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jueves, 10 de octubre de 2013

USA: GAS DE ESQUISTO Y LA FRACTURACION HIDRAULICA

En los últimos 10 años, USA se ha convertido en líder de producción de gas de esquisto. Gracias a técnicas innovadoras de extracción del empresario texano George P. Mitchell, el gas natural atrapado en formaciones de esquisto, cuya obtención antes era demasiado complicada y muy cara, hoy proporciona una oferta cada vez mayor de energía al país. La perforación se hace de forma horizontal en el subsuelo hasta alcanzar las formaciones de esquisto.


A continuación, los túneles excavados por la perforación se inundan de agua, arena y productos químicos que rompen la roca y hacen que el gas salga, un proceso conocido como fracturación hidráulica [fracking].

Con ello, las empresas usamericanas han desencadenado una revolución en el segmento de gas de esquisto. La producción americana de ese gas pasó de ser prácticamente nula, en 2000, hasta representar ¼ del gas natural de USA y debería llegar a la mitad del total de gas natural en el país en 2030, según datos del Instituto de Políticas Públicas James A. Baker de la Universidad Rice en Houston, en Texas.

Dueño de la segunda mayor reserva del mundo (después de China), según la Administración de Informaciones sobre Energía (EIA), de pronto tiene una nueva y enorme fuente de energía que podría ayudar al país a disminuir su dependencia del petróleo extranjero.

'El punto fuerte del gas de esquisto es su contribución a la independencia energética de USA', dice Gary Survis, investigador del Proyecto de Liderazgo Global en Medio Ambiente (IGEL) de la Universidad de Pensilvania/Wharton School. 'Se trata de un cambio drástico de paradigma'.

Además, el gas natural, formado sobre todo por metano, genera la mitad de emisiones de carbono que el carbón. La fracturación en sí suscita preocupaciones medioambientales, como, por ejemplo, la contaminación de agua subterránea, si los túneles no están alineados de forma correcta y los productos químicos utilizados para mantener abiertos los poros de la roca se filtran.

Exceptuando el impacto medioambiental de la producción del gas de esquisto, 'el gas natural es el mejor combustible de hidrocarburos', evalúa Robert Giegengack, profesor de Ciencias de la tierra y de Medio Ambiente de la Universidad de Pensilvania.

'Produce menos dióxido de azufre y otros contaminantes, es más fácil de manejar y se produce más cerca del mercado', en lugares como la formación de esquisto Marcellus en los Estados de Nueva York, Pensilvania y Estados vecinos.

Pero a pesar de todas las virtudes del gas de esquisto, los productores americanos están descubriendo ahora que no todo son buenas noticias.
El extraordinario aumento de la producción, junto con la desaceleración de la economía, ha hundido los precios del gas natural de cerca de US$ 7 a US$ 8 por millón de pies cúbicos a menos de US$ 3 hoy en día. Con el petróleo a US$ 100 el barril, las actividades de perforación de gas se están estancando, mientras que las plataformas en los campos de petróleo están aumentando.

En 2010, por primera vez en 16 años, el número de plataformas de petróleo superó el número de plataformas de gas en el territorio continental de EEUU, según datos del informe de UBS Securities.

Hoy en día, los operadores están retirándose de los campos más maduros de gas de esquisto, como Barnett, en Texas y Haynesville, en Arkansas, en Louisiana y en Tejas y los están reemplazando por campos más nuevos con potencial de producción de gas y de petróleo, como el campo de Utica, en Ohio, y Bone Spring, en Texas y en Nuevo México, dice Drew Koecher, jefe de energía de KPMG en el segmento de transacciones y de reestructuraciones.

Con la disminución de los precios, muchos perforadores de gas de esquisto atraviesan una fase financiera difícil. Chesapeake Energy, de Oklahoma City, segunda mayor empresa de gas de esquisto después de Exxon Mobil, ha estado reuniendo capital con la venta de activos, al mismo tiempo que se enfrenta a una investigación de la SEC (Comisión de Valores Mobiliarios y de Cambio) sobre supuestos conflictos de interés del consejero delegado Aubrey McClendon, sospechoso de haber usado su participación personal en los pozos de la compañía como garantía para obtener un préstamo, según ha informado la prensa.

Pero el reciente boom del gas de esquisto está lejos de haber llegado a su fin y el total impacto de la revolución americana en el sector todavía está por llegar, dicen los especialistas.

En primer lugar, USA tiene todavía muchos otros recursos que extraer.

'Queda aún mucho tiempo por delante antes de que USA agote sus reservas de gas de esquisto', observa Brandon Beard, director gerente de KPMG para transacciones y reestructuraciones de energía en USA.

'Serán necesarios de diez a 20 años para que eso suceda'.

Además, a medida que crezca la demanda de gas, los precios se recuperarán y fortalecerán la industria. 'La abundancia de gas es más o menos temporal', evalúa Noam Lior, ingeniero mecánico de la Universidad de Pensilvania y profesor de mecánica aplicada y del Lauder Institute de la Universidad de Pensilvania/Wharton School.

'Mientras los precios del petróleo estén por encima de US$ 100 el barril, aproximadamente, el gas continuará siendo muy competitivo'. Es lo que piensa también Jonathan Banks, asesor senior de política climática de Clean Air Task Force, de Boston.

'No hay cura mejor para los precios bajos que precios bajos', dice.
El estímulo de los bajos precios, la demanda de compañías eléctricas, fabricantes de productos químicos, vehículos movidos a gas natural y mercados extranjeros devolverán la salud de la industria de gas de esquisto; los precios relativamente bajos de la energía de gas natural ayudarán a sostener la economía americana, prevén los especialistas. 'Es algo revolucionario', observa A. J. Scamuffa, jefe de productos químicos de PwC, en Filadelfia.

A corto plazo, el mayor aumento de la demanda de gas natural viene de la generación de energía eléctrica, dice Beard, de KPMG. Muchas fábricas pasaron del carbón al gas natural más barato, de tal manera que las emisiones de carbono de USA cayeron en los primeros 4 meses del año, y están hoy en su nivel más bajo en dos décadas, según la EIA.

El carbón genera hoy sólo un 34 % de la electricidad consumida en USA, mientras que, en 2005, ese porcentaje era del 50 %, informó el EIA. Tennessee Valley Authority (TVA) informó el año pasado del fin de las operaciones de 18 generadores movidos a carbón en tres fábricas para 2020.

Con eso, se resuelve una queja suscitada por la Ley del Aire Limpio hecha por la agencia de Protección del Medio Ambiente. Se planea sustituir esos generadores por otros movidos a gas natural y biomasa. En agosto, la TVA inauguró su quinta y mayor fábrica movida a gas natural, la Magnolia, de 986 megavatios en las inmediaciones de Ashland, en Misisipi.

¿Breve renacimiento?

Mientras, en el transcurso de los próximos años, los bajos precios del gas podrían desencadenar el renacimiento de la producción americana, dicen los especialistas. PwC prevé que la revolución del gas de esquisto podría sumar un millón de empleos en el sector manufacturero de EEUU en 2025, además de reducir los gastos de manufacturación en US$ 11.600 millones al año en ese periodo.

'Los fabricantes de productos químicos que estaban en el exterior están volviendo a USA' para sacar provecho de los bajos precios del gas natural aquí, dice Scamuffa, de PwC.

Actualmente, muchos fabricantes de productos químicos están dejando de usar el petróleo y empezando a usar el gas natural en la producción del propano, butano y otros ingredientes básicos en productos como tintas y hasta semiconductores.

Grandes empresas están invirtiendo más de US$ 15.000 millones en capital para modernizar las instalaciones existentes y construir nuevas instalaciones en América del Norte debido a la abundancia de gas natural aquí, observa Garrett Gee, director de servicios de asesoría química de PwC en Filadelfia.

Según un informe de PwC, se trata de empresas como Dow Chemical, Bayer y Westlake Chemical, entre otras. 'En el transcurso de los próximos 3 a 4 años, con la construcción de la infraestructura necesaria en América del Norte, esperamos que el coste menor de la materia prima se traduzca en costes más bajos de los productos usados en el día a día y de los bienes duraderos'.

Con el tiempo, el gas natural más barato puede transformar incluso el sector de transporte de USA, responsable de cerca de un 30 % de las emisiones de carbono del país. Hay 14 millones de vehículos movidos a gas natural en todo el mundo, diez veces más que hace diez años, según un informe del 22 de agosto del Consejo Nacional del Petróleo.

Pero USA, donde circulan sólo 130.000 vehículos movidos a gas, aparece en octavo lugar en el mundo después de países como Pakistán, Argentina, Brasil, India y China.

La mayor parte de los vehículos americanos movidos a gas son camiones devoradores de energía, autobuses y camiones de basura. Con sólo 1.200 estaciones de gas natural en todo el país, frente a cerca de 160.000 gasolineras, el coche familiar movido a gas natural aún es un sueño lejano, evalúa Richard Kolodziej, presidente de la Asociación de los Vehículos Movidos a Gas Natural de Washington, D.C.

'Para impulsar el mercado popular de coches a gas, será preciso, por lo que todo parece indicar, una penetración del 10 % en las gasolineras, o 16.000 estaciones', dijo.

Una de las nuevas fuentes más controvertidas de demanda del gas de esquisto son los mercados externos. Históricamente, los precios del gas en las diversas regiones del mundo 'tienen valores diferentes exclusivamente a causa de factores tradicionales', observa Lior, profesor de la Universidad de Pensilvania, que está escribiendo un artículo sobre el asunto.

En USA, los precios están fijados por la oferta y por la demanda, pero en Europa y en Asia, están indexados al precio del petróleo y a otros índices, dijo.

Como los precios del gas en Asia son de dos a tres veces más elevados que en USA, las exportaciones parecen el próximo paso lógico. Sin embargo, muchos especialistas creen que las exportaciones a amplia escala están fuera de consideración.

Se oponen a ella los que desean mantener el gas en el mercado interno para que USA sea independiente en el sector energético y su economía, más fuerte, resalta Koecher, de KPMG. Además, añade Michael Levi, investigador senior de energía y medio ambiente del Consejo de Relaciones Exteriores, 'USA debería convertirse en un pequeño exportador, jamás en un exportador de gran tamaño, debido al coste de transportar el gas natural a los mercados externos'.

Mucha gente duda en poner dinero en la implantación de terminales de exportación de gas natural licuado (GNL), cuyo desarrollo requiere de varios años, porque teme que China, Australia y otros países desarrollen una producción propia de gas de esquisto y hundan el valor de las inversiones.

Una planta de licuefacción necesita tiempo para captar el dinero y conseguir la licencia de construcción, dice Levi.

'Quien entra en un negocio de estos necesita estar convencido de que ganará dinero con las exportaciones durante cinco o más años después de que la fábrica esté construida'.

Levi señala que solamente algunas empresas parecen tomar en serio el deseo de exportar, entre ellas Golden Pass Products, reciente joint venture entre Exxon Mobil y Qatar Petroleum, que planea transformar la fábrica de Tejas en una terminal de GNL y Cheniere Energy, que está invirtiendo en una terminal de GNL en Sabine Pass, en Louisiana.

Cuestiones medioambientales

Aunque la industria de gas natural licuado pueda impulsar la economía americana y la independencia del país del petróleo externo, los defensores del medio ambiente están preocupados por su impacto medioambiental. Las quejas de contaminación de las aguas subterráneas van ahora camino de los tribunales, y grupos contrarios a la técnica de fracturación temen que la actividad pueda provocar terremotos.

Respecto a las emisiones de gas, no hay una opinión formada al respecto, ya que el metano es un gas de efecto invernadero 4 veces más nocivo que el dióxido de carbono.

'La quema del gas natural es más pura que la del carbono, pero no lo suficiente para que no haya impacto medioambiental', principalmente si la facilidad de acceso al gas anima el aumento del consumo, dice David McCabe, científico atmosférico de Clean Air Task Force.

'La información más necesaria que tenemos hoy es que el gas de esquisto, abundante y barato, acelerará el calentamiento'. Aunque la EPA haya aprobado procedimientos que limitan la fuga de metano en los nuevos pozos de gas de esquisto que se construyan a partir de 2015, USA no tiene regulaciones que restrinjan la fuga de metano en otras partes de la cadena de abastecimiento.

'Si no se introdujeran regulaciones eficaces, podríamos tener serios problemas de contaminación del aire y del agua en el futuro', dijo Lior, de la Universidad de Pensilvania.

Otra gran preocupación, dicen los especialistas, es el impacto del gas de esquisto sobre el naciente sector de energía alternativa.

'La cantidad de carbono que el gas natural produce es mucho mejor que la producida por el carbón, pero no se puede comparar con la energía eólica o solar', observa Survis, investigador de IGEL.

'El gas de esquisto es tan solo una tecnología intermedia y no una tecnología sostenible. No conducirá a la independencia energética a largo plazo, como en el caso de la energía solar y eólica'.

Desafortunadamente, el boom del gas de esquisto llega en un momento en que la energía verde aún se esfuerza por rebajar costes que le permitan competir con los combustibles fósiles.

'Con la caída de los precios del gas, el gas de esquisto podrá desbancar a la energía alternativa y perjudicar su expansión', principalmente ahora que USA está recortando las subvenciones de ese sector, dice Survis.

De momento, la revolución del gas de esquisto en USA continúa ganando terreno y ya conquista una posición más sostenible, replanteando el escenario de la energía y la economía de USA.

Fuente: www.wharton.universia.net



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