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lunes, 7 de enero de 2019

URUGUAY: CUAL ES LA VERDAD DE LA SITUACION ECONOMICA DEL PAIS

Son pocos los periodistas que han asumido que discrepan con cifras del gobierno (como el déficit fiscal y el crecimiento económico), pero la mayoría de los grandes medios, sin que ningún economista lo afirme, optan por lanzar grandes cortinas de humo y hablar del Uruguay como un país en crisis, cosa que desmienten las cifras oficiales, las de Cepal, la CAF, el FMI, el Banco Mundial y hasta medios conservadores prestigiosos como The Economist.


La derecha, al no poder cambiar ni derrotar la realidad, lanzó hace rato una guerra de mentiras y medias mentiras que, digámoslo todo, el Gobierno no es eficiente en contrarrestar.

El “jefe de la oposición” y “candidato desafiante”, líder del Partido Nacional, Luis a secas, más conocido por Pompita,por ahora sólo ha parido la austera idea de elevar el índice tolerado de alcoholemia, justamente en una reunión en que había gran presencia de bodegueros mayoristas. Salvo el permiso para tomar alguna copita en las fiestas, no hay otra propuesta concreta para su anunciada ley de urgencia que, a no dudarlo, va a arrancar hasta las raíces de los árboles.

Pompita suele decir y repetir que “este gobierno hace la plancha” y que “está totalmente agotado”. He llegado hasta pensar que es su legítima creencia, porque en su mundo de las redes sociales (al fin y al cabo, todos tenemos de refugio un universo propio), del surf, las fiestas íntimas de ricos y riquitos, en lugares como la Barra y José Ignacio, seguramente es de lo que se habla y se comenta en las charlas del té con cookies.


Lo que afirmo es que, protegido por su ignorancia y por su poca presencia mediática, Pompita, el “prepresidente” que quiere Sanguinetti instalar en el poder, es del todo ignorante de las fuerzas que se mueven sosteniéndolo.


Los que constituyen, como sabemos, el frente de batalla (bien articulados por Sanguinetti, que por algo siempre se consideró a sí mismo un periodista), son los grandes medios de prensa: Búsqueda, El País y El Observador, los que en estas semanas ya están alcanzando las máximas expresiones de intervención política directa.

La cosa está bien, pero hay que cambiar todo


Un notable chiste de La Diaria decía que ya no quedaban economistas de derecha que vaticinaran una próxima recesión, porque los que lo habían hecho, se equivocaron siempre.


El esfuerzo de hacer piruetas con las palabras lo hace el director de El Observador, Ricardo Peirano, en su editorial “Horizontes borrascosos” publicado el pasado 30 de diciembre de 2018.


El colgado lo dice todo: “A pesar de que se ha hecho mucho, este gobierno y el que viene deberán seguir tomando medidas para que la economía uruguaya se despierte y tenga la misma agilidad que algunos países de la región”. Cuando se explaya, dice que todo está mal y que habría que empezar a cambiar ahora y no esperar el próximo gobierno.


No está mal que Peirano sea del Opus Dei, como me apunta al oído el corrector, para recordármelo por si acaso me había olvidado, lo que definitivamente está mal es que sea la máxima expresión de lo que podríamos llamar “el partido del ajuste fiscal”, cuya existencia nos explicamos mejor si pensamos que todo ajuste fiscal implica una gigantesca transferencia de ingresos de los pobres a los ricos, y eso es lo que estos insaciables voraces nucleados en la Confederación de Cámaras Empresariales quieren: todo el país para ellos.


Reconociendo la distancia que separa a Ricardo Peirano de sus primos malos, merecería al menos un poquito de pudor que con ese apellido tétrico para la economía y las finanzas de este país y los vecinos, el director de El Observadortuviera el tupé de dar consejos a troche y moche sobre lo que debe hacerse en la conducción económica para que los uruguayos seamos más felices.


Empieza con una larga frase confusa para decir que estamos en un escenario problemático, cosa que desmienten las cifras de crecimiento, de déficit fiscal, de inflación, de reservas, e inclusive de desempleo. Las oficiales y las de los organismos extranjeros.


Dice Peirano Peirano: “Un año electoral sumamente competitivo como no lo han sido los últimos tres donde el FA era percibido como claro ganador, y una economía en estado de estancamiento y necesitada de medidas claras como no lo ha estado ni en 2004, ni en 2009 ni en 2014, ponen en escena una suerte de escenario de esos que nadie desea”. (Digamos, para ser claros, que lo que nos anuncia Peirano es un futuro de terror).


Reflexiona Peirano y continúa: “No es lo que suele llamarse una “tormenta perfecta”, pues no estamos en una tormenta ni al borde de una crisis ni siquiera de una recesión, pero sí es un año de horizonte borrascoso, por nuestra situación y por la de nuestros vecinos. Argentina, con el apoyo del FMI podrá transitar 2019 con relativa estabilidad financiera pero con poco crecimiento y sobre todo con una enorme incógnita de lo que ocurrirá en 2020 cuando deba volver a los mercados de crédito que ya desconfían no solo del peronismo sino del mismo Macri, y por ello el riesgo país se sitúa en los 800 puntos. Y Brasil, que es otra incógnita que empezará a despejarse, para bien o para mal, desde el 1° de enero cuando asuma Bolsonaro y su nuevo equipo presuntamente promercado. Un Bolsonaro que debe llevar a cabo una hercúlea reforma de la seguridad social y del déficit fiscal”.


Menosprecia Peirano que en el Uruguay tenemos crecimiento ininterrumpido con inclusión social desde hace 16 años y déficit fiscal de 2,7% (mal que les pese a todos los mentirosos que no quieren aceptar la realidad), y 17.000 millones de dólares de Reservas, con las realidades de desastre que forjaron sus admirados Mauricio Macri y Michel Temer.


Oculta que fueron ellos los que llevaron el déficit fiscal de sus respectivas potencias a 8% del Producto Interno Bruto (PIB), el riesgo país a casi 800 puntos básicos (lo que determina que no pueden tomar dinero en los mercados de crédito y tienen que “morir” en el FMI), el desempleo a más del 10%, y que lograron el milagro total de que los dos países más ricos de América Latina cayeran casi 9% de sus respectivos PIB en dos años de desastre.


Es el ingeniero Macri, tan alabado en su momento por El Observador y su director Peirano, el que este año demostró no tener ningún control sobre la economía argentina, provocó dos embestidas cambiarias bestiales que sólo pudo solucionar llevando la tasa de interés del Banco Central al 70% (tasa trucha que no paga nadie, y que fomenta la mentira y la estafa), poniéndose de rodillas ante el FMI y pidiendo 57.000 millones de dólares, que llevan su deuda externa a 85% del PIB, la que será impagable en el mediano plazo.


Es el ingeniero Macri el que, a cambio de ese dinero que no pagará, comprometió un programa recesivo de llevar a la Argentina de 9% de déficit fiscal en 2017 a 0% en 2020. Antes, desgraciadamente para ellos y para nosotros, si es que nadie comprende la gravedad de la situación, la recesión, el desempleo y la miseria de la gente harán que la nación hermana tenga la tercera gran crisis de su historia reciente después de las de 1981 y 2001.


A contrapelo de lo que afirma Peirano el “bueno”, el Gobierno del Uruguay, presidido por Tabaré Vázquez, se ha comportado en forma inversa a los de Macri y Temer y por eso el gobierno de Tabaré exhibe los logros y las cifras que se quieren ocultar por la operación “nube de humo”.


Dice Peirano Peirano: “Pero aun siendo un año borrascoso por los motivos señalados, Uruguay no caerá en recesión aunque su crecimiento será lánguido. Entre 1% y 1,5%, prevén los analistas privados. Solo el gobierno, en su proyección optimista efectuada en la Rendición de Cuentas, sostiene que el crecimiento superará el 3%”.


Para ser más preciso, el crecimiento será 2,5% para 2018 y más de 3% para 2019.


Y entonces Peirano vuelve con el sonsonete del “déficit (que) no baja del 4% del PIB ni por casualidad y más bien todo indica que va a crecer en lugar de reducirse”. Así y “con la economía estancada” (lo cual no es cierto, porque él mismo reconoció que sigue creciendo), llega a la conclusión de que “se hace necesario tomar medidas.

¡Ajuste fiscal ya!, pide Peirano


“Medidas para poner en regla el déficit y la inflación, (…) Medidas para generar un buen clima de negocios que el sector empresarial nota en deterioro por el alto costo país y por decisiones sindicales de tipo patoteril (piquetes, ocupaciones, paros sorpresivos, agravios a quienes quieren trabajar) que en nada ayudan ni al sector en que se aplican ni a la economía en su conjunto”.


“Faltan 14 meses para el cambio de gobierno. Y la economía uruguaya no puede seguir en la inacción. Se necesita recuperar dinamismo como tienen Paraguay, Bolivia, Chile, Perú y Colombia que crecen por lo menos al 3%. ¿Se va a quedar el gobierno de manos cruzadas mientras atravesamos el período electoral y el poselectoral? Sería triste que se guiaran por el mero cálculo político y Uruguay perdiera otro año y quizá otro tren. Porque no cabe duda de que Bolsonaro va a revolucionar el Mercosur y casi seguramente va a terminar la hipocresía que se aplica al régimen de Maduro. 2019 no es un año para hacer la plancha y dejar que los horizontes borrascosos se resuelvan por sí solos. Necesitamos levantarnos y ponernos en marcha, sin regodearnos en un pasado sin recesión. Mucho se ha hecho pero muchísimo más queda por hacer a este gobierno y al próximo. Ojalá 2019 nos agarre a todos bien despiertos. No hay un minuto que perder”.


El programa de gobierno de los empresarios, según Búsqueda


La frutilla de la torta la puso Búsqueda en su ejemplar del 27 de diciembre en el que su editorial principal, citando la XXIII edición de la Encuesta anual de Evaluación y Perspectivas Empresariales de Búsqueda (producto de ellos, que hacen ellos para ellos), afirma que “la economía uruguaya sigue creciendo, pero a tasas cada vez menores. Esa debilidad, que algunos empresarios definen como un “estancamiento” o un “mercado recesivo” es el principal problema para las finanzas del Estado. Así surge de la mencionada encuesta, pasando raya a un 2018 que se hizo cuesta arriba para muchas empresas, que el nuevo año asoma algo más optimista. Cuatro de cada diez prevén aumentar su producción o el nivel de ventas en 2019, en general manteniendo la plantilla de empleados y realizando algunas inversiones, aunque también habrá postergaciones”. Entre muchas consideraciones pesimistas filtra que “el 44% de los empresarios prevén incrementar su actividad, aunque otro 33% cree que será similar a la del año que termina (o sea que un 77% cree que habrá crecimiento como en este año, N. de Dirección), y 23% vislumbra una retracción.


Todo un conjunto de artículos con títulos pesimistas nos conduce a un cuadro que representa el virtual programa de gobierno que Búsqueda le atribuye a los empresarios, esos desprendidos agentes del bien común.


Está en la página 21 del citado ejemplar.

¿Qué medidas cree que debe adoptar el gobierno y cuáles debería evitar en la última etapa del período?


Nº fundamentos Menciones

1.- Bajar el gasto público/ impuestos / tarifas 87


2.- Atacar problema de inseguridad 21


3.- Mejorar la competitividad/ subir el dólar 20


4.- Mejorar la educación 8


5.- Incentivar la inversión 7


6.- Contener el poder sindical 6


7.- Flexibilizar las normas laborales/ desregular 5


8.- Negociar acuerdos comerciales 4


9.- Contener la inflación 4


10.- Mejorar infraestructura 4


11.- Mantener la estabilidad macroeconómica 4


12.- Respetar el Estado de derecho / Garantías 3


13.- Apoyar al agro 2


14.- Reformar la Seguridad Social 2


15.- Apoyar la producción 2


16.- Combatir la corrupción/ transparencia 2


17.- Reconocer errores /la realidad 2


18.- Otras 10


Más de la mitad de los empresarios, más precisamente el 61% opina que lo principal que tiene que hacer el gobierno es bajar el gasto público, los impuestos y las tarifas, atacar la inseguridad y subir el dólar.


Sólo el 5% proponen mejorar la infraestructura, apoyar la producción y respetar el estado de derecho.


A mí me resulta hasta gracioso este supuesto “programa de empresarios” que divulga Búsqueda. Si se puede elegir, prefiero el del Pit-Cnt: fortalecer las empresas, bancos y la educación pública como instrumentos de desarrollo y equidad; aumentar los impuestos a los más ricos, particularmente al gran latifundio y los grandes importadores; eliminar algunas exoneraciones; ampliar una red de protección a los pequeños productores, y aumentar salarios y jubilaciones por encima de la inflación pasada como forma de aumentar el consumo y la actividad económica.


Y declararles la guerra a los programas económicos de la derecha en todos los frentes, tarea en la que nos gustaría estar más acompañados.


¡Feliz Año 2019! ¡La lucha es la victoria!


Fuente: Caras y Caretas





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