Quienes tuvimos la oportunidad de leer ese brillante libre de historia publicado en el año 1971, llamado 'Las venas abiertas de América Latina' obra del escritor uruguayo Eduardo Germán María Hughes Galeano (Montevideo, 3-09-1940), tenemos muy en claro a que refiere la palabra explotación. En el libro se analiza la historia de América Latina desde la colonización europea hasta los tiempos cercanos, mostrando claramente con crónicas y narraciones, el constante saqueo de los recursos naturales de la región por parte de los imperios coloniales, a partir del siglo XVI y hasta el momento del siglo XX en que es escrita la obra. Ese saqueo continuó sino detenerse hasta que a principios de este siglo XXI los ciudadanos comenzaron a percibirlo y a rebelarse. Pero el goteo aunque aminorado continúa y un informe de la CEPAL lo deja en claro.
Los beneficios que las empresas transnacionales obtienen en América Latina y El Caribe se multiplicaron por 5 en la última década, pero más de la mitad de las ganancias se envían a las casas matrices, según un boletín de la CEPAL.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), las empresas transnacionales están presentes en casi todos los sectores de la economía y generan utilidades elevadas en un contexto de aumento de la demanda interna y altos precios de los productos primarios de exportación.
Según el informe de la comisión, el petróleo es uno de los recursos naturales de los que las transnacionales han sacado mayor provecho y advierte que los beneficios obtenidos por las filiales de empresas extranjeras pueden afectar a la sostenibilidad del equilibrio externo de cada país. Según la entidad, el crecimiento tan marcado de la salida al exterior de estas ganancias tiende a neutralizar el efecto positivo que produce el ingreso de la inversión extranjera directa sobre la balanza de pagos.
El economista Eduardo Crespo opina que los estados de la región deberían renegociar como socios la redistribución de esta renta.
'Tal vez la solución para esta tendencia a la salida de divisas por cuenta del reenvío de utilidades al exterior sería que los países tuvieran alguna capacidad de negociación con empresas, por ejemplo, estatales', sugiere Crespo en una entrevista con RT.
El economista puntualiza que, aunque las empresas estatales 'no tengan la tecnología para competir o para hacer lo que hacen las multinacionales', sí podrían, afirma, tener una capacidad de negociación y de 'formar parte como socios en la distribución de esa renta que se obtiene en la explotación de esos recursos'.
'El principal problema asociado con este reenvío de utilidades está vinculado al proceso de privatización en la década del 90 y al hecho de que se ha verificado una fuerte subida de los precios internacionales en los últimos años', indica el experto.
La CEPAL comunicó que las compañías multinacionales obtuvieron más de 113.000 millones de dólares en 2011 en los países latinoamericanos y del Caribe. La comisión detalla en el informe que esas utilidades, denominadas rentas de Inversión Extranjera Directa (IED), se envían en proporción superior al 55 % a las casas matrices de las transnacionales.
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