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lunes, 2 de junio de 2014

ESPAÑA: EL REY DON JUAN CARLOS I, HA ANUNCIADO SU DECISION DE ABDICAR AL TRONO

Don Juan Carlos, según fuentes de la Casa del Rey, tomó la decisión de abdicar el 5 enero, el día de su 76 cumpleaños. Se lo comunicó al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el 31 de marzo y a Alfredo Pérez Rubalcaba tres días después. Pero el secreto se mantuvo y esperó hasta hoy para anunciarlo definitivamente porque quería dejar pasar las elecciones europeas del pasado 25 de mayo para no entorpecer el debate electoral.


¿Por qué ahora? Rajoy explicó don Juan Carlos creía llegado el momento para realizar la sucesión “con total normalidad”. El Rey ofreció algún detalle más: “Una vez recuperado tanto físicamente como en mi actividad institucional he decidido abdicar”. Esto es, el Monarca, una vez tomada la decisión, multiplicó sus actos y sus viajes de contenido económico, en especial al Golfo Pérsico. No quería dejar su puesto en plena convalecencia de sus operaciones sino en un ambiente de tranquilidad, precisamente cuando el debate sobre su abdicación, que llegó a ser muy intenso en 2013, había remitido. Con ello, según fuentes de La Zarzuela, el Rey pretendía dejar la Corona en el mejor momento posible, para facilitar la llegada de su hijo.

La Monarquía ha experimentado una levísima mejoría, según el CIS, pero sigue muy baja. Pasó del 3,68 de 2013 al 3,72 de la última encuesta de abril. Unas cifras alejadísimas de las que, hace unos años, colocaban a la monarquía como la institución mejor valorada por los ciudadanos. Ahora es la sexta.

La Zarzuela admite que ese deterioro tiene mucho que ver con el caso Nóos. La hija del Rey, la infanta Cristina, sigue imputada y a la espera de que el juez José Castro tome una decisión definitiva. Al margen de que se confirme o no su imputación, el caso Nóos seguirá dando problemas de imagen a La Zarzuela porque ahora viene la fase del juicio, la más delicada mediáticamente con una exposición máxima de su yerno, Iñaki Urdangarin.

Fuentes de La Zarzuela aseguran que se trata de una decisión “muy meditada” que no tiene que ver ni con la salud del Rey ni con la coyuntura política. Sin embargo, otras fuentes del Ejecutivo admiten que el momento político es propicio para una decisión así porque estamos a mitad de legislatura y el Rey y el Príncipe pueden contar con un sólido pacto entre PP y PSOE, que suponen más del 80 % del Congreso. Nadie puede garantizar qué tipo de Cortes saldrán de las urnas en 2015, ante la evidente crisis del bipartidismo marcada por las elecciones europeas, que han colocado a los 2 grandes partidos por debajo del 50 % por primera vez desde 1977.

El Rey, emocionado, dio las gracias a los españoles, reivindicó su reinado —“vuelvo atrás la mirada y siento orgullo y gratitud hacia vosotros. Habéis hecho de mi reinado un largo periodo de paz, prosperidad y progreso”— y explicó sus motivos para dejarlo, centrados en el relevo generacional. “He querido ser Rey de todos los españoles. La larga crisis económica ha dejado profundas cicatrices en la sociedad pero también abre un camino de esperanza. Todo ha despertado un impulso de renovación, de corregir errores. Una nueva generación reclama el papel protagonista, el mismo que correspondió a la mía. Merece pasar a la primera línea una generación más joven, que afronte con renovada intensidad los desafíos”, aseguró.

Todas las instituciones cumplieron ayer su papel. El primero en dar el anuncio oficial fue el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en una declaración institucional inédita en La Moncloa. El Ejecutivo es el responsable de todos los actos del Rey, a pesar de que la abdicación es una decisión personal del Monarca.

Y por eso fue Rajoy quien dio a conocer el final del reinado de Don Juan Carlos después de 39 años, los que han pasado desde que juró su cargo ante las Cortes franquistas el 22 de noviembre de 1975, una monarquía que luego quedó democráticamente sancionada en el referéndum de la Constitución del 6 de diciembre de 1978. Rajoy explicó que mañana mismo se reunirá el Consejo de Ministros para aprobar una ley orgánica que, según el artículo 57.5 de la Constitución, debe regular la abdicación.

La ley, que será breve y se limitará a dar efectividad a la abdicación y no fijará el nuevo papel de don Juan Carlos ni su posible aforamiento, está pactada con el PSOE de Rubalcaba, por lo que no tendrá ningún problema para ser aprobada rápidamente por las Cortes con amplísima mayoría. La presencia de Rubalcaba, a punto de abandonar la secretaría general del PSOE, también ofrece para la Corona esta estabilidad que necesita una sucesión monárquica, ya que es una persona cercana a don Juan Carlos.

El Rey quiso dar al momento la máxima relevancia posible, y en su mensaje televisado cuidó todos los detalles. Le acompañaban dos fotos, una suya con su padre, don Juan, y otra en la que se veía a Felipe y Leonor, la siguiente generación, como mensaje de continuidad monárquica. Hasta en tres ocasiones habló de esa “nueva generación”, el mensaje clave que quería trasladar. Y también la idea de la estabilidad, “Mi hijo Felipe encarna la estabilidad, seña de identidad de la institución monárquica”, aseguró.

En enero, una vez tomada la decisión, el Rey consultó con el príncipe Felipe, después con Rafael Spottorno, jefe actual de la Casa del Rey, y los dos anteriores responsables de ese puesto. Después de comunicárselo al presidente del Gobierno, se creó un reducido equipo con representantes de la Casa del Rey y del Ejecutivo, encabezado por la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, para perfilar detalles técnicos. El rey encargó un informe político, jurídico y práctico sobre la abdicación.

Desde 2012, cuando empezaron a acumularse los problemas de la Monarquía y el Rey alcanzó su momento más bajo de popularidad, cuando se vio forzado a pedir perdón por su viaje a Botsuana para cazar elefantes en el que se rompió la cadera, las especulaciones en el mundo político sobre la abdicación se multiplicaron hasta el punto de que se convirtió durante 2012 y 2013 en uno de los principales asuntos de debate en las reuniones políticas, aunque en sordina, nunca en público. Pero la conversación siempre acababa en el mismo sitio: “El Rey no quiere, dice que los reyes se mueren, no abdican”. Él mismo lo desmintió varias veces, la última en el discurso de Nochebuena. Solo él puede tomar esa decisión, insistían los políticos. Y al final lo hizo cuando menos se esperaba.

Las reacciones al anuncio de la abdicación del Rey no han tardado en llegar, tanto de dentro como de fuera de España. Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario general del PSOE, ha subrayado la relevancia del anuncio al subrayar que "la decisión de su Majestad el Rey de renunciar a la jefatura del Estado" es uno de los hechos políticos más importantes "desde la recuperación de la democracia". "Culmina, con esta decisión, un reinado que ha constituido un compromiso inquebrantable con la democracia y con los derechos y libertades de los españoles", ha añadido.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha elogiado la figura del Rey y ha expresado la gratitud hacia "una persona que ayudó a traer la democracia a España y a consolidarla".

Para el coordinador federal de Izquierda Unida (IU), Cayo Lara, es el momento de un referéndum para que "el pueblo decida si quiere monarquía o República" o lo que a su juicio es "monarquía o democracia". “Es la hora del pueblo, de que el pueblo decida y hable", ha asegurado el dirigente en una rueda de prensa en Madrid. En su opinión, "es inconcebible en siglo XXI seguir hablando del derecho de sangre", algo que es "incomprensible" para los ciudadanos.

En la misma línea, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha reclamado un referéndum sobre la monarquía al asegurar que "esta abdicación acelera la descomposición del régimen político de 1978”. “Si el Gobierno cree que Felipe de Borbón cuenta con la confianza de la ciudadanía, debe someterlo a las urnas”, ha afirmado.

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, se ha pronunciado sobre la renuncia tras el mensaje televisado del Rey. Pese al cambio en la jefatura del Estado, el camino hacia la consulta seguirá invariable, ha proclamado Mas. "Habrá cambio de Rey pero no habrá cambio en el proceso político que vive el pueblo de Cataluña, seguirá adelante", ha sostenido en una comparecencia en el Palau de la Generalitat. El líder nacionalista ha deseado "suerte" al heredero de Don Juan Carlos, el Príncipe Felipe, al que le ha recordado la convocatoria de la consulta: "Le deseo suerte, aciertos, y éxitos. Deseamos lo mejor para España, pero también deseamos lo mejor para Cataluña. Y lo mejor para Cataluña es poder decidir democráticamente y libremente nuestro futuro como nación".

Josep Antoni Duran Lleida ha agradecido al Rey su labor al frente de la jefatura del Estado y también ha destacado que su sucesor tendrá que lidiar con la consulta catalana.

Por su parte, el lehendakari Iñigo Urkullu ha asegurado que la decisión del Rey "abre una posibilidad de resolver la cuestión vasca que" de momento no ha hecho el ciclo de la Constitución de 1978.

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, ha agradecido al Rey el trabajo que ha realizado por la paz, la libertad y la prosperidad "de todos los españoles" y ha añadido que, con su renuncia, "en absoluto" entrará la Monarquía en un período de inestabilidad.

El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo del Poder Judicial, Carlos Lesmes, ha lamentado que Juan Carlos I haya decidido abdicar. "Siento que abdique el Rey, pero esta es su voluntad y la tenemos que respetar", ha dicho. Lesmes cree que el Príncipe "será un buen Rey".

La Fiscalía General del Estado, en un comunicado, ha mostrado "el aprecio y agradecimiento de todo el Ministerio Fiscal a la persona de Don Juan Carlos, cuya trayectoria vital ha estado presidida por un incansable servicio a España" y cuyo reinado ha coincidido "con la etapa de mayor paz y estabilidad" que ha conocido el país. "Una época caracterizada por la vigencia de nuestra actual Constitución de 1978, sancionada por la rúbrica de Don Juan Carlos", añade la Fiscalía General.

Desde Washington, la Casa Blanca ha destacado la labor de "guía" del rey Juan Carlos durante "la histórica transición de España a la democracia". "Ayudó a que la democracia floreciera", ha destacado en el comunicado Patrick Ventrell, portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso ha señalado que ha recibido “con emoción” la noticia de la renuncia al trono del rey Juan Carlos, a quien califica de “artífice y defensor” de la democracia. “El rey Juan Carlos I ha sido valedor fundamental del europeísmo y de la modernidad de España durante los 39 años de su reinado”, prosigue el presidente del Ejecutivo comunitario. “Sin él no se entendería la España actual; personalmente y en nombre de la Comisión Europea quiero expresar mi profunda admiración por los valores que encarna; representa para todos los europeos un ejemplo en el que continuar inspirándonos”, asegura Barroso.

También el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, ha considerado que el Rey ha sido un "pilar" de la democracia en España, y confía en que don Felipe sea un modelo de "cohesión y confianza".

En declaraciones a EL PAÍS, el ex presidente Felipe González ha destacado: "Me parece institucionalmente muy correcta y una decisión que supone un valor y un coraje especial [por parte del Rey] al poner la institución por encima de la persona".

El ex presidente del Gobierno José María Aznar ha agradecido al Rey su contribución a la "reconciliación de los españoles en democracia" y ha afirmado que su decisión de renunciar al trono supone "un acto de responsabilidad y de generosidad".

Mientras, el presidente de Banco Santander, Emilio Botín, ha expresado su "respeto y gratitud" a la figura de don Juan Carlos y ha resaltado que su reinado "ha supuesto el periodo de paz y prosperidad más largo" de la historia española. "Deseo expresar nuestro más profundo respeto y gratitud a Su Majestad el Rey. El reinado de Juan Carlos I ha supuesto el período de paz y prosperidad más largo de nuestra historia", ha subrayado.

El presidente de Telefónica, César Alierta, ha destacado que Juan Carlos I ha sido el rey que abrió España al mundo desde la libertad, al mismo tiempo que ha confiado en que durante el reinado de Felipe el país alcanzará una nueva etapa de prosperidad.

EL MENSAJE DEL REY DE ESPAÑA

Me acerco a todos vosotros esta mañana a través de este mensaje para transmitiros, con singular emoción, una importante decisión y las razones que me mueven a tomarla.

En mi proclamación como Rey, hace ya cerca de cuatro décadas, asumí el firme compromiso de servir a los intereses generales de España, con el afán de que llegaran a ser los ciudadanos los protagonistas de su propio destino y nuestra Nación una democracia moderna, plenamente integrada en Europa.

Me propuse encabezar entonces la ilusionante tarea nacional que permitió a los ciudadanos elegir a sus legítimos representantes y llevar a cabo esa gran y positiva transformación de España que tanto necesitábamos.

Hoy, cuando vuelvo atrás la mirada, no puedo sino sentir orgullo y gratitud hacia vosotros.

Orgullo, por lo mucho y bueno que entre todos hemos conseguido en estos años.
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Y gratitud, por el apoyo que me habéis dado para hacer de mi reinado, iniciado en plena juventud y en momentos de grandes incertidumbres y dificultades, un largo período de paz, libertad, estabilidad y progreso.

Fiel al anhelo político de mi padre, el Conde de Barcelona, de quien heredé el legado histórico de la monarquía española, he querido ser Rey de todos los españoles. Me he sentido identificado y comprometido con vuestras aspiraciones, he gozado con vuestros éxitos y he sufrido cuando el dolor o la frustración os han embargado.

La larga y profunda crisis económica que padecemos ha dejado serias cicatrices en el tejido social pero también nos está señalando un camino de futuro cargado de esperanza.

Estos difíciles años nos han permitido hacer un balance autocrítico de nuestros errores y de nuestras limitaciones como sociedad.

Y, como contrapeso, también han reavivado la conciencia orgullosa de lo que hemos sabido y sabemos hacer y de lo que hemos sido y somos: una gran nación.

Todo ello ha despertado en nosotros un impulso de renovación, de superación, de corregir errores y abrir camino a un futuro decididamente mejor.

En la forja de ese futuro, una nueva generación reclama con justa causa el papel protagonista, el mismo que correspondió en una coyuntura crucial de nuestra historia a la generación a la que yo pertenezco.

Hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando y a afrontar con renovada intensidad y dedicación los desafíos del mañana.

Mi única ambición ha sido y seguirá siendo siempre contribuir a lograr el bienestar y el progreso en libertad de todos los españoles.

Quiero lo mejor para España, a la que he dedicado mi vida entera y a cuyo servicio he puesto todas mis capacidades, mi ilusión y mi trabajo.

Mi hijo Felipe, heredero de la Corona, encarna la estabilidad, que es seña de identidad de la institución monárquica.

Cuando el pasado enero cumplí setenta y seis años consideré llegado el momento de preparar en unos meses el relevo para dejar paso a quien se encuentra en inmejorables condiciones de asegurar esa estabilidad.

El Príncipe de Asturias tiene la madurez, la preparación y el sentido de la responsabilidad necesarios para asumir con plenas garantías la Jefatura del Estado y abrir una nueva etapa de esperanza en la que se combinen la experiencia adquirida y el impulso de una nueva generación. Contará para ello, estoy seguro, con el apoyo que siempre tendrá de la Princesa Letizia.

Por todo ello, guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles y una vez recuperado tanto físicamente como en mi actividad institucional, he decidido poner fin a mi reinado y abdicar la Corona de España, de manera que por el Gobierno y las Cortes Generales se provea a la efectividad de la sucesión conforme a las previsiones constitucionales.

Así acabo de comunicárselo oficialmente esta mañana al Presidente del Gobierno.

Deseo expresar mi gratitud al pueblo español, a todas las personas que han encarnado los poderes y las instituciones del Estado durante mi reinado y a cuantos me han ayudado con generosidad y lealtad a cumplir mis funciones.

Y mi gratitud a la Reina, cuya colaboración y generoso apoyo no me han faltado nunca.

Guardo y guardaré siempre a España en lo más hondo de mi corazón.

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