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martes, 2 de septiembre de 2014

L. PAIVA: OTRA PROMESA DE BUEN FUTBOL EN EL MEDIO CAMPO DE M. WANDERERS

Al inicio de este campeonato Apertura 2014, el DT de M. Wanderers, Alfredo Carlos Arias Sánchez, debió recurrir a cambios en el equipo ante las transferencias de varios jugadores. Uno de los cambios más notorios se dio en el medio campo donde la excelente dupla en el doble 5, conformada con Santiago Martínez y Guzmán Pereira fue transferida a equipos del exterior. Ante ello Alfredo recurrió a Adrián Colombino que en la temporada anterior alternaba y a un veinteañero llamado Leandro Paiva, "Tortuga" para sus compañeros de plantel por la forma de caminar, que nos ha dejado muy gratamente impresionados a quienes lo vimos jugar. Tiene 20 años, mide 1,58 metros y pesa 55 quilos. Humilde, callado, introvertido y muy tímido. Vergonzoso frente a la inquisitoria periodística. Con un despliege en la cancha que da para pensar en un futuro de excelente jugador.



Tras el vicecampeonato Uruguayo logrado por Wanderers en la temporada pasada, y luego de la partida del "doble 5" titular compuesto por Santiago Martínez y Guzmán Pereira, Alfredo Arias colocó a Paiva en la oncena para el comienzo del Torneo Apertura, junto a Adrián Colombino, conformando así la nueva dupla de volantes centrales. En ese esquema, Colombino hace las veces de Martínez como volante más replegado, mientras que Paiva hace el trabajo de Pereira, juega un poco más adelantado y se anima a ir al ataque porque, además, es un buen pasador y juega bien con la pelota en los pies.

"La verdad es una cosa muy linda jugar en el equipo campeón del Clausura. Hay que tratar de hacer las cosas bien para seguir manteniendo la titularidad. Por ahí sí, hay algo de presión, porque la verdad que los compañeros (Martínez y Pereira) hicieron un buen papel, pero estoy tranquilo para hacer lo que uno sabe y bueno, ver qué pasa", señaló Paiva respecto a cómo vive su presente en el equipo titular y al hecho de suplantar a la mejor dupla de volantes centrales que hubo en la temporada 2013/2014 en Uruguay.

Paiva hizo todo el baby fútbol en el Marconi. De ahí se fue a probar a Danubio y Defensor Sporting, pero no quedó en ninguno de los dos equipos. "Estoy en Wanderers desde preséptima. Me trajo Eduardo Millán. Tuve a Faber en Séptima, en Sexta a Mario Delgado, tuve al "Tata" y en Quinta y Sub 16 a Alfredo Arias."

Fue precisamente Alfredo quien lo cambió de posición. Hasta Quinta, Paiva era un clásico puntero, desde baby fútbol había jugado en ese puesto. "Era más de pasar la pelota, sencillo, no hacia muchos goles; no hice ningún gol de cabeza. Je", recuerda mientras camina por el círculo central del Parque Viera, ahí donde de a poco se está ganando a los hinchas bohemios por su entrega. Pero el actual DT de Primera, quien también lo hizo debutar, optó por colocarlo como mediocampista central. Y dio resultado.

Sacrificio.

Paiva vive en el barrio Tres Palmas, entre las calles San Martín y Domingo Arena, junto a su madre Mónica, sus hermanas mayores Gabriela y Cintya, y tres sobrinos: Santiago, Rodrigo y Agustín. Su padre falleció en 2008 por un cáncer; fue un golpe muy duro para todos. Día por medio también vive con ellos Johan, su hijo, de dos años. "Lo traigo a la cancha con mi madre, dice que me grita: `Corré papá`. Je. Se habla todo", dice con ternura y una gran sonrisa.

Por su hijo es que comenzó a trabajar y empezó a alternar entre el fútbol y las jornadas laborales: "Salí a trabajar cuando estaba en Cuarta, porque tuve a mi hijo a los 19 y no me quedaba otra que salir a trabajar", dice con orgullo. "Laburé en el Tacurú hasta el año pasado. Practicaba de mañana y de tarde iba a trabajar. La tarea que tenía era la de barrer calles, pero iba con otros compañeros. La verdad es que se me complicaba mucho, pero... bueno, no quedaba otra, todo el sacrificio lo hice por mi hijo", agregó.

Tras una temporada en la que jugó pocos minutos, pero que siempre estaba en el plantel, Paiva llegó en este Apertura a la titularidad, gracias a la confianza de Arias. Fue uno de los mejores jugadores en la derrota ante El Tanque, la figura en el triunfo contra River y jugó muy bien contra Danubio. Por eso, cuando se encuentra con algunos excompañeros del Tacurú, "ellos me dicen que me han visto en la tele y me embroman. `Te olvidás de los pobres`, me dicen. Je".

Lejos de gustarle la popularidad, las cámaras y las fotos, les tiene pavor: "Me ponen nervioso; es lo feo que tiene el fútbol. Me da vergüenza que me hagan notas, no me gusta".

Los estudios nunca fueron su especialidad. "Hice hasta sexto de escuela y después repetí primero como cuatro veces y ta, dije: `Esto no es para mi`".

Paiva es Paiva. No es ni `OJ` ni Santiago Martínez. Es ese al que todos quieren. Sus compañeros, el cuerpo técnico y la hinchada. "Es el mismo de siempre. Desde que llegó ni siquiera creció de altura", suelta, entre risas, el popular "Cani", utilero bohemio.

"Así lo veo yo" (palabras de Alfredo Arias, técnico de Wanderers)
Leandro siempre contó con un talento natural. Lo que le jugaba en contra -por lo menos, teniendo en cuenta las opiniones que hablaban en contra de él-era que no iba a tener proyección, que no iba a llegar, por su físico tan chiquito, pero uno lo veía competir con los de su edad, tanto en Sub 16 como en Quinta División, y siempre compitió y siempre rindió de buena forma.

Él jugaba primero en una posición, más adelantado, era número 10, enganche, puntero, y yo lo empecé a ubicar ahí, donde juega ahora, un poquito más atrás, porque creo que ahí, con el buen fútbol que tiene, y el despliegue que tiene físicamente, podía rendir más porque en la otra posición recibía de espalda y como no tiene un físico grande lo castigaban mucho más.

En cambio, ahora él siempre está de frente a la jugada y se defiende de otra forma. Al estar de frente se defiende de los golpes o de la fuerza física de los rivales.

Progresó mucho, está en él mantenerse. Evolucionó en el conocimiento del juego, y en la fortaleza, se puso más fuerte, pero tiene mucho todavía para dar y para aprender, está en él. Yo les decía el otro día a todo el plantel, pero a él en especial, que llegar depende del talento, pero el mantenerse depende del carácter. Ahora es el momento de probar su carácter.

Para mi es gratificante poder dirigirlo ahora en Primera División. Se ha ganado todo con mucho esfuerzo y sacrificio.

Fuente de datos: El País

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