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jueves, 4 de junio de 2020

S. BAKER: UN MENTALISTA CON MUCHO RECORRIDO

La vida de Simon Baker después de que dejó ser Patrick Jane en "El mentalista" El protagonista de la serie que emite Canal 10, y que dejó de producirse en 2015, es un actor y director de prestigio en Australia.


A muchos actores les llega el papel ideal que los beneficia y perjudica al mismo tiempo.
En el caso de Simon Baker, el intérprete australiano de 50 años, fue el de Patrick Jane en El mentalista, el drama de Bruno Heller que comandó de 2008 a 2015, por nada menos que siete temporadas. En Canal 10 se emite los sábados a las 16.00.

El personaje —un psíquico que es reclutado por el Buró de Investigaciones de California— estaba hecho a la medida de Baker: era carisma puro.

Al mismo tiempo, significó el gran salto del actor a Hollywood tras sus interpretaciones en series australianas como E-Street, Home and Away y Heartbreak High. A pesar de lo positivo, Patrick Jane también lo encasilló y no le permitió volver con otro leading role de igual magnitud, algo que a Baker no parece molestarle. Por el contrario, en las diversas entrevistas que ha dado uno capta esa necesidad de mantener un perfil bajo, de evitar sentir que la industria le debe algo.

Simon nació en Tasmania, y fue en el mundo televisivo australiano donde dio sus primeros pasos, como suerte de preparación para Hollywood, donde hizo pequeñas intervenciones en largometrajes como Restaurant con Adrien Brody, y en la nominada al Oscar Los Ángeles al desnudo. Por entonces, a fines de los 90, conoció y se enamoró de su colega, Rebecca Rigg, con quien se casó en 1998. La pareja tiene tres hijos, Stella, Claude y Harry.

Cuando uno piensa en Australia, en sus actores, y en las amistades que forjaron, es inevitable no mencionar la dupla Nicole Kidman-Naomi Watts, quienes fueron inseparables antes y después de conquistar Hollywood. Baker, curiosamente, es muy amigo de ambas. De hecho, Watts es la madrina de su hija Stella; y Kidman, de Harry. Hasta el día de hoy, los actores permanecen en contacto y se aconsejan en sus respectivas carreras.

Si hablamos de la carrera de Baker, debemos mencionar El diablo viste a la moda. En la ya icónica comedia de David Frankel, el actor interpretaba otro rol que le permitía mostrarse carismático: el de Christian Thompson, un escritor encantador de serpientes que no bajaba los brazos hasta conquistar a Andy (Anne Hathaway).

El film se estrenó en 2006, Meryl Streep recibió una nominación al Oscar, y en la actualidad mantiene vigencia no solo por su mirada imparcial del mundo de la moda, sino también por un guion que funcionaba como relojito gracias a los trabajos de Streep, Hathaway, Emily Blunt, Stanley Tucci y de Baker, claro.

En esa instancia de su carrera pre- El mentalista, el australiano estaba abocado al cine, hasta que apareció Patrick Jane y, con él, nominaciones al Emmy, Globo de Oro y SAG.

El drama significaba tanto en su vida, que Baker relegó varias oportunidades para emprender proyectos paralelos (la fama de la serie incluso lo llevó a recibir en 2013 una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood), por lo cual no fue hasta después del final de
El mentalista que volvió al ruedo, y lo hizo con Breath, la adaptación de la novela del australiano Tim Winton que él mismo quiso dirigir y protagonizar.

El film, ambientado en 1970, es un drama coming of age sobre un surfista, Bill “Sando” Sanderson (Baker), que funciona de mentor de dos jóvenes a quienes les cambia la vida.
La ópera prima se estrenó en el Festival de Toronto en 2017 y tuvo una buena recepción. El actor ganó el Aacta -el equivalente al Oscar de Australia-, en la categoría secundaria, y la película, por otro lado, aspiraba a nada menos que siete candidaturas. Un auspicioso debut como realizador.

La concreción de su proyecto tan personal despertó un deseo dormido: dirigir películas independientes en Australia. De todas formas, si no hubiese sido por su esposa, Rebecca, Breath probablemente no se hubiese filmado.

“Yo dudaba de si podía hacerla, y ella me dijo algo muy alentador: 'Mi amor, hay muchas películas malas en el mundo, ¿qué pasa si la tuya es una más?'; esas son las citas inspiradoras de mi mujer”, contó Baker, entre risas, sobre el particular modo en el que Rigg lo impulsó a desafiarse a sí mismo, algo que viene haciendo desde que se conocieron trabajando en la telenovela E-Street.
“Después emprendimos el viaje a Hollywood, lo cual fue una aventura”, declaró.

Luego de Breath, Baker dio un giro de timón al coprotagonizar junto a Sarah Jessica Parker el fallido drama romántico Here and Now, un supuesto homenaje a la obra maestra de la Nouvelle Vague Cleo de 5 a 7 de Agnès Varda. La película de Fabien Constant fue vapuleada por la crítica y el público, y posiblemente hizo que Baker retome el camino que ya había trazado para sí mismo: la dirección.

“Ahora estoy desarrollando dos films en Australia, que también voy a dirigir”, contó en diálogo con WowWatchers a fines de diciembre de 2019, cuando la pandemia de coronavirus comenzaba a azotar al mundo.

“Al mismo tiempo, voy a protagonizar allí una biopic sobre alguien muy conocido, y eso es todo porque quiero pasar más tiempo con mis hijos, me comprometí a disfrutar más de ellos, quiero que sean felices, que vivan sus vidas según sus deseos, ya sea siendo un poeta o un plomero, no quiero necesariamente que sigan mis pasos”, expresó el actor que nunca soñó con la fama cosechada, y que ahora elige ver su profesión bajo una óptica intimista.

“Me siento un outsider en cierto modo, cada día que me despierto pienso que es surreal lo que conseguí, así que lo tomo momento a momento, porque no es que me propuse que todo esto sucediera. Mi forma de abordar la vida es la de simplificar todo y volver a las bases, manteniendo las conexiones fundamentales”, añadió el australiano, quien ahora, lejos de Hollywood (pero no tanto), apuesta por trabajar a su ritmo y con sus intereses, y con ese disfrute de la cotidianidad familiar. “Ellos son la base de todo; si no están a mi lado, las cosas colapsan”.


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