Unas 300 personas asistieron a la ceremonia de inauguración
del complejo, según informaron los medios estatales. Apenas se conocen
detalles sobre el tamaño o el número de efectivos destinados a la base, a
más de 7.000 kilómetros de las costas chinas y cuya construcción se acordó a principios de 2016 por los Gobiernos de ambos países.
Su propósito, según Pekín, es dar apoyo logístico a los contingentes chinos que participan en varias misiones de Naciones Unidas en la región, principalmente a las tropas que forman parte de los cascos azules en Malí y Sudán del Sur y a las que realizan operaciones contra la piratería en el golfo de Adén y la costa de Somalia. Estados Unidos, Francia y Japón también cuentan con bases militares en este pequeño país africano.
Esta instalación permitirá a China ganar presencia en un enclave estratégico. Yibuti, país fronterizo con Somalia, Etiopía y Eritrea, se sitúa entre el mar Rojo y el golfo de Adén, en una de las rutas marítimas y de abastecimiento de energía más importantes del planeta y esencial para el comercio chino. El gigante asiático, además, es ya el primer socio comercial del continente africano y ha invertido miles de millones de euros en infraestructuras, una de ellas una línea ferroviaria que conecta precisamente Yibuti con Adís Abeba, capital de la vecina Etiopía.
La apertura de esta base está en la línea de la voluntad de Pekín de que su Ejército tenga un mayor protagonismo a escala global.
China sostiene que no busca el expansionismo militar ni entrar en
carreras armamentísticas, pero Pekín ha endurecido en los últimos años
sus reclamaciones territoriales en el mar de la China meridional y ha
tenido roces con varios de sus vecinos.
El Ejército de Liberación Popular, que precisamente celebra este martes su 90 aniversario —la inauguración oficial de la base en Yibuti se hizo coincidir con la efeméride—, está inmerso en un proceso de modernización cuyo objetivo es reducir las tropas del Ejército de Tierra y dar prioridad a las mejores tecnológicas, a la Fuerza Aérea y a la Marina. Este año Pekín ha presentado su primer portaaviones de fabricación íntegramente nacional.
"China no esconde de que está en el proceso de desarrollar una Marina moderna que pueda operar en mares lejanos, por ejemplo las patrullas antipiratería en el golfo de Adén o en otros lugares como el mar Báltico. China carece de experiencia en aguas profundas, por lo que estos despliegues en el extranjero sirven para acumular conocimientos a base de lecciones aprendidas", asegura Carl Thayer, profesor emérito de la Universidad de New South Wales en Sídney.
El presidente chino, Xi Jinping, aseguró este martes en un discurso para conmemorar el aniversario del Ejército que este "debe ser lo suficientemente valiente para cambiar e innovar". Las Fuerzas Armadas han sido también objetivo de la campaña anticorrupción del líder chino, que ha relevado a numerosos altos mandos desde que llegó al poder y se ha asegurado el control sobre el aún muy poderoso estamento militar. En este sentido, el pasado domingo y tras un desfile militar masivo, Xi —que también es comandante en jefe— llamó al Ejército a acatar "la dirección absoluta" del Partido Comunista chino.
Este martes, tras varios días de homenajes a las Fuerzas Armadas y presumir de músculo militar, Xi lanzó indirectamente una advertencia a las formaciones independentistas en Hong Kong, al partido gobernante en Taiwán y a varios de los países vecinos que cuentan con disputas de soberanía con Pekín: "China ama la paz, pero no dejaremos que ningún grupo de personas, organización o partido político divida ninguna parte del territorio chino".
Su propósito, según Pekín, es dar apoyo logístico a los contingentes chinos que participan en varias misiones de Naciones Unidas en la región, principalmente a las tropas que forman parte de los cascos azules en Malí y Sudán del Sur y a las que realizan operaciones contra la piratería en el golfo de Adén y la costa de Somalia. Estados Unidos, Francia y Japón también cuentan con bases militares en este pequeño país africano.
Esta instalación permitirá a China ganar presencia en un enclave estratégico. Yibuti, país fronterizo con Somalia, Etiopía y Eritrea, se sitúa entre el mar Rojo y el golfo de Adén, en una de las rutas marítimas y de abastecimiento de energía más importantes del planeta y esencial para el comercio chino. El gigante asiático, además, es ya el primer socio comercial del continente africano y ha invertido miles de millones de euros en infraestructuras, una de ellas una línea ferroviaria que conecta precisamente Yibuti con Adís Abeba, capital de la vecina Etiopía.
El Ejército de Liberación Popular, que precisamente celebra este martes su 90 aniversario —la inauguración oficial de la base en Yibuti se hizo coincidir con la efeméride—, está inmerso en un proceso de modernización cuyo objetivo es reducir las tropas del Ejército de Tierra y dar prioridad a las mejores tecnológicas, a la Fuerza Aérea y a la Marina. Este año Pekín ha presentado su primer portaaviones de fabricación íntegramente nacional.
"China no esconde de que está en el proceso de desarrollar una Marina moderna que pueda operar en mares lejanos, por ejemplo las patrullas antipiratería en el golfo de Adén o en otros lugares como el mar Báltico. China carece de experiencia en aguas profundas, por lo que estos despliegues en el extranjero sirven para acumular conocimientos a base de lecciones aprendidas", asegura Carl Thayer, profesor emérito de la Universidad de New South Wales en Sídney.
El presidente chino, Xi Jinping, aseguró este martes en un discurso para conmemorar el aniversario del Ejército que este "debe ser lo suficientemente valiente para cambiar e innovar". Las Fuerzas Armadas han sido también objetivo de la campaña anticorrupción del líder chino, que ha relevado a numerosos altos mandos desde que llegó al poder y se ha asegurado el control sobre el aún muy poderoso estamento militar. En este sentido, el pasado domingo y tras un desfile militar masivo, Xi —que también es comandante en jefe— llamó al Ejército a acatar "la dirección absoluta" del Partido Comunista chino.
Este martes, tras varios días de homenajes a las Fuerzas Armadas y presumir de músculo militar, Xi lanzó indirectamente una advertencia a las formaciones independentistas en Hong Kong, al partido gobernante en Taiwán y a varios de los países vecinos que cuentan con disputas de soberanía con Pekín: "China ama la paz, pero no dejaremos que ningún grupo de personas, organización o partido político divida ninguna parte del territorio chino".
Fuente: El País de M.
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