Fuentes extra oficiales de la Casa Rosada, sede del gobierno de Argentina, aseguraron al diario La Nación que hay varios ministros y funcionarios de segunda línea que no comparten la idea de pelearse con el presidente José Mujica y se inclinan, en cambio, por una negociación diplomática a largo plazo ante la decisión de Montevideo de autorizar el aumento de la producción de la pastera UPM.
'La decisión de pelearse con Mujica no llevará a buen puerto y todo lo que se recogerá de allí serán malas impresiones', explicó un destacado ministro que es crítico de la gestión de Timerman al frente de la Cancillería.
No son pocos los que opinan lo mismo. Por ejemplo, en la Casa Rosada hay referentes de peso, como el secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, Carlos Zannini, que tampoco abonaban la idea de ir a una nueva contienda jurídica internacional con Uruguay y se inclinaban por una salida negociada con tiempo.
Otros funcionarios allegados a la presidenta creen que Cristina se dejó influenciar por el espíritu electoralista de Timerman y del gobernador entrerriano, Sergio Urribarri, que creyeron que con esta decisión sumarían los votos de los asambleístas de Gualeguaychú, una localidad en la que el candidato a senador del Frente para la Victoria Guillermo Guastavino perdió en las primarias en manos del ruralista opositor Alfredo De Angeli.
No obstante, aquellos que critican la decisión intempestiva contra Uruguay también muestran cierto optimismo al evaluar que después de las elecciones del 27 de octubre el escenario y el ánimo podrían cambiar.
En este sentido, evalúan que la preparación de la embestida jurídica para llevar el reclamo contra Uruguay en La Haya demorará entre cuatro y cinco meses. Para esa fecha, sostienen, los comicios ya habrán pasado y podría haber incluso una renovación ministerial que alcance a Timerman.
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