La izquierda de mediados del siglo XX lejos del gobierno y con fuerzas menguadas proponía una Revolución Democrática, Nacional, Popular, antiimperialista y antioligárquica. El actual gobierno va dejando por el camino el moderado programa del Congreso Zelmar Michelini, se acopla al sistema capitalista y abona el terreno para un acompañante permanente, que le sigue como sombra, una minúscula ultra-izquierda sectaria fragmentada en múltiples expresiones, coadyuvando a la confusión imperante.
Se vuelve insoslayable repasar el planteo teórico de entonces y repensar el de ahora, a partir de las modificaciones habidas entre aquella y esta realidad, para cobrar conciencia de qué "ha cambiado" y por ende, qué es lo que "debemos cambiar".
Sirve como referencia un profundo ensayo de Vivian Trías, "Reforma agraria, industrialización y Revolución Nacional", de setiembre de 1959.
El título ya puede espantar a quienes tildándose de izquierdistas o preferentemente "progresistas", aceptan que en esta tierra de Artigas transformada con su Reglamento Provisorio para la Campaña (1815) por una profunda reforma agraria bajo los dos gobiernos de la fuerza política que enarbola la bandera de Otorgués, se continúe concentrando la propiedad de la tierra, pasando de manos de oligarcas, medianos y pequeños propietarios, a las de los capitales trasnacionales (forestación, sojeros, etcétera).
Trías expone: "La dramática disyuntiva en que nos debatimos (es) colonia perpetua o liberación nacional". ¿Colonia? ¿Liberarnos de qué, se dirá hoy, desde que el imperialismo "ya fue" o que sus organismos rectores como el FMI reciben el "visto bueno" de líderes progresistas o izquierdistas como Vázquez?
"El único modo de financiar nuestro desarrollo económico radica en la liberación del imperialismo y en la utilización de nuestros recursos naturales y del trabajo de nuestro pueblo, en su propio beneficio."
Se dirá que el de Trías es un "lenguaje perimido" de marxistas o de aferrados a la teoría de la dependencia.
"La prensa entreguista, los teorizantes de la ¿libre empresa?, los ¿técnicos? del FMI y más de un catedrático de renombre, sostienen que nunca podremos lograrlo sin la ayuda extranjera, sin el empréstito, sin la inversión exterior.
Es un capítulo fundamental en la propaganda de los monopolios extranjeros: el ABC de la colonización ideológica..."
¿Los "colonizados" de Trías, acaso no apuestan hoy al "país de primera" en base a las inversiones extranjeras? Hoy se venden acciones estatales o sustituyen las inversiones estatales por las extranjeras, suponiendo que siempre se beneficia al país. Hay que concluir que mucho ha retrocedido la izquierda de aquel ayer a hoy.
Continúa el dirigente socialista: "No podremos empujar nuestro desarrollo económico, conjugando producción social con propiedad individual: (...) nuestra fórmula es producción social y propiedad social."
Es una propuesta muy diferente a las del equipo económico o la del Presidente, matizado en su caso, por atenuar el espíritu de lucro por imprecisas apelaciones al voluntariado social.
Y remata Trías: "La clase obrera, vanguardia de las clases populares, conducirá la transformación revolucionaria de nuestra economía, cubriendo las etapas inconclusas de la revolución burguesa frustrada; pero con otra orientación, bajo otro signo (porque) la Revolución Nacional no se hace en beneficio de la burguesía, sino de las masas populares cuya vanguardia es el proletariado industrial.
Su culminación tendrá como consecuencia la aparición de las condiciones económico-sociales convenientes para la realización de la revolución socialista."
Hoy, más que de la clase obrera corresponde hablar de la clase trabajadora y sus aliados cercanos.
No obstante, Trías anticipa las posiciones del ALBA, al que nuestro Congreso propuso ingresar y que nuestros gobernantes también postergan. Que nadie se enoje entonces cuando se caracteriza a este gobierno como en disputa o se afirma que si no se crean las condiciones señaladas, se está preparando la restauración dura de la derecha.
Prof. Julio A. Louis
Fuente:La República
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