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martes, 16 de mayo de 2017

DR. J. MIRANDA: PRESIDENTE DEL FA VOLVIO IMPACTADO DE SU VIAJE A CHINA

El presidente del Frente Amplio, Dr. Javier Miranda, volvió impactado de su visita a China. Recuerda con emoción su viaje en el tren bala a más de 300 km/h, los rascacielos, los autos eléctricos. Y repite una y otra vez lo entusiasmado que quedó con los resultados políticos del Partido Comunista Chino. “Desde 1949 a la fecha se sacaron 600 millones de personas de la pobreza. ¡Es algo fuera de escala!”, resalta Miranda.

El presidente de la fuerza oficialista visitó China semanas atrás junto a una delegación del Frente Amplio (integrada, entre otros dirigentes, por el diputado Alejandro Sánchez y el secretario político Gonzalo Reboledo) invitados por el Partido Comunista de China.

Las relaciones entre los partidos políticos de ambos países crecieron después de que en 2009 se firmó un acuerdo de cooperación. Durante su visita Miranda planteó dar un paso más: llegar a un acuerdo de asociación que implicaría, entre otras cosas, el intercambio de dirigentes para su formación. 
La iniciativa fue vista con buenos ojos por los jerarcas del comunismo chino y esperan concretarla en Uruguay.

En diálogo con Búsqueda, Miranda insiste en los logros que ha tenido China en el último tiempo, que la posiciona como “la locomotora del mundo”. “Pensamos que China es un país sin desarrollo y con cosas de mala calidad, pero me encontré con ciudades ultramodernas, rascacielos y jóvenes de 30 años en puestos gerenciales”, dice.

Sin embargo, cuando tiene que contestar si China es comunista, Miranda duda. Por un lado, asegura que “si el comunismo es socialización de los medios de producción, no lo es porque las empresas las tiene el Estado, sí, pero también otras tantas están en manos de privados”. Pero añade enseguida: “Si el comunismo implica planificación en la economía, entonces la respuesta es sí”.

Y el ejemplo para Miranda es la ciudad de Shenzhen, en la frontera con Hong Kong, que hace 40 años era un pueblo de pescadores y hoy están las universidades más importantes del país.

“Veo un país que evoluciona, que apuesta y que está empujando al mundo. En términos políticos la voluntad que nos transmiten es de cooperación y queremos aprovecharlo”, dice.

El asombro por el brutal avance tecnológico y social queda empañado cuando habla de los derechos humanos. Informes de organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch denuncian tortura en su campaña contra la corrupción. 

También organismos en defensa de la libertad de expresión cuestionan duramente al gigante asiático.

Miranda no lo esquiva. Sabe que eso es parte de China, pero advierte que es necesario “mirarlo con otras claves que no son las occidentales”.

“A mí me gustan las democracias occidentales liberales, son el mejor sistema que conozco, pero para entender cómo funciona un país donde vive el 20 % de la humanidad tengo que usar otros códigos”, añade.

“Eso no quiere decir justificar o dejar de justificar. No es una democracia occidental, es un sistema de partido que controla el Estado, la política y propone una planificación con un fuerte componente ideológico que está sin duda en el marxismo. No digo que sea una dictadura, es una forma de organización de la sociedad”, afirma.

Miranda insiste en que “la democracia occidental es el mejor modelo”, pero explica que “democracia es por supuesto política, pero también es social, liberal y también civil”. En su opinión, “difícilmente un régimen sea democrático o no democrático en todo”.

“Uruguay es una democracia política sin duda, pero tenemos serios problemas de democracia social y la finalidad de la política y el Estado es la realización de todos los derechos fundamentales de todas las personas. Ese es el desafío de la política”, insiste Miranda. “China tiene un formidable desarrollo en derechos sociales y tiene carencias en términos de democracia política”.

“Los derechos fundamentales son fundacionales, lo que no voy a cometer es la torpeza de la calificación dicotómica y voy a seguir bregando porque la razón política sea la realización de los derechos. No hay violación de los derechos humanos que se acepte, tampoco la pena de muerte de Estados Unidos (de América) y no por eso digo que Estados Unidos es una dictadura”, concluye.

Fuente: Búsqueda

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