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martes, 1 de febrero de 2011

M. BOUAZIZI: EL HOMBRE QUE CAMBIO LA HISTORIA DE MEDIO ORIENTE

Mohamed Bouazizi pasó su vida en una calle polvosa y estrecha de Sidi Bouzid -Túnez-, en una casa de tres habitaciones con un patio de concreto. A los 26 años, como vendedor de frutas, había ganado el dinero suficiente para alimentar a su familia. Soñaba con tener una camioneta.


Faida Hamdy, de 45 años, la hija de un policía e inspectora municipal en Sidi Bouzid, tenía una "personalidad fuerte" y antecedentes intachables, dijo su supervisor. Investigaba quejas por ruidos y multaba a vendedores como Bouazizi, cuyo comercio itinerante se desconoce si era legal.

La mañana del 17 de diciembre 2010, cuando otros vendedores dicen que Hamdy trató de confiscar la fruta de Bouazizi, y después lo abofeteó por tratar de retirar sus manzanas, se convirtió en héroe martilizado y ella, en la villana.

En una serie de entrevistas, los otros vendedores de fruta, funcionarios y familiares describieron la confrontación aparentemente rutinaria que desencadenó la revolución.

Dijeron que Bouazizi, avergonzado y enojado, luchó con Hamdy y dos colegas de ella lo golpearon y se llevaron su balanza.

Caminó unas cuantas cuadras hasta el edificio del ayuntamiento, exigió su propiedad y lo volvieron a golpear, contaron.

Después, caminó hasta la oficina del gobernador, demandó una audiencia y se la negaron.

"Ella lo humilló", dijo su hermana, Samia Bouazizi. "Todos estaban mirando", agregó.

Cerca del medio día, en la calle de dos carriles, frente a la enorme reja del gobernador, el vendedor se empapó con solvente para pintura y se prendió fuego.

Un médico en el hospital donde lo trataron dijo que las quemaduras cubrían 90% de su cuerpo.

Para cuando murió, el 4 de enero 2011, las protestas que habían comenzado por el trato dado a Bouazizi en Sidi Bouzid se habían propagado a ciudades de todo el país. Y el 14 de enero, el presidente dictador Zine el Abidine Ben Ali, huyó del país.

Las protestas en Sidi Bouzid fueron reducidas al principio y empezaron poco después de que el fuego carbonizara la ropa de Bouazizi.

Durante el día y medio siguiente aumentaron las protestas y la policía "empezó a golpear a los manifestantes y a lanzar gas", señaló Bilal Zaydi, de 20 años.

El doctor Ali Ghanmi, quien trabaja en el hospital de Sidi Bouzid, dijo que la cantidad de pacientes se duplicó. Además, murieron dos hombres a causa de las heridas de bala. Hoy, la ciudad está transformada.

La avenida principal ahora lleva el nombre de Mohamed Bouazizi escrito con pintura en aerosol.

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