Valentina Aragona, argentina, de 22 años, visitó la isla como turista y, en su tiempo libre, participó de un congreso de derechos humanos. Eso hizo enojar a las autoridades cubanas que, sin explicaciones, la obligaron a salir de Cuba antes de lo previsto.
“Fue terrible. Me revisaron el cuerpo entero. Me sacaron bombacha por bombacha de la valija y miraban mi ropa con asombro”, contó Valentina a la revista Noticias.
La joven, estudiante de psicología, afirmó que viajó la semana pasada a Cuba para festejar su cumpleaños con su amigo Pedro Robledo. Pero el viaje de placer a La Habana se transformó en un calvario.
Mientras dormía, la policía cubana la despertó con un violento golpe en la puerta a las cinco y media de la mañana y, sin más, la arrestó a ella y a su amigo, violentamente.
La pareja, cuenta Noticias, había coordinado sus vacaciones con un congreso por los derechos humanos organizado por activistas disidentes del régimen castrista. Antonio Rodiles, un conocido militante cubano opositor, había invitado a Robledo por Skype, y su amiga lo acompañó.
Cuando llegaron a la isla, pasearon por la ciudad, y después, tras reunirse con Rodiles, les advirtieron que tuvieran cuidado, porque varios panelistas invitados al evento habían sido detenidos.
Debió intervenir el canciller argentino Héctor Timerman y, los jóvenes pudieron regresar a su país.
“Las mujeres se sorprendían por los diseños y colores. Eran sumisas y no entendían que en la Argentina tuviéramos libertades para comprarnos lo que nos gusta”, dice la joven en la crónica.
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