Un nuevo tipo de desfibrilador implantado bajo la piel puede detectar ritmos cardiacos anormales y administrar descargas para restaurar el ritmo normal sin necesidad de cables que toquen el corazón, según un estudio publicado en ‘Circulation: Journal of the American Heart Association’.
El desfibrilador cardiaco implantable subcutáneo (‘S-ICD’) incluye un cable situado por debajo de la piel a lo largo del lado izquierdo del esternón. Los desfibriladores cardiacos implantables (DAI tradicionales) tienen hilos conductores eléctricos insertados en los vasos sanguíneos que llegan al corazón.
Los DAI pueden reducir en gran medida el riesgo de muerte en pacientes con alto riesgo de paro cardiaco repentino. Sin embargo, los médicos insertan el nuevo dispositivo sin la guía de rayos X, por lo que se reducen las preocupaciones sobre cables conductores rotos, daños en los vasos, infección y cicatrices que dificultan la extracción del dispositivo tradicional.
'La desfibrilación ha demostrado en repetidas ocasiones ser un gran activo para prolongar la vida de los pacientes cardiacos, pero todavía hay algunos riesgos a los que hacer frente' dijo Martin C. Burke, autor principal del estudio y profesor de Medicina y director del Centro de Ritmo Cardiaco de la Universidad de Chicago, en Estados Unidos de América.
'Este nuevo sistema fue desarrollado a lo largo de 12 años de combinaciones de algunos de los mejores aspectos de los DAI implantados y los desfibriladores externos tradicionales'.
En el estudio de 33 dispositivos, 314 de 330 pacientes (edad media 52) evaluados tenían un ‘S-ICD’ implantado. Durante un promedio de 11 meses de seguimiento, 21 pacientes desarrollaron espontáneamente 38 episodios de fibrilación ventricular o taquicardia ventricular y todos fueron restaurados con éxito a un ritmo normal del corazón y 41 pacientes (13,1 por ciento) recibieron ‘shocks’ que no eran apropiados debido a que no fueron precedidos por una arritmia peligrosa del corazón.
El estudio superó las metas fijadas por la agencia norteamericana de control de alimentos y medicamento (FDA) a la hora de evaluar la seguridad y efectividad del nuevo dispositivo. Así, el 99 % de los pacientes con ‘S-ICD’ permaneció libre de complicaciones 180 días después de la implantación, en comparación con un objetivo de 79 %.
El ‘S-ICD’ fue 100 % eficaz a la hora de detectar y revertir consistentemente la fibrilación ventricular, mientras que la meta establecida por la FDA es del 88 por ciento. Este dispositivo está disponible en Europa y Nueva Zelanda desde 2009 y ha recibido la aprobación de la FDA en Estados Unidos en 2012.
'l ‘S-ICD’ no es un sustituto de otros desfibriladores –dijo Burke–.
Para algunos pacientes será ideal, para otros inapropiado, y un gran grupo de personas estará en el centro, es decir, que podrá seleccionar el tipo de sistema que quiere', dijo Burke. Para ello, se prepara un estudio de comparación de un ICD tradicional y el S-ICD *.
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