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miércoles, 29 de septiembre de 2010

MINEROS CHILENOS: SIN LA TECNOLOGIA ACTUAL ESTARIAN MUERTOS

20 años atrás el rescate de los 33 mineros chilenos, atrapados a 700 metros bajo la superficie de la tierra hubiera sido imposible. Los avances tecnológicos permitieron hallarlos y también mantenerlos con vida


Después de 17 días de incertidumbre, el domingo 22 de agosto 2010, el mundo supo que los 33 mineros chilenos seguían con vida y sin mayores problemas de salud en el refugio.

Para que el contacto pudiera establecerse, el equipo de rescate utilizó la sonda GyroTracer, de la compañía sueca Stockholm Precision Tools AB (SPT), una firma especializada en el diseño y la fabricación de herramientas y material de prospección.

La particularidad de esta sonda es que, a diferencia de otras herramientas similares, su actividad no se ve afectada por interferencias magnéticas. Además, funciona en el interior de tuberías, tanto de revestimiento como de perforación y en suelo magnético.

GyroTracer tiene 42 milímetros de diámetro, está incorporado adentro de un protector de presión de titanio y pesa unos 15 kilogramos.

Durante la primera etapa de rescate, más de 8 sondas trabajaron intensamente y se hicieron más de 1.000 metros diarios de sondajes.

"Hace 10 o 15 años hubiera sido mucho más difícil montar el rescate" porque "hubiera sido muchísimo más difícil atinarle al lugar donde están refugiados los mineros", señaló en ese entonces el ingeniero a cargo de las labores, André Sougarret a la Agencia de Noticias AFP.

"Estamos accediendo a mejor información para una mejor toma de decisiones. Lo otro que también ayuda es la potencia de las máquinas, que aumentó con el tiempo", añadió.

El ingeniero civil en minas de la Universidad de Santiago, Omar Gallardo, fue aún más contundente: "No creo que hace 20 años hubiera sido posible su rescate. Habrían muerto enterrados. Se ha hecho todo lo humanamente posible y todo lo que la tecnología ha permitido".

Luego de encontrarlos, los retos cambiaron. A la meta máxima, el rescate, se le sumaron necesidades de comunicación, alimentación y ayuda psicológica en un ambiente oscuro y con una temperatura constante de 36°C, que pusieron a prueba mucho más que la ingeniería.

"Algunas de las cosas que hemos recomendado abarcan tratar de mejorar las condiciones de iluminación para que haya una especie de patrón de día y de noche. También estamos haciendo énfasis en la organización de los mineros, el liderazgo y la formación de equipos", señaló Michael Duncan, director del equipo de la NASA que asesoró a los rescatistas.

El primer contacto con el exterior fueron cartas y mensajes. Luego, el mecanismo mejoró, y un sistema de fibra óptica les permite estar comunicándose constantemente con la superficie. Y mantener, además de conversaciones públicas, charlas privadas con familiares, médicos y también psicólogos.

Por medio de un ducto de 15 centímetros de diámetro se logró enviarles suministros médicos, alimentos y cápsulas de hidratación. Además, les dieron medias con cobre, un material reconocido por sus propiedades bactericidas y antisépticas, ya que uno de los principales temores es que alguno de los trabajadores contraiga una infección.

Todo eso fue enviado a través de "palomas", tubos de plástico primero y luego de metal.

Otra de las preocupaciones de los rescatistas es que los mineros tuvieran distracciones. Y en eso, también la tecnología jugó un papel fundamental. Por ejemplo, un teléfono con proyector permite que los mineros puedan proyectar en la pared o una sábana una película que está en su memoria interna.

Otro proyector diminuto 3M se conecta con reproductores MP4, cámaras fotográficas y celulares. Su batería dura para poder ver una película.

Justamente fue en uno de estos diminutos proyectores en que los mineros vieron el partido de su selección contra Ucrania. Las imágenes fueron proyectadas como en una pantalla de 50 pulgadas.

Mientras eso sucede, el grupo de rescatistas trabaja en la perforación del suelo para sacar a los mineros del refugio. Para ello, el equipo decidió realizar tres perforaciones distintas, los denominados Plan A, Plan B y Plan C. Las perforadoras deben realizar una tarea para la que, en principio, no fueron diseñadas: construir un tubo de 700 metros de profundidad, sobre un cerro de roca dura, para rescatar a los 33 mineros.

Paralelamente, la Marina chilena enfrenta otro desafío: la construcción de tres cápsulas metálicas que extraerán, de a uno, a los trabajadores atrapados. Tras los estudios, se decidió que cada "jaula" tendrá un largo de 2,5 metros y pesará 250 kilos sin carga.

Adentro de la cápsula, habrá "una red de suministro de aire a presión, con una carga de gas respirable. El oxígeno disponible es para tres horas, pero se calcula que el ascenso de cada minero tome entre 20 minutos y dos horas.

El trabajador siempre estará con contacto con los rescatistas mediante un sistema de comunicaciones de audio y video, y podrán conectarse mediante cable o vía inalámbrica.

Gafas de protección, guantes, linterna para la cabeza, buzo con bandas reflectoras y zapatos de seguridad constituyen el equipo que debe portar cada minero durante el ascenso para el que ya son entrenados.

Reciben la misma instrucción que un piloto de combate, que les permitirá subir la sangre desde las extremidades y evitar desmayos.

Las cifras

700 Son los metros de profundidad a los que están los 33 mineros chilenos.

250 Kilos pesará cada una de las tres jaulas que utilizarán para rescatar a los trabajadores.

Claves

Para hallar a los mineros

Se utilizó una sonda que a diferencia de otras herramientas similares no ve afectada su actividad por interferencias magnéticas. Además, funciona en el interior de tuberías, tanto de revestimiento como de perforación y en suelo magnético.

Mientras llegan a rescatarlos

El primer contacto con el exterior fueron cartas y mensajes. Luego la tecnología permitió un sistema de fibra óptica con el que se comunican constantemente con la superficie. Además, utilizan miniproyectores, que les sirve desde para recibir mensajes hasta para mirar fútbol.

La vuelta a la superficie

Las tres perforadoras deben realizar una tarea para la que, en principio, no fueron diseñadas: construir un tubo de 700 metros de profundidad, sobre un cerro de roca dura, para rescatar a los 33 mineros.

Paralelamente la Marina chilena desarrolla tres "jaulas" por las que subirán.

Fuente: El Pais de Montevideo

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