En ese lugar, en marzo de 2011, el director de AFE en representación del Partido Nacional, Mauricio Cusano, asistió junto a dos invitados para almorzar. Uno pidió entrecot, otro pollo y el tercero un churrasco “liso” completo. Compartieron un queso provolone como entrada, tomaron refrescos y terminaron con postres. En total pagaron $ 1.835 al contado, según dice la factura en poder de El Observador.
Cusano llevó ese comprobante a AFE para que le devolvieran el dinero, y así fue una vez que intervino el contador delegado del ente. Hasta allí nada fuera de lo común. Sin embargo, al indagar sobre esa parrillada de barrio aparece una coincidencia familiar. Los Samaritanos pertenece a la esposa de Cusano, una señora que además atiende el pequeño almacén y el kiosco. Ambos viven en una casa de ladrillos a la vista al sur de la ruta 8, justo frente al comercio. “Sí, los fines de semana se hacen unos chorizos”, comentó la esposa de Cusano, y señaló la parrilla de Los Samaritanos cuando El Observador la visitó días atrás para comprobar la existencia del lugar. Admitió que era la esposa de Cusano, el exdiputado canario del sector de Jorge Larrañaga, Alianza Nacional, y director de AFE desde julio de 2010.
A juicio de Cusano, esa compra no tiene nada de malo. Cuando El Observador lo consultó el viernes, recordó perfectamente el almuerzo y dijo que ese día invitó a dos personas. Confirmó, por otra parte, que Los Samaritanos es de su esposa.
Un integrante de la Junta de Transparencia y Ética Pública (Jutep), a quien consultó El Observador y que pidió no ser identificado–, explicó que el caso no estaría dentro de algún delito, como por ejemplo la conjunción del interés público y privado. Pero sí se podría configurar una falta, prevista en el artículo 26 del decreto 30/2003, sobre normas de conductas en la función pública, que impide realizar compras de ese tipo. “Prohíbese a los funcionarios públicos con competencia para gastar intervenir cuando estén ligados con la parte que contrata con el organismo a que pertenecen por razones de parentesco hasta el cuarto grado de consanguinidad o tercero de afinidad o por matrimonio”, dice el artículo.
En la época de ese almuerzo, quien presidía el ente ferroviario era Alejandro Orellano, un dirigente del Nuevo Espacio (Frente Amplio) que renunció en 2012. En mayo de ese año llegó a la presidencia de AFE Jorge Setelich, hermano por parte de madre del hoy candidato a vicepresidente por la coalición de izquierdas, Raúl Sendic. Fuentes de AFE, tanto de la parte gerencial como del sindicato de trabajadores, señalan la época de Setelich como un punto de quiebre a prácticas no deseadas en el ente. Setelich se fue luego de duros cruces con el gobierno, ya que en todo momento reclamaba inversión para poder recuperar el tren en Uruguay.
Si se consulta la página web de AFE, a Cusano se lo presenta como “ingeniero”, cuando en realidad no tiene título, o al menos no aparece en sus antecedentes públicos. No está en el currículum oficial que acompañó la venia votada por el Senado en 2010. Tampoco figura en los registros de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República.
Pan, fiambre, esponjas
Una búsqueda rápida por las cartas de las parrilladas más reconocidas de Montevideo muestra que Los Samaritanos no es tan barato, incluso si se tiene en cuenta la zona a la hora de valorar los precios. Restaurantes con platos similares a los que consumió Cusano y sus dos invitados en la parrillada de su esposa cuestan incluso menos de lo que el director de AFE pagó en 2011.
Las compras de Cusano en sus años como director de AFE también fueron de artículos para consumo personal. Recibos de un supermercado sobre la avenida Rondeau, cercano a las oficinas de AFE, muestran gastos habituales de pan, fiambres, agua, refrescos, leche, toallas de cocina, esponjas, rejillas, fósforos, detergente, azúcar y cocoa. El dinero con el que pagó fue devuelto luego por el ente al director nacionalista, una vez presentada la boleta con su firma y sello al contador delegado del ente.
Otros gastos
Compras de estuches para celulares, artículos de almacén, pago de alquiler de autos, del arreglo de autos alquilados chocados, combustible, almuerzos, hoteles. Los directores de AFE, como cualquier otro jerarca público, realizan gastos para sus recorridas o misiones oficiales que la caja del ente ferroviario debe hacer frente. Sin embargo, hay compras que si bien son justificadas y cumplen con la legislación, son, por lo menos, llamativas.
El Observador accedió a decenas de resoluciones de la secretaría general de AFE de los años 2010 y 2011. Orellano, el presidente de la época, por ejemplo, presentó a la oficina que lleva el registro de los gastos, el 21 de junio de 2011, una boleta por la compra de un estuche original Blackberry modelo 9800, a un costo de $ 800.
Quien ejercía la vicepresidencia del ente ferroviario en ese momento (hoy es secretario general), Juan Silveira, cobró al ente los gastos del arreglo de un auto que alquiló para ir al interior, y chocó cuando iba al volante. Hay otra boleta, donde el contador da cuenta que hubo facturas que no podían ser “consideradas a los efectos contables” por “no pertenecer el número de RUT”.
Fuente: El Observador
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