empleo, a diferencia de los funcionarios públicos que lo mantuvieron y cobraron siempre en fecha.
El mandatario reconoció la existencia de una “enorme ventaja” de los públicos sobre los privados en este sentido. “Todos los trabajadores privados están a leguas de tener la seguridad que tienen los públicos, y sería bueno que lo reconociéramos”, expresó. “El uruguayo siempre persiguió el empleo público por esa seguridad. No está mal, no es un defecto, es una tendencia humana que cada cual busque su pan, su seguridad y su refugio”, aclaró.
De todas formas, insistió en que, por lo demás, los trabajadores públicos son como cualquiera. Dijo que los hay muy buenos y responsables, están los que “acompañan”y siguen a estos trabajadores que tácitamente tienen sentido de pertenencia a la función pública, “y hay otros que es un milagro lograr que trabajen”. Entiende que esto ocurre en todas partes y que no es responsabilidad de los trabajadores, sino que es una consecuencia de la demagogia del sistema político de hace décadas y del uso abusivo de derechos que permiten “las enormes seguridades”. Aseguró que los más “brillantes y notables son los que menos gritan y los que más trabajan, con conciencia de servicio público”.
Mujica explicó que, así como existen bienes públicos que hay que fomentar y multiplicar, existen males públicos que son hijos de la historia y de la parsimonia. “Los tenemos que ubicar; tienen responsabilidad difusa porque se arrastran culturalmente”, agregó.
El jerarca reiteró que “es parte del Uruguay, de la cultura, de las cosas a superar, pero las debemos conocer, no debemos enojarnos. No se superarán así como así, con facilidad, porque implica superación cultural. Si el país globalmente funciona mejor, a la gente se la sirve mejor y, si es así, a la larga esa gente producirá más beneficios para todos. La sociedad tiene una honda interdependencia”.
Dijo que no hay costumbre de llamar a las cosas por su nombre, sobre todo en política (en el amplio sentido de la palabra), y consideró "que nunca se superará lo que no se tiene la honradez intelectual de ver".
Prácticas nocivas
En otro orden, el mandatario volvió a referirse a los riesgos de la ludopatía y al manejo que se realiza sobre niños y jóvenes en cuanto al consumo. Insistió en aquellas actividades “con las cuales honradamente la gente se gana la vida y son fuente de trabajo legal”, pero que pueden considerarse “francamente nocivas”. Puso como ejemplo los juegos de casino por internet, que “se meten en el hogar” y se expone a la gente joven a los peligros de la ludopatía (adicción al juego).
“Estas cuestiones deben estar lo más lejos posible. Tener un rato de expansión, aventura o distracción de vez en cuando es una cosa, pero tener un casino metido en el hogar no parece recomendable. Sin embargo, se puede decir que cada cual es dueño de hacer lo que le parece, de sus actos, mientras no perjudique a otro, y que es una actividad como cualquier otra y como tal no necesita control ni regulación. Este argumento lo puede tener gente muy sensata y podemos discutir 10 días, y unos tendrán una opinión y otros, otra”, reflexionó.
En el mismo sentido, reiteró el caso de las personas que "sin maldad, por ganar una comisión, intentan vender un viaje a niños o niñas”. De todas formas, afirmó que “uno tiene el derecho a considerar que en todo caso ese es un intento que hay que hacer con los padres, no con los niños, porque a la niña que no pueda ir a Miami o a Europa para sus 15 años, se la expone a una frustración”.
“Sé que la propaganda sobre los niños está de moda, que rompe los ojos cómo se trata de influir sobre la cabeza de los niños. El afán de vender no tiene límites. Se puede pensar que la 'libertad es libre', pero yo considero nocivo el uso de ese recurso, por más legal que sea”, insistió Mujica.
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