En el año 2009, en Secundaria hubo 947.652 horas de clase que no se dictaron. Si se multiplican esas horas por el “valor hora” promedio que percibía un profesor de 1º a 3º año de Ciclo Básico ese año ($ 971,73 con aportes patronales y aguinaldo), se obtienen como resultado US$ 40.874.512.
Fuentes de la educación señalaron a El Observador que más de la mitad de ese dinero se le pagó a los profesores ese año, pese a que los alumnos no tuvieron clase.
Los docentes –no solo los de Secundaria sino todos aquellos que enseñan bajo la órbita de la Administración Nacional de Enseñanza Pública (ANEP)– tienen 15 motivos por los cuales pueden faltar a las aulas y aún así percibir su sueldo. Así lo fija el Estatuto del Docente.
En 2008, el Consejo de Educación Secundaria (CES) realizó una investigación sobre lo ocurrido en el año 2007. Se detectó que solo a un 40% de los docentes se les descontaba de su salario las horas en que no asistían clase.
Ese porcentaje, según confiaron las fuentes consultadas, se repite todos los años. Los motivos de los descuentos son: haber hecho paro; no haber justificado su falta; y no haber ni avisado ni justificado cuando se faltó.
En el estudio del CES de 2008, se advertía que “el problema (de las horas no dictadas) es significativo sin lugar a dudas y provoca enormes dificultades de gestión en los liceos”.
Se señalaba también en la investigación que “estos problemas son similares a los que presentan los países de la región cuando el sistema que se utiliza es el de asignación de horas cátedra en lugar de cargos docentes”.
Para combatir esta problemática, cada uno de los desconcentrados de la ANEP adoptó medidas distintas. Por ejemplo, el Consejo de Educación Primaria no autoriza a los docentes a cargos de clases a tomarse libre en días lectivos para actividades extras.
No pueden concurrir a conferencias, ni a seminarios, ni a encuentros de maestros o cursos de perfeccionamiento los días que tienen que estar al frente del aula porque se entiende que, de hacerlo, se estarían afectando los días de clase.
En el caso de Secundaria, el consejo del gobierno anterior dispuso la presencia de suplentes o adscriptos en la clase.
Se podría pensar que la plata que el CES no pagó por horas no dictadas de clase es dinero que el organismo se ahorró, y que podría haber sido utilizado para otros fines que no fuera pagar salarios.
Pero el dinero que el CES no pagó por faltas docentes injustificadas fue a parar a una bolsa de dinero, ¿destinada a qué?, a pagar un incentivo al presentismo docente, que durante la administración anterior se conocía como “presentismo plus”. Quienes lo recibían eran los docentes que habían tenido hasta dos faltas en los dos semestres del año.
“Ahorrar no se ahorró nada”, concluyó una de las fuentes consultadas. Por el contrario, se gastó aún más porque, sumado a las horas docentes que se le pagaban a los que no dictaban las clases, se debía pagar a un suplente para que lo suplantara.
Los valores calculados para este artículo se obtuvieron a partir del “valor promedio hora” que gana en un mes un docente de Secundaria por cada hora semanal impartida, asumiendo que el valor informado por Codicen representaba el ingreso por hora efectiva.
Los US$ 40.874.512 informados se reducen a US$ 9.083.225
Fuente: El Observador
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