Con base en especialistas en la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburg y el Instituto y Clínica Psiquiátricos de Occidente, entre otros, diversos sistemas corporales se ven afectados negativamente por la falta de sueño: corazón, pulmones y riñones; apetito, metabolismo y control de peso; función inmune y resistencia a enfermedades; sensibilidad al dolor; tiempo de reacción; humor; así como la función cerebral.
El sueño deficiente también es un factor de riesgo para la depresión y abuso de sustancias, particularmente entre personas con trastorno de estrés postraumático (TEP), con base en Anne Germain, catedrática adjunta de psiquiatría en la Universidad de Pittsburg. La gente con TEP tiende a revivir su trauma cuando intenta conciliar el sueño, lo cual mantiene a su cerebro en un estado de alerta acrecentado.
Germain estudia lo que ocurre en el cerebro de veteranos de guerra durmiendo con TEP, con la esperanza de desarrollar tratamientos más efectivos para ellos y para personas con grados menores que interfieren con un buen descanso por la noche.
Los ancianos son particularmente vulnerables. Timothy H. Monk, quien dirige el Programa de Investigación de Cronobiología Humana en el Psiquiátrico Occidental, encabeza un estudio de cinco años con recursos federales sobre ritmos circadianos, fuerza del sueño, reactividad al estrés, función cerebral y genética entre los ancianos.
'La señal circadiana no es tan fuerte a medida que la gente envejece', explicó.
Él está descubriendo que muchos están siendo ayudados con tratamientos conductuales de tipo estándar para el insomnio, como mantener un horario regular para ir a la cama, evitar siestas y cafeína ya avanzado el día, así como una reducción de distracciones derivadas de la luz, ruido y mascotas.
No debería ser una sorpresa para nadie que muchos sistemas corporales pueden ser dañados por noches crónicamente acortadas. 'El sueño incide sobre casi cada tejido en nuestros cuerpos', dijo el Dr. Michael J. Twery, especialista del sueño en los Institutos Nacionales de Salud.
Efectos.
Varios estudios han vinculado la falta de sueño con el aumento de peso. Los noctámbulos con falta de sueño no solo tienen más tiempo para comer y beber, sino que sus niveles de la hormona leptina, que le dice al cerebro que se ha consumido suficiente comida, son más bajos en las personas privadas de sueño, en tanto los niveles de la grelina, que estimula el apetito, son mayores.
Aunado a lo anterior, el metabolismo se desacelera cuando el ritmo circadiano y el sueño de la persona son interrumpidos; si no se contrarresta con más ejercicio o una reducción del consumo de calorías, esta desaceleración puede sumar hasta 4,5 kilogramos en un año.
Los riesgos de enfermedades cardiovasculares y embolia son mayores también en personas que duermen menos de seis horas por noche. Incluso una sola noche de sueño insuficiente puede causar elevaciones de la presión arterial durante todo el día en personas con hipertensión.
La falta de sueño también se asocia con la calcificación de arterias coronarias y mayores niveles de factores inflamatorios vinculados a la enfermedad cardíaca.
El riesgo de cáncer también podría elevarse en personas que no logran dormir suficiente.
Un estudio japonés de casi 24.000 mujeres entre los 40 y 79 años de edad arrojó que quienes duermen menos de seis horas por noche tenían mayores probabilidades de enfermar de cáncer de mama que las mujeres que podrían dormir durante un tiempo más prolongado.
El aumento en el riesgo podría resultar de la secreción disminuida de la melatonina, la hormona del sueño. Entre los participantes en el Estudio de Salud de las Enfermeras, Eva S. Schernhammer, de la Facultad de Medicina de Harvard, encontró un nexo entre bajos niveles de melatonina y un riesgo mayor de cáncer de mama.
Un estudio entre 1,240 personas por parte de residentes en la Universidad de la Reserva de Case Western, en Cleveland, arrojó un riesgo mayor de potenciales pólipos colorrectales cancerosos entre quienes dormían menos de seis horas por noche.
Gripe.
En un estudio de 153 hombres y mujeres sanos, Sheldon Cohen y algunos colegas en la Universidad Carnegie Mellon encontraron que quienes dormían menos de siete horas por noche tenían probabilidades tres veces mayores de padecer síntomas de resfrío cuando eran expuestos a un virus causante del resfrío que las personas que dormían ocho o más horas.
Algunos de los efectos más serios de dormir poco se relacionan con procesos mentales como el aprendizaje, memoria, juicio y resolución de problemas. Durante el sueño, se codifican nuevos caminos del aprendizaje y la memoria en el cerebro, al tiempo que es necesario dormir suficientes horas para que esos caminos funcionen óptimamente.
Desde la infancia hasta la vejez, los efectos de la falta de sueño pueden incidir profundamente sobre la memoria, el aprendizaje, la creatividad, la productividad y la estabilidad emocional, así como sobre su salud física. La alerta de los especialistas es sobre todo hacia las personas mayores de edad.
Más riesgo de cáncer
El riesgo de cáncer también podría elevarse en personas que no logran dormir suficiente. Un estudio japonés de casi 24.000 mujeres entre los 40 y 79 años de edad arrojó que quienes duermen menos de seis horas tenían mayores probabilidades de cáncer de mama que las que podrían dormir durante un tiempo más prolongado.
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Fuente: The New York Times
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