Cuando vas a ser padre, no preguntes como un boludo en la ecografía: ¿nena o varón? Porque será lo que la sociedad imponga. ¿Ese es el camino?”. Este párrafo escrito por Juan Andrés Ramírez Saravia en el muro de Facebook del Movimiento Nacional Orejanos, el nuevo sector blanco por él liderado, disparó la consulta de Búsqueda para profundizar sobre sus ideas respecto a la “agenda social” de los gobiernos de izquierda. Ramírez Saravia pretende aglutinar a la oposición nacionalista que no se siente representada por los senadores Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga.
Y es precisamente Facebook, de momento, la principal plataforma del movimiento que Ramírez Saravia usa para conectarse con sus militantes, opinar sobre distintos temas de coyuntura y levantar una bandera, que, según cree, su Partido Nacional hoy descuida: la defensa de la familia y las instituciones.
Casi no hay tópico actual en el que este abogado de 45 años no editorialice para posicionar a Orejanos como la “tercera vía” entre los sectores Todos (del Herrerismo) y Juntos (Wilsonismo), según dijo a Búsqueda (Nº 1915).
Es con ese objetivo que el hijo del exministro del Interior (1990-1993) y excandidato presidencial blanco (1994) Juan Andrés Ramírez prepara el primer congreso nacional de su agrupación en agosto, cuando lanzará su precandidatura para las elecciones internas.
Dice sentir la necesidad de expresar lo que piensa y siente. Porque “la gente tiene una hipocresía absoluta para hablar los temas profundos y delicados”, afirma, y en eso incluye a todo el sistema político y también a los referentes familiares.
El orgullo y lo natural.
Ramírez Saravia cuenta que le llama la atención, por ejemplo, “los videoclips” que los adolescentes de 15 años ven en los dispositivos digitales. “¡Eso en nuestra época era pornografía!”, advierte, y se pregunta si es que ha cambiado el mundo, para responder que sí. “No digo que para mejor”, porque evolucionar, piensa, no implica avanzar.
Pone un ejemplo: “Yo me tomé el esfuerzo de estudiar qué es la ideología de género; si dice que la orientación sexual de una persona no se define 100% fisiológicamente. O sea, que dejan de lado un poco el tema científico, el ADN, el XX, el XY... ¡No! La persona va a tener una orientación sexual de acuerdo con su entorno cultural, social y demográfico”.
Esa es la definición de ideología de género, según el conductor de Orejanos. “No tiene nada que ver con la lucha de las mujeres y el feminismo”. No está a favor del feminismo ni del machismo, está a favor de la igualdad, dice.
Ilustra: “Se luchó contra la natalidad con pastillas anticonceptivas, con vasectomías, y como no logran frenar eso, encontraron una brecha importante en la ideología de género —que la gente entiende mal—, y promueven las relaciones homosexuales. No solamente las promueven, las hacen ser un orgullo”.
Luego se explaya: “Promueven que los hombres anden con hombres y las mujeres con mujeres, y que eso sea un orgullo, una revolución, un avance, aunque vaya contra lo que yo considero que es lo natural… Ahora, ¿yo puedo decir libremente que para mí una familia la componen un papá y una mamá, sin que eso implique que grupos radicales me tilden de homofóbico?”
Aclara que no lo es, “ni cerca”. “Pero creo que la figura paterna cumple un rol y la materna también, y que no somos iguales”. Admite tener un “razonamiento muy lineal”. “Con el mayor de los respetos, no hay posibilidad de que dos hombres o dos mujeres puedan tener hijos. Sí pueden adoptar”. Y “eso está afectando la tasa de natalidad mundial”, sostiene. “Hoy hay un empuje internacional, de organismos internacionales, de ONG. Hoy está de moda. Y la gente entrevera”, porque “cree que la ideología de género es la lucha de las mujeres por sus derechos o de los homosexuales”.
“Yo creo que el hombre nace con una orientación sexual natural que es la atracción hacia el otro sexo, porque la procreación lleva a que al hombre tiene que atraerle la mujer”, asegura. “A mí me gustan las mujeres y siento atracción física y sexual por las mujeres, no por contexto social, ni por contexto demográfico ni cultural. De chico me gustaron las mujeres. Y supongo que a mi mujer de chica le gustaban los hombres”.
Protesta porque su forma de pensar “no es protegida, en absoluto”, y anuncia que por eso el tema de la ideología de género integrará su agenda programática.
“Yo soy profesional y resulta que está mal, soy católico y resulta que está mal, decís que sos heterosexual y tenés un problema. Me encantaría que a mis hijos varones naturalmente les gusten las mujeres y que a mi hija le gusten los hombres. Pero decís eso y estás atacando a los homosexuales, al libre albedrío”, dice.
Cuota y matrimonio.
“En el Parlamento, nunca”, se apresura a responder Ramírez Saravia sobre la cuota femenina. Porque “lo que te da legitimidad es el voto. Si tienen que ser todas mujeres, que sean. ¡Pero no por cuota!”. Argumenta que “si no, mañana va a salir una norma que va a decir: ‘Va por cuota un presidente, va a ser hombre y el siguiente tiene que ser una mujer’. ¡Por imposición, no!”
“Si yo fuera mujer me daría hasta lástima que me estén colocando por cuota. No tengo votos y entro por cuota. No estoy capacitada y…”. No y no, machaca.
También dice estar en contra “del llamado matrimonio igualitario, porque hay un montón de gente católica para los que el matrimonio es un sacramento, ¿Esa gente cumple con eso simplemente para gastar plata e ir vestida de blanco?”.
Aloe vera y misiles.
Otra “batalla perdida”, según Ramírez Saravia, es la de la marihuana. “Se entregaron. Explícame por qué un gobierno tiene una persecución tan atroz contra el cigarrillo y… Ahí hay una incoherencia. Vos ves el paquetito de marihuana y es como si te estuvieran vendiendo un aloe vera”. ¿No va foto de que es dañina? ¿Está de onda ser fumador? ¿Es el proyecto de país que tenemos?”.
Y de un tema salta a otro. “Ahí está al preso que va y viene”, comenta sobre el sirio Jihad Dhiab, exprisionero de Guantánamo. “Ahora volvió de Marruecos hablando pestes de Uruguay. Nos trata de discapacitados, que somos subdesarrollados, el peor país del mundo… ¡Viejo: volvé para Guantánamo!”
Según el aspirante blanco, “está bien traer refugiados, pero tenés que conversar con ellos para decirles que para tenerlos haciendo manifestaciones en las plazas… diciendo que no les gusta el laburo… ¿Qué es lo que quieren? ¿Rascarse todo el día? ¿Una tarjeta del Mides y vivir en un cinco estrellas, en el Radisson?”.
“A los sirios les dimos todo y se viven quejando… Pero, viejo, que vuelvan a Siria, donde cae un misil al lado del otro”, remata.
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