Los medios militares de China informaron de la presencia de altos funcionarios militares y gubernamentales al momento en que se estrelló una botella de champaña en la proa, cuando el casco gris de 315 metros entró al agua en Dalian, un puerto ubicado al noreste del país. El barco, engalanado con banderas nacionales rojas, se quedó al lado del muelle.
Falta mucho para que la embarcación entre en operaciones, pero el lanzamiento “significó un gran progreso para el diseño y la construcción de portaviones del país”, según un boletín del Ejército Popular de la Liberación. En esta publicación se mencionó que el portaviones se sometería a más pruebas y a la adecuación del equipo antes de realizar ensayos en el agua.
Los primeros reportes no mencionaron el nombre del navío, aunque anteriormente se había dicho que tal vez se llamaría Shandong, por la provincia costera ubicada al este de China.
En 2011, China lanzó su primer portaviones, el Liaoning, después de equipar un casco oxidado de la era soviética que compró a Ucrania en 1998. El nuevo portaviones está hecho de manera similar, aunque parece ser un poco más grande y más avanzado, aseguraron analistas. Podrían pasar más de tres años para que el buque esté completamente equipado, probado y autorizado para realizar misiones.
Sin embargo, el lanzamiento demuestra que China busca construir una fuerza naval que no podrían vencer otros países asiáticos, afirmó Patrick M. Cronin, director en jefe del Programa de Seguridad Asia-Pacífico del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense en Washington.
“Con cada portaviones nuevo, China está mandando la señal de que no tiene rival entre sus vecinos”, señaló Cronin.
China está involucrada en disputas marítimas con Japón, Filipinas, Vietnam y otros países asiáticos. India también desconfía de las crecientes actividades chinas en el océano Índico, y Australia está respondiendo al desarrollo naval chino con el suyo propio. De todos estos países, solo India tiene un portaviones, el cual es un poco más pequeño que el Liaoning.
China busca una estrategia a largo plazo para que estos “aeródromos flotantes independientes” se integren a operaciones militares, dijo Cronin. “Pero los beneficios políticos y psicológicos se siguen acumulando, y ya se está sintiendo el impacto en los mares cercanos a China”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario