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viernes, 25 de enero de 2013

LA OPINION DEL PROFESOR JORGE LANZARO: EL CHAVISMO AHORA Y DESPUES


En un escenario marcado por la desaparición o la imposibilidad del líder bolivariano, según el politólogo Jorge Lanzaro, tanto el chavismo como la oposición compartirían un mismo desvelo: 'necesitan tiempo y calma'. ¿ Por qué ?.


'Ninguno de los bandos tiene partidos fuertes constituidos para competir y gobernar. Del lado de la oposición, necesitan tiempo para reforzar sus estrategias de competencia, y la unidad de una colcha de retazos, bastante heterogénea y compleja, que no sólo tiene tendencias ideológicas distintas, sino también realidades regionales muy diversas.

Y del lado del chavismo lo mismo, porque hay una fórmula en la ciencia política que dice que los partidos demuestran su fuerza cuando sobreviven a sus fundadores. Y acá Chávez, en su recorrido y sus largos éxitos electorales, no ha sido para nada un constructor de partido, sino más bien un armador de configuraciones electorales, que en cuanto han tomado cierto cuerpo y densidad, él mismo las ha dejado de lado.'

Y en este sentido el profesor del Instituto de Ciencia Política de la Udelar, recordó la sucesión de grupos y fórmulas alguna vez bautizados por Chávez: el Movimiento Bolivariano Revolucionario 2000, el Movimiento V República, Patria para Todos y el actual Partido Socialista Unido de Venezuela.

'Él tendía a concentrar mucho sus poderes una vez pasadas las elecciones y no quería tener que lidiar con un partido con densidad propia y eso incluso alejó a muchos chavistas de la primera y la segunda hora', explica.

Lanzaro ilustra que los partidos son máquinas para competir y gobernar, y si un líder no los necesita porque la competencia está muy centrada en un liderazgo personalista y en una estructura muy focalizada en el cogollo presidencial, no los estimula:
'Empezó a necesitar un partido cuando la oposición empezó a ser un poco más efectiva, desde 1999 en adelante'.

El analista recordó también la alta rotación de figuras en el entorno chavista: 'Si bien hay algunos nombres que han sobrevivido y son clave en general hay un despliegue muy centrado en Chávez. Por eso también allí se necesita tiempo y calma para articular los distintos cabos de un chavismo que es muy complejo, porque tiene patas militares, civiles, paramilitares, sectores más a la izquierda, y más a la derecha'.

En ese sentido visualiza que la coyuntura crítica puede abrir  oportunidades para perfilar armazones partidarias más consistentes. Y de hecho, percibe ya indicios en este sentido, porque si bien la oposición ha criticado el acto oficial del pasado 10 de enero, no impulsó una movilización ni radical, ni desestabilizadora.

Por otro lado, repara en que el lugarteniente elegido por Chávez –Nicolás Maduro– sería 'el más componedor de los dos o tres que podía haber elegido (con relación a Diosdado Cabello y Elías Jaua), lo cual es algo bueno hacia dentro del chavismo, y habrá que ver para el cuerpo militar, pero también para el país entero.

Y obviamente los chavistas tienen el mayor interés en que no se arme la de San Quintín, primero porque tienen una situación económica compleja y, segundo, porque políticamente un estallido de la 'familia revolucionaria’ sería como viajar al México de los años veinte'.

En cuanto a la participación del presidente uruguayo en el acto oficialista, Lanzaro cree que quedó demasiado expuesto: 'Por algo no fue Dilma Rousseff y por algo Cristina Fernández fue a La Habana y no a Caracas. Me parece que esto era un negocio interno de los venezolanos y hay mil maneras de expresarse, como ir a visitar a la familia a Cuba. Era claro que era un acto con componentes estatales, pero también partidarios muy visibles. Podía haberse ahorrado esa instancia sabiendo que iba a tener esa ambigüedad, más allá de que el mensaje que expresó fue correcto'.

J. Lanzaro:Doctor en Ciencia Política. Profesor grado 5 del Instituto de Ciencia Política de la Udelar.

Fuente:Brecha

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