La infiltración con informantes en distinto tipos de actividades era una de las prácticas más comúnes que la inteligencia militar utilizaba para espiar a partidos políticos y organizaciones sociales. Este tipo de prácticas se desarrollaron hasta, por lo menos, fines de la década de 1990, según consta en los archivos que está analizando la comisión investigadora en la Cámara de Diputados.
Hubo infiltraciones en actos del 1° de mayo del PIT-CNT en donde un informante reportaba quiénes habían sido los oradores, quiénes habían estado en la organización de la actividad y se dejaba constancia de los vehículos que llegaban al lugar reportando el número de las matrículas.
Este tipo de infiltraciones eran las más comúnes pero también existieron otras más elaboradas.
Según publicó Brecha en su edición del 23 de junio, el Directorio del Partido Nacional estuvo infiltrado a mediados de 1987. Por aquel entonces, el partido discutía las candidaturas ante las elecciones de 1989 y Wilson Ferreira Aldunate aparecía como la principal figura.
Sin embargo, el 20 de julio, el infiltrado en el directorio informaba a la inteligencia militar que Wilson había sido internado debido a una complicación pulmonar. El día 21 confirmaba vía telefónica que Ferreira tenía cáncer, reportó el semanario. El infiltrado pasaba información detallada de las actividades del directorio.
Allanamientos ilegales
Identificándose como funcionarios de OSE y con la excusa de visitar determinado domicilio por una pérdida de agua u otro motivo correspondiente al trabajo de la empresa pública, personas que trabajaban para inteligencia militar ingresaban a domicilios particulares, recorrían la vivienda y al finalizar realizaban un informe de lo que veían.
"Entraban a las casas, decían que eran inspectores de OSE pero realizaban toda una inspección de la vivienda en general. En esta casa hay determinados libros, tales cuadros. El perfil ideológico de esta familia es marxista-leninista, dicen los archivos", cuenta Gerardo Núñez. Este tipo de prácticas se registraron con mayor regularidad entre 1985 y 1990 pero existen registros de algunas actividades similares a principios de la década de 1990. Los archivos encontrados también cuentan con información "muy general" sobre detenidos desaparecidos.
Hasta ahora, los diputados detectaron que hubo manejo de esta información hasta 2005, previo a la asunción del Frente Amplio al gobierno.
Muchos de estos documentos fueron "microfilmados" y están las actas de apertura y de cierre de esos rollos, que están fechadas hasta 2005.
Los seguimientos a dirigentes políticos o a activistas de organizaciones de izquierda eran las prácticas más comúnes en la inteligencia militar, según los archivos. Luego de determinada actividad se seguía a una persona y se reportaba donde vivía y otros detalles. "Hay reportes que dicen si la persona entró con llave original o no a su casa. Llegan hasta ese nivel de detalle", dijo el diputado. Con la información que se reportaba se realizaban "mini currículums" que quedaban en poder de la Dirección Nacional de Inteligencia. Todos los dirigentes políticos de peso o con cierta perspectiva de proyección tuvieron algún tipo de atención en algún momento, afirmó Núñez.
Los militares se fijaban en sus opiniones e incluso asistían a actividades para saber si tal dirigente participaba o mandaba saludos. El semanario Brecha publicó en su edición del 29 de junio que la inteligencia militar mantuvo una estrecha vigilancia sobre las actividades de la dupla presidencial Tabaré Vázquez y Rodolfo Nin Novoa durante la campaña electoral de 1999.
El líder histórico del Frente Amplio, Líber Seregni, los dirigentes blancos Carlos Julio Pereyra y Gustavo Penadés, el expresidente Julio María Sanguinetti y la exfiscal Mirtha Guianze también estuvieron bajo el foco de la inteligencia, según Brecha.
Correos electrónicos
Si bien el trabajo sobre correos electrónicos no es de los más comúnes, en los archivos aparecen algunos emails de organizaciones sociales. Se trata de correos que intercambiaron en una cadena cerrada personas vinculadas a organizaciones de derechos humanos. "Habrá que investigar cómo llegaron ahí", dijo Núñez.
Las organizaciones de derechos humanos que organizaban escraches a militares fueron un objetivo frecuente de la inteligencia militar. Esto ocurrió incluso hasta principios de la década del 2000, más de 15 años después de reinstaurada la democracia.
Entre los archivos con los que cuenta la comisión están los ficheros que los militares habían realizado de los dirigentes del Movimiento de Liberación Nacional (MLN), el Partido Comunista (PCU) y del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP). Esos denominados "ficheros" fueron elaborados durante la dictadura pero integraban el archivo Berrutti. En los documentos que analiza la comisión existen informes en los que se revela el pago por parte de la CIA a 30 informantes entre fines de los 80 y principio de los 90. En general, se trataba de militares que trabajaban en la Policía para cruzar información, explicó Núñez.
Inés Guimaraens
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