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miércoles, 10 de noviembre de 2010

LA OPINION DEL SENADOR FRANCISCO GALLINAL: PROTEGER LA INVERSION, ES PROTEGER EL TRABAJO

Todos recordamos que cuando ocurrió la nefasta crisis de 2001, una de las primeras decisiones que adoptó el Gobierno, fue la de salir a respaldar los llamados depósitos a la vista, cuentas corrientes y cajas de ahorro que, cualquier fuera la institución en la que estuvieran, a efectos de mantener el circulante, se procedió a su inmediata devolución.


Analicemos su evolución en el transcurso de estos años porque es un elemento fundamental para calibrar la importancia del tema secreto bancario.

Antes de la crisis aproximadamente dos terceras partes de los depósitos en Uruguay eran plazos fijos, es decir cuentas que retienen el dinero en general a uno, dos, tres, seis o doce meses.

Luego la preferencia por depositar en modalidades que habilitan el retiro inmediato es decir a la vista, se ha ubicado por encima del 50% del total de ahorros a comienzos de 2004; llegó al 60% a fines de ese año; osciló por encima del 70% en el 2007; en mayo de 2009 alcanzó, por primera vez, el 80% y en los meses siguientes, esta proporción continuó aumentando.

Por tipo de institución, la relación de depósitos a la vista en el total, es algo diferente en el promedio.

En los bancos públicos –Banco de la República Oriental del Uruguay y Banco Hipotecario del Uruguay– llegó a un 76%, en tanto que en los privados, a un 86%.

Quiere decir que el total de depósitos, que ha crecido en forma importante en el transcurso de todos estos años, tanto en la banca pública como privada –como consecuencia de depósitos provenientes fundamentalmente de extranjeros, pero también de nacionales–, pasó de un 45% inicial a más de un 80%.

En la banca privada el porcentaje de los depósitos a la vista se ubica en el 86% y, en la pública, en un 76%.

Entonces, esta relación de depósitos que va en una línea progresiva de carácter permanente, explica la enorme sensibilidad que existe en la gente respecto al tema bancos y muy especialmente la búsqueda permanente de garantías que todos realizan.

Ese ahorrista o depositante, dispone de una enorme facilidad –tanto por los mecanismos que existen en el mundo actual, como por las características del depósito– para proceder, ante el mínimo peligro, a retirar sus depósitos en forma inmediata y buscar un destino más seguro.

De allí que consideremos inoportuna la media sanción que el Senado le ha dado al proyecto sobre secreto bancario que a su vez, crea un nuevo impuesto, una nueva modalidad de IRPF.

Ojalá en el pasaje a diputados el gobierno reflexiones, y por la salud de nuestra economía, en defensa de la inversión es decir, en defensa del empleo y del trabajo, reacciones y cambie su posición.

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