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miércoles, 10 de noviembre de 2010

M. BLOOMBERG: "ESTAN ELIGIENDO PARA EL CONGRESO A GENTE QUE APENAS SABE LEER"

La declaración más reveladora sobre el contexto del viaje del presidente usamericano a la India, no las ha hecho Barack Obama en India, sino, desde otro punto de Asia, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, que está en Hong Kong al frente de un congreso internacional de grandes ciudades.


"Si te fijas en Estados Unidos y en quienes están eligiendo para el Congreso, es gente que apenas sabe leer. Apuesto a que un montón de ellos ni siquiera tienen pasaporte. Si no tenemos cuidado, estamos a punto de empezar una guerra comercial con China, y estoy seguro de que muchos no saben siquiera donde está China", dijo el respetado empresario y político republicano a The Wall Street Journal.

El alcalde alude en parte a las durísimas críticas que durante la reciente campaña electoral usamericana se han hecho contra China, a la que los candidatos republicanos y muchos demócratas, demonizaron como la nueva amenaza contra el bienestar de los usamericanos, el principal culpable de que desaparezcan puestos de trabajo en Ohio y desciendan las expectativas de progreso de las próximas generaciones.

Varios comentaristas han reprochado a Obama que escoja como primer destino de su gira tras el fracaso electoral un país que los yanquis identifican con el trasvase de empleos, con la utilización maliciosa por parte de las empresas de este mercado barato de mano de obra para situar aquí sus centros de comunicación y sus plantas de producción, privando de ellos a sus compatriotas.

El propio Obama no ha sido completamente ajeno a la promoción de esos miedos provincianos, con una defensa proteccionista en muchos de sus discursos de medidas que favorezcan a las empresas que creen puestos de trabajo dentro de USA.

Ahora, su viaje se ve perjudicado por esa postura y sus opciones de conseguir alianzas estratégicas de largo plazo se ven considerablemente disminuidas. India se siente perjudicada por esa imagen, China se prepara para lo peor y toda Asia observa con recelo los próximos movimientos en Washington.

El presidente derrocha en esta gira gestos para aliviar esas sospechas. El domingo bailó, junto a su esposa, Michelle, con los niños de una escuela de Bombay para celebrar una fiesta y participó en una charla con estudiantes, que le preguntaron abiertamente sobre los asuntos más delicados.

Obama admitió que uno de los retos más difíciles para USA en estos momentos es "ver cómo es capaz de responder, desde una situación de crisis económica, a los desafíos de la globalización. (...) EE UU estaba acostumbrado a ser, sin contestación, la mayor economía del mundo; ahora lo sigue siendo, pero tiene que competir con países como India, China o Brasil".

Obama pronosticó una dura pugna en su país "entre aquellos que ven la globalización como una amenaza y los que lo ven como una oportunidad".

De momento, parecen imponerse los que lo consideran un peligro, incluso en la Casa Blanca. Tras los resultados electorales, este viaje fue promocionado en Washington (lo dijo el propio Obama antes de subirse al Aire Force One en la base de Andrews) como una iniciativa para responder a las dificultades económicas de los usamericanos, relegando a un lugar secundario los graves problemas propios de esta región.

No se puede hacer una gran política internacional con el único propósito de satisfacer a los votantes en casa. Pese a la cortesía oficial que domina este tipo de acontecimientos, los indios perciben esta visita como una oportunidad perdida o al menos devaluada.

"Obama ya ha conseguido los contratos y el titular sobre los 54.000 puestos de trabajo; el resto del viaje no le importa lo más mínimo", decía el comentarista de una cadena de televisión local aludiendo a los 10.000 millones de dólares firmados por empresas usamericanas para la venta de sus productos en el mercado indio.

Quizá sea un juicio exagerado, pero no se aleja mucho del interés que la prensa usamericana demuestra en este viaje, casi unánimemente concentrado en estos primeros días en el encuentro que el presidente tuvo en Bombay con 200 ejecutivos de algunas de las principales firmas de Estados Unidos de América.

India está interesada en las inversiones usamericanas, pero también tiene otras preocupaciones de carácter económico, político y de seguridad sobre las que le gustaría ver mayor interés de parte usamericana.

De todos esos asuntos empezaron a tratar anoche en una cena en Nueva Delhi el presidente yanqui y el primer ministro indio, Manmohan Singh. Es la sexta vez que se reúnen desde que Obama es presidente.

Tantas como con el presidente de China. Singh fue el primer jefe de Estado extranjero que hizo una visita oficial a Washington durante esta Administración y siempre ha recibido un trato muy deferente de Obama, que una vez dijo de él: "Cuando Singh habla, todo el mundo escucha".

Barack Obama hizo un llamamiento al inicio de un diálogo entre Pakistán e India, los archienemigos regionales, sobre la base de que ambos países se verían beneficiados de un clima más estable y seguro.

El presidente usamericano no precisó, sin embargo, si tenía alguna propuesta específica que presentar al respecto y advirtió que correspondía a los dos países diseñar el contenido y los plazos de esa negociación.

Obama se refirió al asunto durante la conversación que mantuvo en Bombay con estudiantes universitarios, y es muy probable que lo abordara más en detalle durante su cena anoche con el primer ministro indio, Manmohah Singh y en la reunión que ambos sostuvieron en Nueva Delhi.

"Mi esperanza es que, con el tiempo, se desarrolle confianza entre los dos países, que empiece el diálogo, quizá sobre los asuntos menos controvertidos al principio, para abordar posteriormente los temas más delicados", manifestó el presidente usamericano.

Poco después de esa declaración, el portavoz del Ministerio de Exteriores paquistaní dijo en Islamabad que USA "puede jugar un papel eficaz para una solución amistosa del largo conflicto de Cachemira", una dividida región fronteriza con el norte de India que ambos países se disputan.

El papel de USA, si lo llega a tener en algún momento, no es tan sencillo.

Durante su visita a India, Obama ha caminado por una línea muy fina en este asunto para no irritar a Pakistán sin decepcionar a India, que responsabiliza a sus vecinos de los ataques de 2008 en Bombay.

Obama aconsejó, no obstante, a India que rompa ese largo ciclo de hostilidad con su vecino. Recordó a los indios que su meta es ahora el desarrollo y el progreso, y que el conflicto con Pakistán solo constituye, en ese camino, "una distracción".

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