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domingo, 10 de agosto de 2014

GAZA: SE BUSCA UN ACUERDO QUE PERMITA AL PARTIDO AL FATAH RETOMAR ALGUNOS CONTROLES EN ESE SITIO

Hace 7 años Hamas expulsó de la franja de Gaza y en algunos casos encarceló o eliminó a todos los militantes y funcionarios de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). El presidente palestino y líder de Al Fatah, M. Abas vivió el conflicto de este mes con intensidad pero con cierta distancia, pues ni siquiera visitó el lugar donde murieron 1.927 personas por la ofensiva militar israelí para desarticular a Hamas. Ahora Abas y su gobierno se prepara para un posible regreso a la Franja, algo que facilitaría el camino hacia la paz.



El retorno fue propuesto por varios países europeos y sugiere que la ANP se haga cargo de la administración de las fronteras de Gaza, territorio que es palestino como Cisjordania pero donde desde 2007 gobiernan de modo autoritario los miembros de Hamas. El grupo liderado por Abas también tendría la misión de liderar los esfuerzos por la reconstrucción del territorio, donde 10.700 viviendas fueron afectadas, lo mismo que 23 centros de salud, 188 escuelas, 130 mezquitas e iglesias, siete refugios de la ONU y la única planta energética del lugar.

“Algunas veces, de la sangre, las crisis y las catástrofes surgen oportunidades”, declaró Husam Zamot, un alto consejero de política exterior del partido político de Abas, Al Fatah. “Esto mata varios pájaros de un tiro. Acaba con la división de los palestinos, le da más poder a la Autoridad Nacional Palestina y ayuda a aliviar el sufrimiento de la gente de Gaza”, agregó.

Asimismo, el regreso de Abas podría mover a Israel a aliarse con la ANP en un modo en el que no lo ha hecho en años.

El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ha aceptado a regañadientes la idea de un Estado palestino y durante mucho tiempo ha sostenido que un acuerdo de paz con el gobierno de Abas sería poco importante si Gaza seguía fuera de su alcance. A diferencia de Al Fatah, el partido Hamas –grupo islamista que Israel y EEUU entre otros consideran una organización terrorista- no reconoce al Estado de Israel.

Pero ahora Netanyahu está bajo una fuerte presión, tanto en su país como en el extranjero, para buscar una solución a una dinámica que ya ha decantado en tres guerras en seis años (2008, 2012 y 2014), y ha dejado a Gaza al borde del colapso.

Consultado sobre las perspectivas frente a una solución de dos estados, palestino e israelí, el primer ministro dijo a los periodistas extranjeros el miércoles que puede haber “oportunidades que no hemos visto antes, con un realineamiento de los partidos importantes en Medio Oriente, que permitan diseñar una nueva realidad”.

Pero claro que nadie apuesta por un acuerdo de paz en el corto plazo, pues aún hay varios obstáculos en el camino. Incluso el regreso de la ANP a Gaza con el rol limitado de custodiar las fronteras y supervisar la reconstrucción sigue siendo objeto de delicadas negociaciones que continúan en El Cairo pese a que ya no rige más la tregua de 72 horas que estuvo vigente los días pasados.

El anfitrión de esas conversaciones, el gobierno egipcio, está presionando a Abas para que asuma el control en Gaza del paso fronterizo de Rafah, en el cruce con Egipto. Netanyahu, por su parte, ha sugerido su disposición a que Abas se haga cargo de los cruces en Gaza hacia Israel. En los últimos años, los pasos fronterizos con Israel y Egipto han sido fuertemente restringidos y a menudo estuvieron cerrados. De aquí que el fin del asedio sea una de las principales demandas de Hamas.

Garantía y necesidad

El hecho de que Abas regrese a Gaza también haría más fácil que los donantes extranjeros abran sus chequeras y así permitir un esfuerzo masivo de reconstrucción que le permita a Hamas demostrarle al 1,8 millones de personas que allí viven que su sufrimiento no fue en vano, sino que consiguió victorias. “Estamos tratando de que todo el mundo venga y ayude a Gaza”, dijo Ashraf Abu Zayed, un funcionario de Hamas. “Esto sucederá solo si existe una coordinación entre Hamas y Al Fatah y otras facciones palestinas”.

Pero Israel está pidiendo algo más que un cambio de mando en los cruces fronterizos. Netanyahu también ha exigido la desmilitarización de Gaza. Y Hamas ya ha dicho que eso no es una premisa: ante las llamadas de Israel y del mundo para que se deshagan de sus armas, los miembros de Hamas han insistido en que no lo permitirán. Y si bien el grupo se vio disminuido por la ofensiva israelí (aquél país asegura que abatió a unos 900 milicianos), en otros aspectos importantes el grupo se ha fortalecido con esta guerra. Lo que es más, ante ciertos públicos creció en popularidad frente a la ANP.

“La popularidad de Hamas entre los palestinos ha aumentado dramáticamente”, dijo Hani Al Masri, director general del Centro Palestino para los Estudios de Investigación de Políticas y Estratégicas. “Hamas se encontraba en una muy mala situación crítica. Pero resultó que estaban listos para la guerra. Trajeron la idea de la resistencia armada de vuelta al pueblo palestino”, comentó. Esta reputación le permitirá a Hamas tener la seguridad de que, sea quien sea el que gobierne en la Franja, ellos van a mantener el poder real.

De todas formas, Hamas se ha mostrado dispuesto a permitir que sus antiguos rivales regresen a la zona. De hecho antes de la guerra el grupo había hecho un pacto con Al Fatah y otras facciones palestinas para un gobierno de unidad encabezada por Abas.

Desde afuera el acuerdo se entendió como una señal de desesperación del grupo, que después de años de aislamiento internacional se quedó tan corto de dinero que no podía pagar a sus 44.000 funcionarios. Desde entonces, consideró el asesor de Abas Husam Zomlot, la necesidad de Hamas de conseguir ayuda para gestionar sus funciones básicas de gobierno sólo ha crecido.


“El polvorín de Gaza está a punto de explotar”, estimó Zomlot, que nació en un campo de refugiados de Gaza pero que, como Abas, trabaja en Cisjordania. “Hamas sabe que no puede manejar la situación”. Y eso significa que Abas, agregó, podrá regresar a Gaza para asumir la enorme tarea de la reconstrucción, con todas las promesas y peligros que eso significa.

“No creo que esto sea una fantasía”, dijo Zomlot. “Abas todavía tiene una casa hermosa casa en Gaza y hasta ahora Hamas la ha mantenido tal como está. El tema es cuándo regresará allí, no si lo hará o no”, sentenció.

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