El Senado italiano ha aprobado la ley de reforma constitucional que acaba con el llamado 'bicameralismo perfecto' y que ha llevado a la ingobernabilidad del país en numerosas ocasiones. Ahora el poder legislativo se concentrará en la Cámara de los Diputados. Se trata sólo de un primer paso porque la reforma deberá pasar por al menos 4 votaciones más, entre Cámara y Senado, y podrá ser sometida a referéndum popular para su ratificación final. Renzi había condicionado su permanencia en el cargo a la aprobación de esta reforma, que ha dejado al descubierto las desavenencias dentro de su propio partido.
Con 186 síes y 4 abstenciones, los senadores han votado en práctica su propio suicidio porque una de las reformas que prevé la ley es la reducción del número de senadores: de 315 a 100. Éstos no serán elegidos por las urnas sino que 95 serán representantes de las instituciones regionales (alcaldes, consejeros y presidentes regionales) y los otros cinco pasarán a ser nombrados por el presidente de la República. Además, siendo ya representantes políticos, ninguno de ellos cobrará un euro extra por su cargo de senador, con lo que las arcas públicas se ahorrarán un buen pellizco teniendo en cuenta que un senador italiano recibe mínimo unos 14.000 euros al mes. Una de las propuestas del texto original era la desaparición de los senadores vitalicios, sin embargo, los distintos grupos no consiguieron llegar a un acuerdo y finalmente el cargo se mantiene sólo para los ex primeros ministros y jefes de Estado.
Aparte del ahorro, la reforma constitucional da un paso importante para acabar con el llamado 'bicameralismo perfecto', una forma de gobierno en el que todas las leyes y procedimientos importantes deben ser aprobados por ambas cámaras. Esto no solo provoca lentitud en la aprobación de determinadas leyes, sino que a veces es directamente imposible sacar adelante un procedimiento cuando el gobierno en cuestión tiene la mayoría en una cámara pero no en la otra. Los críticos a la reforma denuncian que la desaparición del Senado significará la pérdida de soberanía por parte de los ciudadanos.
El nuevo Senado
¿Y qué funciones tendrá ahora el nuevo Senado italiano? El Senado no votará la confianza al primer ministro ni tampoco los presupuestos generales. Sí votará sin embargo las leyes que prevean una reforma de la Constitución, las leyes electorales de los entes locales, ratificará tratados internacionales, y tendrá competencia sobre la legislación relacionada con cuestiones éticas. Tampoco podrá conceder amnistías o indultos. Además el Estado central se reserva algunas competencias sobre las regiones, por ejemplo cuando éstas estén en riesgo de bancarrota, podrá ejercitar la "cláusula de supremacía".
"Hará falta tiempo, será difícil, pero ninguno podrá parar el cambio que inicia hoy", ha dicho Matteo Renzi tras la aprobación de la reforma constitucional, uno de los objetivos principales que se había propuesto el primer ministro italiano junto con la reforma de la ley electoral, que comenzará a discutirse en septiembre.
Hasta hace sólo unas semanas parecía imposible que el Senado pudiera sacar adelante la reforma. La oposición presentó 7.000 enmiendas y habrían hecho falta meses para examinar cada una de ellas. Por eso el presidente del Senado, Pietro Grasso, propuso que se pudieran examinar y aprobar conjuntamente algunas enmiendas, acortando así los tiempos del debate. La decisión de Grasso levantó una ola de protestas entre parte de la oposición que acabó con la expulsión de varios senadores del Movimiento Cinco Estrellas del hemiciclo.
Precisamente el movimiento liderado por Beppe Grillo ha sido uno de los que se han puesto con más fuerza a la reforma constitucional y no han participado en la votación final. Critican, entre otras cosas, que los senadores mantendrán la inmunidad parlamentaria y aunque no tendrán sueldo, recibirán ayudas económicas para cubrir gastos de viajes, contratar asesores...
Tampoco la Liga Norte se ha mostrado satisfecha con el resultado final y se ha enfrentado directamente con el presidente del Senado. Pero lo que más preocupa a Renzi son los disidentes dentro de su partido. Algunos de ellos habían anunciado durante los últimos días que no participarían a la votación. "Espero que los senadores del Partido Democrático que no han participado a la votación puedan cambiar de idea en los próximos pasos", ha dicho la ministra para las Reformas, María Elena Boschi.
Sorprendentemente quien sí ha mostrado el apoyo incondicional al primer ministro italiano en sus reformas ha sido Silvio Berlusconi y Forza Italia. Ambos líderes se reunieron este jueves en Roma durante tres horas. Según la prensa italiana, el ex Cavaliere habría prometido ayudar al ex alcalde de Florencia a sacar adelante su proyecto de reforma constitucional y la futura nueva ley electoral que debería terminar con los problemas de gobernabilidad del país.
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