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lunes, 29 de abril de 2013

L. MONTAGNIER: ' LOS GOBIERNOS DEBEN MEJORAR EL NIVEL DE VIDA DE LOS POBRES Y TRATAR DE LIMITAR LA PROSTITUCION


El Dr. Luc Montagnier (18-08-1932, Chabris, Francia) es un destacado virólogo francés. Realizó su doctorado en Medicina en la Universidad de Poitiers y en 1967 inició sus investigaciones en virología. En 1972 fue nombrado jefe de la Unidad Oncológica Viral del Instituto Pasteur, y en 1974 fue designado también director del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS). En 2008 obtuvo el Premio Nobel de Medicina, junto a Françoise Barré-Sinoussi por el descubrimiento del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida.



A los 81 años, Montagnier continúa investigando y asegura que, para evitar el avance del SIDA, 'los gobiernos deben mejorar el nivel de vida de los pobres y tratar de limitar la prostitución'.

En 1983 el trabajo de Luc Montagnier no sólo modificó el escenario futuro de medicina sino que fue el punta pie inicial de un avance que cambió la vida de millones de personas en el mundo y que sigue renovándose investigación a investigción.

A 30 años del descubrimiento del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) que causa el Sindrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) - lo que lo consagró, junto a su colega Françoise Barré-Sinoussi, como Nobel de Fisiología y Medicina 2008- Montagnier brindó una serie de conferencias en Argentina invitado por la Fundación OSDE, y fue entrevistado por el diario El País en exclusiva para Uruguay.

P: En marzo pasado un grupo de virólogos estadounidenses anunció el primer caso de cura funcional del SIDA en un niño que lo contrajo desde su nacimiento. ¿Puede esperarse que el caso de Timothy Brown se haga extensivo a mucha gente?

R: No, no creo. Se trata de un caso particular, es un paciente de San Francisco que tenía leucemia y además VIH. Debido a su leucemia se le practicó un trasplante de médula ósea y, por casualidad, el donante tenía una mutación que lo hacía resistente al SIDA y eso le transmitió la resistencia al receptor y entonces desapareció VIH.

En primer lugar hay que exponer que existe una mutación de resistencia a una de las variantes del virus que provoca el SIDA cuando las dos partes del virus tienen mutaciones, pero esto se aplica sólo a menos 1% de la población, es muy difícil encontrar personas que tengan este tipo de mutación, y además es una operación extremadamente difícil y larga y hay que encontrar los donantes.

Y en segundo lugar, es importante porque esto prueba que la médula ósea está implicada en las trasmisión del SIDA, que es un virus sumamente complejo, y muestra que hay otros factores que influyen aparte del virus, y otras células pueden ejercer el control de la infección. También muestra la buena dirección que está tomando la investigación, pero, lamentablemente, no es una solución para todos.

P: Durante su exposición señaló que hay otros factores e infecciones que pueden estar implicados en la trasmisión del VIH. Específicamente habló de un patógeno, de una bacteria…

R: Se trata de un trabajo reciente que todavía no ha finalizado. A través de pruebas moleculares y del PCR (NdE: La prueba de Reacción en Cadena de la Polimerasa que se utiliza para diagnosticar enfermedades infecciosas) ha sido posible detectar en los glóbulos rojos de las personas infectadas por VIH secuencia de ADN que no están relacionadas con ese virus. Aún no sabemos cómo actúan esos factores pero sí sabemos que todas las personas que tienen VIH los presentan. Se trata de factores microbianos, de una pequeña bacteria que todavía no tiene nombre, pero es similar a la rickettsia.

P: También señaló que en las enfermedades neurodegenerativas, como el autismo, el alzheimer o el parkinson, los estudios comprobaron una relación de esas patologías y determinadas bacterias presentes en el organismo. ¿Cuál es el valor de conocer este patógeno para poder trabajar sobre la patología?

R: Sí. Esas enfermedades son multifactoriales, pero mediante las nuevas técnicas de investigación hemos encontrado un hilo conductor y por ende debemos buscar cuáles son los factores microbianos que lo desencadenan para tratarlo en forma precoz y que desaparezcan. Porque cuando estos factores existen en etapa precoz y se los trata, la enfermedad final es todavía reversible, por el contrario, una vez que ya están instalados eso ya no es posible.

P: En ese sentido habla de la necesidad de mejorar la respuesta inmune, además de tratar los síntomas de las enfermedades, y ha expuesto al estrés antioxidante como un factor decisivo en el avance de las enfermedades retrovirales y neurodegenerativas. ¿Qué efectos tienen el uso de antioxidantes, como el extracto de papaya fermentada que usted impulsa?

R: Este es uno de los mayores problemas en la actualidad, porque no se puede hablar de cura y lo inhibidores del virus como terapia van a tener que ser la solución permanente y durar hasta el fin de los días del paciente. El tema es que además los productos antirretrovirales causan estrés entonces es conveniente usar productos antioxidantes para compensarlo.

En ese sentido el extracto de papaya fermentado es un inductor de respuesta enzimática antioxidante del organismo y utilizado junto con la triterapia es muy bueno e incluso se pueden hacer tratamientos intensivos con eso para producir el shock antioxidante y existen otros productos que poseen esa función también.

Pero, además, hay un abordaje que permitiría quizás acortar el tratamiento antiviral que sería recurriendo a productos naturales, como por ejemplo, el extracto de papaya, que proponen tener un efecto en el reservorio viral, es decir prometen un cambio en la carga viral y que se puede medir.

Nosotros tratamos en este momento de encontrar fórmulas para estimular esos sistemas y evitar el estrés antioxidante, pero de ninguna manera el tratamiento antioxidante reemplaza al tratamiento antirretroviral que es la base de la terapéutica.

P: Se trata de un virus cuyo avance depende del estado del sistema inmunológico. ¿Una persona con un buen sistema inmunológico puede deshacerse de la infección?

R: Cuando tenemos un buen sistema inmunológico podemos estar expuestos a un virus, no una infección crónica sino una infección aguda, y si tenemos un buen sistema inmunológico nos curamos después de un tiempo. En conclusión, muchas veces se puede recurrir a la prevención y los factores que influyen a nivel preventivo para no contraer el VIH son una buena higiene de vida, tener un buen sistema inmunológico, una buena nutrición, no cometer excesos como el tabaco y el alcohol.

Y si uno tiene una buena higiene de vida puede resistir, es decir, tener una buena respuesta ante el contacto con el virus; pero las personas que tienen otras infecciones o que no tienen una forma de vida higiénica no pueden resistir el embate de la infección y esta se vuelve crónica. Yo nunca dije que se pueda eliminar el VIH crónico sino que si uno tiene un buen sistema inmunológico se tiene las posibilidades de resistir al contacto con el virus.

P: ¿Existe alguna relación entre la pobreza y la infección por VIH? ¿Cuáles considera deben ser las medidas a tomar por los gobiernos para evitar ese avance?

R: Sí, claro. El SIDA afecta con más fuerza a los pobres, porque normalmente tienen una menor higiene y una nutrición menos buena. Esa premisa, por ejemplo, se aplica al continente africano, pero también a los trabajadores migrantes, a los habitantes de las favelas quienes además de tener una mala higiene y una mala nutrición están más expuestos a co-infecciones que ayuden al virus.

La principal recomendación que le haría a los gobiernos seria mejorar el nivel de vida de los pobres y realizar campañas de higiene y, en el caso de las mujeres, tratar de limitar la prostitución, aumentarle el nivel de vida de las mujeres. Al aumentar el nivel de vida las mujeres conseguirían trabajo y no se verían expuestas a la prostitución.

P: ¿La promiscuidad sigue siendo un gran factor de riesgo? ¿El preservativo es 100 % efectivo para prevenir la infección por contacto sexual?

R: El aumento de la cantidad de compañeros sexuales aumenta el factor de transmisión. Por ejemplo, en África el 10 % de la población está afectada con lo que es mucho mayor la posibilidad de encontrar alguien que esté afectado. Con respecto al preservativo, no hay nada que sea 100 % efectivo.

Pero los estudios epidemiológicos muestran que en el caso de los contagios por contactos sexuales, hay un 90 % de reducción en cuanto al contagio. Pero es importante se recuerde siempre que también se contagia por la sangre y que la sangre es sumamente infecciosa.

P: En 2002 solicitó una audiencia al papa Juan Pablo II para que la Iglesia Católica reconsidere su postura hacia el uso del preservativo. ¿Qué expectativa tiene al respecto con Francisco, el papa argentino?

R: Incluso con el papa anterior ya hubo actitudes importantes. La Iglesia en África básicamente contribuyó a cuidar de los enfermos y afectados por el SIDA. Pero ya hacia el final del papado de Benedicto XVI se reconoció el valor del uso del preservativo y espero que Francisco, el papa argentino, continúe en el mismo camino.

P: En los '80 el avance del SIDA generó un estado de alarma social permanente y hasta la estigmatización de quienes lo padecían. ¿Cuál cree que es la relación entre el VIH y el SIDA con la juventud actual? ¿Considera que persiste ese nivel de discriminación? ¿Cómo influye el hecho de que ya no cause tantas muertes y se pueda vivir con la enfermedad?

R: Esto es un problema serio porque las nuevas generaciones no han sido testigos o no han visto a las personas morir de SIDA y consideran que como hay un tratamiento eficaz no es necesario preocuparse y o en última instancia que ha bajado el riesgo.

Pero la triterapia es una quimioterapia sumamente pesada que por si misma reduce la esperanza de vida. Quizás no se mueran de SIDA pero se pueden morir de un ACV o un cáncer.

Esto es un riesgo muy grande tanto para las personas individualmente como para la sociedades en su conjunto que, además, son las que pagan estos tratamientos que son sumamente onerosos. Para prevenirla hay que recordar permanentemente que el SIDA es una enfermedad grave que hay que tratar y que, del SIDA a diferencia de otras, se conocen las causas sabemos que su contagio se produce por la sangre o los contactos sexuales.

Este es un tema sumamente importante que la prensa y las autoridades de los países deben difundir para poder evitarla. En cuanto a la discriminación, ha bajado porque ya se sabe que el virus solamente se contagia por medio de la sangre o los contactos sexuales y una persona enferma que hace tratamiento tiene menos posibilidades de infectar y su campo infeccioso es reducido. Lo que si no hay que intercambiar sangre o saliva con las personas infectadas.

¿Qué es el VIH SIDA?

El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) infecta las células del sistema inmunitario y las destruye o trastorna su funcionamiento, lo que acarrea el deterioro progresivo de dicho sistema y acaba produciendo una deficiencia inmunitaria que le impide al organismo cumplir su función de combatir las infecciones y otras enfermedades.

El SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) representa las etapas más avanzadas de la infección por el VIH y se define por la aparición de alguna de más de veinte infecciones oportunistas o cánceres vinculados con el VIH, como por ejemplo la tuberculosis.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) 'la mayoría de los infectados por el VIH presentan signos de enfermedad al cabo de 5 a 10 años, aunque el periodo puede ser más breve' y 'el tiempo que transcurre entre la infección por el VIH y el diagnóstico puede variar entre 10 y 15 años, e incluso más'.

Según cálculos de la OMS y el ONUSIDA, 'a finales de 2011 había en el mundo unos 34,2 millones de personas infectadas por el VIH. Ese mismo año, contrajeron la infección unos 2,5 millones de personas y unos 1,7 millones murieron por causas relacionadas con el sida, entre ellos 230 000 niños y más de las dos terceras partes de las infecciones nuevas se producen en el África subsahariana'.

El tratamiento para el SIDA se realiza mediante antirretrovíricos, que evitan la multiplicación del virus y, en consecuencia, disminuyen la cantidad de virus presente en la sangre del individuo infectado, llamada carga vírica.

Victoria Molnar
Fuente: El País

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