Hoy hay poco más de 100 automóviles eléctricos circulando en el país. UTE tiene una flota de 60 camionetas utilitarias
Renault Kangoo ZE, un auto Zoe ZE y un Fluence ZE. La empresa cuenta con
la mayor flota de vehículos de América Latina.
Además, hay 24 taxis BYD, un ómnibus de Cutcsa y más de 40 autos de
particulares. En su mayoría fueron vendidos por Ruffino Group,
representante de eMIN. Que se espera para el futuro.
Son económicamente rentables,
aun más luego del anuncio de esta semana de la suba de la nafta (9,8%) y
el gasoil (4,8%). El ahorro en combustible es por encima del 80%, en
mantenimiento más del 50% y tienen beneficios fiscales. No contaminan,
tampoco hacen ruido. Cada vez poseen más autonomía y se cargan en pocas
horas.
Pero, ¿por qué la mayoría sigue eligiendo autos a
combustión? Hay una razón que es fundamental, las cuentas dan si el
vehículo eléctrico recorre al menos 70 kilómetros por día. El precio de
un auto eléctrico
cuesta más del doble que un auto a combustión por lo que,
económicamente, no amerita la inversión si se trata de un auto
particular.
Los autos eléctricos no contaminan, tampoco hacen ruido. Cada vez poseen más autonomía y se cargan en pocas horas.
Sin
embargo, en el caso de los utilitarios de las empresas, los taxis y los
ómnibus, sí es conveniente. Además, ese grupo de vehículos emite en
promedio seis veces más CO2 que un auto particular, por lo tanto son los
que preocupan más, explicó a El Observador, el jefe de Proyecto
movilidad eléctrica de UTE, Fernando Costanzo.
Desde el punto de vista del marco fiscal, los vehículos eléctricos cuentan con importantes exoneraciones.
La
tasa global arancelaria es del 0% para autos de pasajeros y a partir
del pasado 20 de noviembre también rige para los utilitarios. Mientras
que los vehículos a combustión fuera del Mercosur pagan 23 %.
Por
otro lado, los primeros abonan 5,75 % de Impuesto Específico Interno
(Imesi) y los segundos entre 20 % y 40 %, dependiendo de la cilindrada.
Además, la ley 16.906 de promoción de inversiones permite descontar no
menos del 30 % de la inversión, que el Estado devuelve a través del
impuesto a la renta.
"Ya está hecha una propuesta de exoneración de
patente", informó Costanzo. La misma debe ser aprobada por el Congreso
de Intendentes. Si se autorizara, la iniciativa sería un gran beneficio
para quienes adquieren autos eléctricos, ya que al ser más costos su patente es más alta.
Cambios necesarios
"Lo
que falta en Uruguay para que empiece a haber más autos eléctricos es
un cambio cultural", dijo Costanzo. Para el funcionario de UTE, se debe
modificar la forma de evaluar a la hora de decidir comprar porque si se
comparan los precios iniciales de ambos vehículos, el del eléctrico es
mayor.
Pero lo que se debe hacer es un análisis de la vida
de ese vehículo. El funcionario explicó que el valor de un auto
eléctrico y su mantenimiento en siete años, es el 70% de lo que costaría
mantener en el mismo período un auto a combustión. "La realidad es que
este no es un mercado que haya explotado todavía. Lo que falta es
comunicación, que la gente esté enterada de los beneficios", indicó el
socio fundador de SEG Ingeniería, Fernando Schiach. Hoy ya están dadas
las condiciones como para que perfectamente el mercado se revolucione,
acotó.
En el caso de los vehículos utilitarios de las empresas, los taxis y los ómnibus, el uso de autos eléctricos es conveniente.
Costo,
autonomía e infraestructura son los tres problemas fundamentales que
identifican los importadores de vehículos eléctricos, Ruffino Group y
Santa Rosa Automotores. Lo más costoso de un auto eléctrico es su
batería: su precio corresponde a más de la mitad del valor total del
vehículo. Sin embargo, la cantidad de vehículos eléctricos que se
comercializan mundialmente de un año a otro creció 10 veces y como
consecuencia, los costos de producción están bajando.
"Una
Kangoo (eléctrica) como la que tiene UTE, hace tres años estaba por
encima de los US$ 60 mil y ahora está a US$ 46.990", indicó el jefe de
ventas de Santa Rosa, Fernando Alonso. A pesar de las dificultades, hay
perspectivas de un "fuerte crecimiento a corto o mediano plazo",
expresó, y agregó que las ventas vienen en alza.
Los
vehículos que hay en plaza tienen una autonomía de entre 80 km y 400 km,
y demoran en promedio seis horas en cargarse. Para tener muchos
vehículos operando por todo el país, es necesario que haya una cantidad
considerable de puntos de recarga rápida, comentó Alonso. Explicó que en
realidad los autos se pueden cargar en cualquier lado pero lleva mucho
tiempo.
Los vehículos que hay en plaza tienen una autonomía de entre 80 km y 400 km, y demoran en promedio seis horas en cargarse.
Sin
embargo, para Costanzo la autonomía para taxis, ómnibus y utilitarios
no es un problema porque los vehículos pueden andar durante el día en la
calle y en la noche se cargan, cuando la energía es más barata. Se
puede reprochar que no se está quemando combustible en la calle pero sí
está emitiendo dióxido de carbono en las centrales. "Pero en Uruguay no
se da eso, porque el año pasado el 96% de la energía fue de origen
renovable", sostuvo el técnico de UTE.
El director de Ruffino
Group, Matías Fernández, fue muy crítico con la política pública sobre
este tipo de vehículos. "La situación (de los autos eléctricos) es muy
similar a la de hace tres años atrás", comentó. A su juicio, para que
esto sea una realidad tiene que haber dos patas: los privados, que son
los que traen los vehículos, pero también debe haber un apoyo de los
organismos públicos que favorezcan el uso de este tipo de locomoción,
algo que no han hecho, criticó: "Ante la falta de apoyo de los entes
públicos es muy difícil que los privados quieran forjar el camino
solos".
Autos para uso doméstico
Cada vez que aparece
una nueva tecnología, los primeros que la adquieren pagan más, esa es
la regla. Luego se masifica y el precio desciende. Esto que pasó con el
televisor o el celular y hoy le pasa al que quiere adquirir un auto
eléctrico para uso doméstico.
Las cuentas no dan para este
sector, "como tampoco le dan a alguien que se compra un BMW de US$ 80
mil", esas personas "no hacen cálculos para ver si es rentable", comentó
Costanzo.
Las amortizaciones de este tipo de vehículos se
dan en períodos largos. La decisión hoy se asienta en tener un
transporte más limpio, porque desde el punto de vista económico "todavía
no están dadas las condiciones", indicó Schiach. "Hoy no nos
preocupemos de que todo el mundo tenga un auto eléctrico, porque no
tiene sentido (...) La tecnología no está para que sea un vehículo de
uso masivo", consideró el experto.
En definitiva, el paso
del tiempo y el menor costo de esa tecnología determinarán cómo la
movilidad eléctrica ganará espacio en Uruguay. Por lo pronto, hoy sobra
la electricidad y el precio de los combustibles fósiles parece no
mostrar señales de descenso.
Fuente: El Observador
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