"Quiero pasar los pocos años o días que me queden en mi país. Eso no es mal, ¿verdad?". Así define Giovanni Dal Molin una batalla que viene librando desde hace 2 años para regresar a Belluno, un pequeño pueblo ubicado en la región de Véneto, Italia, en el que nació hace 85 años. En su Italia natal le tocó padecer la guerra. Con sólo 16 años y casi por una confusión, fue arrestado junto a grupo de partisanos que luchaban desde la clandestinidad contra el fascismo y el nazismo.
Para escapar de la guerra, comenzó a viajar por diferentes países hasta llegar a América Latina, un continente que lo enamoró. Vivió en varios países como Cuba, México y Argentina hasta llegar a Uruguay hace diez años en donde el dinero se acabó al punto de quedar casi en la indigencia.
Fue entonces cuando solicitó ayuda a la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, madre de los migrantes. Allí se lo otorgó una humilde casa en los fondos de la iglesia donde vive junto a otro inmigrantes más.
Desde hace dos años, Giovanni comenzó las gestiones para retornar a su país. Se dirigió al consulado italiano para intentar que le financiaran el pasaje. Sin embargo nunca obtuvo respuesta, según consignó el diario El País.
Después de pasar varias tardes frente al edificio, el cansancio se comenzó a sentir, y entonces resolvió que pasaría sus días acostado frente al consulado hasta cumplir su objetivo. Varias fueron las personas que notaron la presencia de Giovanni y le prometieron ayuda. Pero nadie cumplió.
Hace dos semanas se creó un grupo en Facebook para ayudar a que Giovanni cumpla su sueño. Su foto acostado en la vereda con un cartel que decía "Italiano, 85 años quiere regresar a su país" conmovió a cientos de usuarios que comenzaron a sumarse.
Este grupo convoca el próximo sábado a una concentración frente a la Casa de los italianos (8 de octubre 2655) y se abrió una cuenta en Abitab N° 42562.
Los organizadores de la movida indicaron a El Observador que Giovanni tiene su pasaporte vigente y que no entienden la negativa del consulado a que retorne a su país. "Ellos aducen que no tiene dinero y que no hay nadie que lo reciba en Italia. Nosotros ahora, además de juntar el dinero para su pasaje, estamos intentando contactar alguna organización que lo reciba en su país", explicó Laura Pitaluga, una de las encargadas del grupo.
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