Llegó a su casa de Villa Argentina (Canelones)más de tres meses después de haber sido detenida y remitida a la cárcel. "Desde que vine a Uruguay estuve más tiempo presa que en mi casa", reflexionó Alicia Castilla, activista por el cultivo de marihuana para consumo personal. Pero añadió que se quedará en Uruguay.
Desde el último día de enero se habla de su caso.
Una escritora argentina de 66 años, reconocida internacionalmente por sus libros sobre la cultura de la marihuana, que defiende el cultivo para el consumo personal, había sido detenida en su casa de Villa Argentina (Canelones). Tenía 29 plantas de cannabis.
Hacía 60 días que se había instalado allí para iniciar una nueva etapa de su vida, menos urbana.
Por una "venganza personal" de una persona a la que invitó a venir desde España, había sido denunciada y la Policía dio vuelta su casa, en plena mudanza.
"Hubo 15 policías acá adentro, me sacaron todo de las cajas, esto es un caos, fue una situación muy fuerte", relató.
La Suprema Corte el lunes le había negado la libertad provisoria por gracia. Sin embargo el fiscal del caso, Fernando Valerio, accedió al pedido de libertad condicional presentado por su defensa
El jueves 4 de mayo 2011, tras 95 días en la cárcel de Canelones y luego en el Centro Nacional de Rehabilitación (CNR), Castilla obtuvo la libertad.
Y el sábado fue la "estrella" del capítulo uruguayo de la Marcha Mundial por la despenalización de la marihuana, que por estas fechas se realiza con diversas manifestaciones en unas 300 ciudades de todo el mundo.
"Estuve en la movilización. Fue muy impresionante por el cariño de la gente, por todas las emociones que vengo recogiendo", contó al diario El País apenas llegó a su casa.
El ambiente que se vivía en la movilización de ayer en el Parque Rodó, frente a la Casa de Andalucía, era de optimismo.
Luego de varios años de marchas, sus reclamos -la posibilidad legal de plantar marihuana para consumo personal- entró en la agenda política y con la fusión de aportes de más de un proyecto de distintos parlamentarios, se están arribando a definiciones para, eventualmente, someterlas a votación próximamente.
"Uruguay daría una lección al mundo", de aprobar una legislación, indicó Castilla, quien aseguró que fue visitada por diputados durante sus más de tres meses de prisión.
La jueza en lo Penal de 1º Turno de Atlántida, Dra. Dra. Adriana Miriam De Aziz Foliadoso, dispuso el 31 de enero el procesamiento con prisión de Castilla como autora de un delito de "producción de sustancias estupefacientes prohibidas".
En su domicilio fueron hallados varios elementos para la producción de marihuana, 29 plantines de cannabis y 24 gramos de sustancia para su consumo.
Entre los argumentos en defensa de la activista, el abogado Federico Álvarez Petraglia mencionó que las plantas eran jóvenes y no habían "sexado": esto es, no se habían definido entre machos y hembras. Y sólo las plantas hembras producen el principio activo THC que brinda a la marihuana el carácter de "droga".
"Sin ninguna duda me quedo a vivir acá, con mucho más compromiso", dijo Castilla a El País, quien considera que eliminando los delitos que penan a los consumidores "eliminaríamos injusticias".
“Emoción, sentí emoción. Y ahora que estoy libre pienso que, tal vez, mi encarcelación fue un mal que por bien no venga.
Yo estaba en el lugar equivocado y en el momento equivocado, pero no estaba cometiendo un delito. Sin embargo mi caso posibilitó que la sociedad uruguaya se siente a discutir un tema injusto.
Creo que es una injusticia que una persona vaya presa por plantar lo que consume”, dijo Castilla a El País.
“La conciencia de estar siendo el pivot de un movimiento social que puede significar la primer despenalización a nivel mundial hace posible la sobrevivencia en la sucursal del infierno”, son algunas de las letras que esta experiencia sórdida le inspiró.
“Hubo gente que me dijo que sentía vergüenza de ser uruguaya mientras yo estuviera presa.
El 90% de los trabajadores del CNR me dijo que sentía vergüenza de que yo estuviera presa. Me comentaban que mi caso había sido discutido en el núcleo familiar. Es una gratificación para mi persona”, declaro Alicia.
“Lo viví. Estuve con gente que consume, vende y negocia con la pasta base. Y vale la pena explicar que metiéndolos en la cárcel no se resuelve nada.
Salen mucho peor porque adentro aprendieron más”, aseguró. ”Violencia”, “suciedad”, “ratas por doquier”, “cucarachas en las camas”, “piojos”.
Todas esas palabras definían, según Castilla, el recinto penitenciario de Canelones que la alojó.
Alicia Castilla es una escritora autodistribuida de culto, con una vida un poco de película. Editó Cultura Cannabis en el 2001, en plena crisis económica argentina.
Volvía de treinta años de residencia en Brasil y se encontró con un paisaje personal y nacional, desolador. En Salvador escribía y traducía y acompañó a Lula Da Silva en sus campañas políticas.
Aguantó estoica una denuncia de 19 años y 9 meses de cárcel, por importar a la Argentina la revista cannábica para la que escribió, Spannabis.
Cuando finalmente la corte el pasado diciembre, consideró que el expediente delirante y monstruoso de cien páginas que había en su contra, se basaba en un delito inexistente.
Es una dama de clase instruida, de esas que acude a subastas en París y tiene familiares en Niza. A la par que una liberal juvenil, intelectual y buscavidas, que lucha por los derechos individuales y civiles.
Cuando en el 2001, marchó con el libro impreso hasta los quioscos, de la céntrica calle porteña de Florida, los canillitas (vendedores de diarios) pensaban que esta señora de elegante porte, venía a ofrecerles un libro de poesía. Así que cuando veían la hoja verde de la portada de Cultura Cannabis, quedaban patidifusos.
Y mira por donde, el libro por ser el primero en Latinoamérica, fue un éxito, un boom. Cultura Cannabis llegó a su séptima edición y Cultivo Cannabis a la tercera) Cuenta Alicia que a veces dejaba los ejemplares, y en la vuelta a casa en colectivo (bus), ya le estaban llamando, para que les llevara más.
Después con las chala sandalias y picadores del Pulpa, se vendería en los puestos de Plaza Francia.
Lo que también causaba un revuelo en el mercado, importante. Alicia ya tenía experiencia como escritora de best sellers, debido a una novela catártica basada en su propia experiencia personal.
La escribió en Brasil, en el intento desesperado como madre, de recuperar a su hija. El siguiente éxito, se le ocurrió, el día que vio en una playa a un gringo, con Marihuana Reconsiderada en sus manos. Ese hecho fortuito, resulta que le cambió la vida.
Alicia Castilla, a sus sesenta y seis años, es, una licenciada en Ciencias de la Educación, una mujer culta. Conocida como la Señora Cannabis ha recorrido el mundo, y ha hecho muchas entrevistas.
Sus vecinos de Recoleta aún se siguen sorprediendo que esa señora es la de la tele, y la marihuana. No parece del palo, a primera vista. Le gusta devorar información, el estudio, el análisis, la semiótica y la antropología cultural. No sufre, como diría ella, de simple porrocentrismo.
Ahora Alicia a partir de los principios de la agricultura biodinámica elaboró un GPS para el Cultivo de Cannabis en el Hemisferio Sur. Un calendario o almanaque que permite anotaciones y da consejos para cultivadores.
Ofrece día a día, durante los 365, las indicaciones sobre cómo conseguir la mejor floración y los días que hay que dejar descansar a las plantas. Fue diseñado de forma que el jardinero cannabico pueda anotar la evolución de su trabajo y al terminar el mes, puede recortar la hoja que se transforma, así, en una ficha de cultivo. Con mujeres así, la pachamama o madre tierra debe pensar, que da gusto.
Fuente:El País
No hay comentarios:
Publicar un comentario